MIAMI, Estados Unidos. – El profesor y preso político cubano Pedro Albert Sánchez, actualmente en huelga de hambre, fue trasladado a la Sala de Penados del Hospital General Docente “Enrique Cabrera Cossío” (Hospital Nacional), según informaron a su familia en la prisión de Valle Grande.
Las autoridades del penal pidieron a la familia de Albert Sánchez que acudiera al hospital “para tratar de ayudarlo a salir de esa situación”, contó a CubaNet Pedro Antonio Albert, el hijo menor del preso político. “Es lo que tratan de hacer siempre: meter a la familia para que él deje la huelga”, acotó.
“Mi hermano le dijo al médico que él no tenía nada que hablar con ellos ni con mi papá, que la postura de mi papá era bastante clara y que sabían lo que tenían que hacer si querían que él dejara la huelga”, también precisó el joven.
Albert aseguró que ni él ni su hermano estaban dispuestos a interceder. “Mi papá tiene la postura clara (…). Que vayamos nosotros ahí a hacerlo flaquear a él, cuando se ha mantenido tan firme… No. Si supiéramos que va a servir de algo, pero es que va a seguir preso”, aseveró.
Albert Sánchez tiene 66 años y padece cáncer de próstata. Fue arrestado el 3 de noviembre de 2021. En julio pasado, el régimen solicitó cinco años de cárcel en su contra por los supuestos delitos de desórdenes públicos y desacato.
Hasta ahora, las autoridades no han fijado la fecha de su juicio.
En otra entrevista concedida a CubaNet, Albert aseguró que la huelga de hambre iniciada por su padre era una respuesta a “las injusticias que se están cometiendo no solo con él sino con todos los presos del 11 de julio de 2021. Estamos hablando que hay personas, hay jóvenes inocentes en las cárceles y el Estado está completamente de espaldas a la situación”.
“Son personas inocentes que están presas y no tienen que estarlo realmente. Es el caso de mi papá y es el caso de muchos jóvenes que están con él”, agregó.
De acuerdo con otros reclusos de Valle Grande, Albert Sánchez se negó a vestir el uniforme de preso, lo cual motivó que le negaran el derecho a las llamadas telefónicas, así como tomar el sol.
Esas represalias determinaron a su vez que desde la noche del domingo 11 de septiembre el manifestante iniciara una huelga de hambre en reclamo de la restitución de sus derechos, así como de su liberación y la de todos los manifestantes encarcelados.
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