MADRID, España.- La cubano-americana Aida de Acosta (Nueva Jersey, 1884 – Nueva York, 1962) fue la primera mujer en volar un avión en solitario; y lo hizo el 27 de junio de 1903.
Aida de Acosta, quien a sus 19 años ya era una socialité, en esa fecha se encontraba en París, donde vio por primera vez los teledirigibles y su interés por ellos la llevó a tomar 3 clases de vuelo.
El 27 de junio de 1903 la joven convenció al brasileño pionero de la aviación Alberto Santos-Dumont para que le permitiera pilotear su dirigible personal No. 9.
Aida de Acosta voló el avión durante una hora y media desde el centro de París hasta el castillo de Bagatelle. Desde abajo y en su bicicleta Santos-Dumont la seguía gritándole consejos.
Al aterrizar, Santos-Dumont le dijo emocionado: “Mademoiselle, vous êtes la première aero-chauffeuse du monde!” (Señorita, usted es la primera mujer piloto del mundo!); y, efectivamente, lo era.
Al enterarse del vuelo, su padre, Ricardo de Acosta, ejecutivo de barcos de vapor de ascendencia cubana, y su madre, Micaela Hernández de Alba y de Alba, presuntamente descendiente de la prestigiosa familia española De Alba, decidieron mantener en secreto el suceso, por temores a que fuera mal visto. No fue hasta la década de 1930 que Aida decidió hacerlo público y se lo contó a su esposo.
En 1922 Aida de Acosta comenzó a padecer de glaucoma, por lo que perdió la vista de uno de sus ojos, pero gracias al reconocido oftalmólogo William H. Wilmer pudo salvar el otro.
Debido a esta experiencia se convirtió en defensora de la atención ocular y llegó a ser directora ejecutiva del Eye-Bank for Sight Restoration en Nueva York, el primer banco de ojos de Estados Unidos.
Aida de Acosta murió a sus 77 años en la ciudad de Nueva York.
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