LA HABANA, Cuba. – El 26 y 27 de abril, durante el IV Pleno del Partido Comunista de Cuba (PCC), Ramiro Valdés legitimó a Miguel Díaz-Canel como primer secretario de la organización que, supuestamente, es “la fuerza rectora de la sociedad cubana”.
Raúl Castro envió a Valdés, máximo exponente de la vieja guardia, para refrendar, una vez más, su decisión del cambio generacional. En ese punto, Díaz-Canel ya había concluido la sustitución de todos los directivos políticos y administrativos hasta el nivel local.
La elevación al Buró Político del octogenario general de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro primero de las Fuerzas Armadas; y del general de División Ricardo Rigel, jefe del Ejército Oriental, al Comité Central, refuerza la presencia de los militares en el Gobierno de la Isla y es una fuerte indicación del verdadero poder en Cuba.
Despertar a los cuadros y militantes del PCC en todas las instancias y esferas resulta indispensable a esa organización para afrontar los aún más duros meses por delante, cuando no habrán importaciones por carencia de dinero ―según enfatizó recientemente el primer ministro cubano, Manuel Marrero― ni productos agropecuarios y otros alimenticios, pero sí apagones dados el escaso combustible y las roturas de las termoeléctricas.
Así, seguramente se acumulará aún más el disgusto de miles de personas.
Por otro lado, para complementar la represión, el Gobierno prioriza la “solución” de los problemas ideológicos, donde se considera cualquier opinión discordante. Esto incluye un amplio proyecto para la transformación del modelo de gestión de los medios de prensa, la política informativa, la comunicación social y la utilización de las redes sociales, a través de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), siempre supervisada por el PCC.
Sobre la economía, el vicepresidente Alejandro Gil Fernández mantiene las metas del Plan y habla de “recuperación gradual”, particularmente en el sector del Turismo.
Pero la producción nacional caerá nuevamente si se reduce el combustible y la energía eléctrica, el transporte seguirá escaso, la inflación aumentará y las colas continuarán creciendo. Probablemente solo crecerán los planes con decenas de medidas.
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