LA HABANA, Cuba. — Con el título de Ley Pública 89-732 fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos, el 2 de noviembre de 1966, la Ley de Ajuste Cubano, que aplica a cualquier nativo o ciudadano de Cuba que haya sido inspeccionado y admitido o liberado en suelo estadounidense después del 1ro de enero de 1959 y haya permanecido en la Unión Americana durante al menos un año.
En su versión original, la Ley permitía a los cubanos convertirse en residentes permanentes si habían estado presentes en Estados Unidos por un mínimo de dos años. En 1976, las Enmiendas a la Ley de Inmigración y Nacionalidad redujeron ese tiempo a la mitad.
Gracias a la Ley de Ajuste Cubano, los ciudadanos de la mayor de las Antillas no están obligados a mostrar un motivo de residencia basado en la familia o el empleo, acceder a la Unión Americana por un puerto de entrada legal ni demostrar que, una vez admitidos, no serán una carga pública; requerimientos a los que sí están sujetos casi todos los inmigrantes.
Aunque es bien conocido que la migración cubana ha sido utilizada para ejercer presión política tanto por el régimen de La Habana como por la Casa Blanca, es innegable que la Ley de Ajuste Cubano ha permitido a cientos de miles de familias escapar de la dictadura comunista implantada por Fidel Castro, asegurándoles la posibilidad de residir y trabajar en Estados Unidos, con el camino abierto a la ciudadanía americana.
Entre las pocas modificaciones que ha sufrido dicha legislación, figura la política de “pies secos, pies mojados”, introducida en el año 1996 durante el segundo mandato del demócrata Bill Clinton, y eliminada en 2017 por el también demócrata Barack Obama. Esta polémica decisión, al término de un mandato que se caracterizó por su extrema complacencia hacia la dictadura castrista, cercenó las esperanzas de miles de cubanos que todavía hoy intentan llegar a Estados Unidos por vía marítima.
Esta polémica decisión, al término de un mandato que se caracterizó por su extrema complacencia hacia la dictadura castrista, cercenó las esperanzas de miles de cubanos que todavía hoy intentan llegar a Estados Unidos por vía marítima.
La Ley de Ajuste Cubano se mantiene vigente, garantizando a los insulares la oportunidad de rehacer sus vidas en tierra de libertad.
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