LA HABANA, Cuba. ─ La arquitecta María Victoria Zardoya Loureda y la ingeniera civil Marisol Marrero Oliva hicieron una minuciosa investigación histórica, técnica y artística para escribir un interesante libro, Los cines de La Habana, publicado en 2018 por Ediciones Boloña, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad.
El libro, editado en formato grande de lujo y que se vendió a un precio prohibitivo (625 pesos), cuenta con profusión de fotografías, planos y dibujos, acompañados de explicaciones desde el punto de vista arquitectónico sobre todas las salas cinematográficas que hubo en nuestra capital, la mayoría de las cuales, por diferentes causas, ya no existen.
Las autoras nos conducen en un recorrido cronológico desde el inicio de las primeras salas oscuras, a finales del siglo XIX, hasta 1959, cuando, con el triunfo de la revolución, se interrumpió la construcción de cines.
El libro está dividido en dos partes: “La Habana, sus cines y su historia” y “La Habana, sus gentes y sus cines”. Contiene además una relación completa de todos los cines que existieron en La Habana (incluso de algunos de los que hay pocas referencias), su ubicación, el año en que se construyeron, los propietarios, proyectistas y otros datos de interés.
Ciertos detalles significativos aportan las investigadoras. Por ejemplo, que en el año 1955 había 138 cines, en 1960 existían aún 134, y que de ellos, hoy solo quedan 22, y no todos funcionando.
Hay unos 80 cines cerrados y alrededor de 40, explican las autoras, que desde hace años tienen otras funciones, tales como servir de salas de teatro, sedes de compañías teatrales, de danza y circos.
Muchos cines corrieron destinos lastimosos
El Majestic, en la calle Consulado, Centro Habana, muy deteriorado, en la actualidad se usa como almacén. Del Verdún, al lado suyo, que era muy conocido por la originalidad de carecer de techo, solo queda la fachada, y su espacio es usado para ensayar por una compañía folklórica.
Un caso más dramático es el del cine Nodarse en la calle 51 entre 142 y 144, en Coco Solo, Marianao, cuyo precio de entrada se ajustaba al poder adquisitivo de los humildes habitantes de la zona. Según afirman los vecinos, aquel cine, que se mantenía en buen estado, fue cerrado sin explicaciones y demolido a mandarriazos. El espacio que ocupaba, ahora es un matorral.
De muchos cines habaneros solo quedan las ruinas, como son los casos del Moderno, cercano a la Esquina de Toyo, en la Calzada de Diez de Octubre; el Maravillas en Calzada del Cerro y Palatino; y el Edison, a un centenar de metros de allí.
Los cines demolidos por completo suman 54
Los principales cines que aún mantienen su condición de salas cinematográficas y en buen estado, aparte del Acapulco y algún otro más, son los del llamado circuito del Proyecto 23: La Rampa, Yara (antiguo Radiocentro), Riviera, Cinemateca de Cuba (antiguo Atlantic) y el 23 y 12.
Las imágenes de los cines derruidos dan una idea sobre el deterioro del patrimonio urbanístico habanero en los 62 años del régimen socialista, que pareciera se propuso borrar las maravillas arquitectónicas del pasado republicano.
Uno no puede evitar sentir añoranza y una honda tristeza al contemplar como nuestra ciudad, que fue una de las más bellas del continente americano, ahora no es ni la sombra de lo que fue.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.