Havin Bank, el dinero de los Castro pasa por Londres

Havin Bank, el dinero de los Castro pasa por Londres

Se trata de una entidad desconocida entre los cubanos, a pesar de sus 48 años de operaciones con cientos de miles de activos diseminados por el mundo

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Ministra Presidente del Banco Central de Cuba, Irma Martínez Castrillón, junto a lord David Triesman (foto: Banco Central)

LA HABANA, Cuba. – Lord David Maxim Triesman, Barón Triesman de Tottenham, no solo pertenece a la Cámara de los Lores del Parlamento británico y al Partido Laborista. También es un señor con cierta habilidad para los negocios, a juzgar por las empresas que aparecen a su nombre en los registros públicos del Reino Unido.

En septiembre de 2015, y hasta inicios de 2018, fue nombrado director de un banco que no está entre los más importantes de Inglaterra —ocupa apenas el número 174 entre todos los existentes en el país— pero maneja una buena cantidad de activos y de cuentas asociadas con otras instituciones financieras de gran importancia, como el Banco de China, fundamentalmente, y otros en Canadá, Suiza, España, Panamá e Islas Vírgenes y con acciones en el Guinness and Mahon Bank.

No es este un banco puramente inglés, ni siquiera parte de una economía capitalista europea o asiática, pero sí es el único banco cubano fundado y establecido fuera de la isla, registrado en el Reino Unido con todo cuanto requiere tal gestión, así como con importante participación en la Bolsa de Londres, una de las más importantes del ámbito financiero mundial, habiendo reportado ganancias en 2018 del 8.51 por ciento.

Se trata del Havin Bank, nombre actual de aquel Havana International London Bank —posteriormente Habana International Bank Ltd.—, fundado en Reino Unido el 3 de octubre de 1972 por un grupo de funcionarios cubanos vinculados al Ministerio del Interior, al Banco Central de Cuba y en especial a las operaciones de flete de embarcaciones. Una entidad financiera a partir de la cual se generó la más grande operación de creación de empresas offshore por parte del gobierno cubano, orquestada por Fidel Castro, aún cuando no era indispensable contar con tal cantidad de entidades comerciales para sortear los obstáculos del embargo de los Estados Unidos.

El barón Triesman no es el dueño del banco cubano que actualmente tiene endosada la mayoría de las acciones a nombre del Banco Central de Cuba, pero sí parece haberse beneficiado por un tiempo con sus operaciones desde su puesto de director, coincidiendo ese período (2013-2018) con el momento de mayor esplendor de la institución, así como con una serie de acontecimientos políticos y económicos trascendentales para el régimen de la isla, incluidos el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba, el aumento de las inversiones británicas en el turismo cubano  —en especial el sector inmobiliario asociado a campos de golf— y en la Zona de Desarrollo de Mariel, el auge de la llamada “Iniciativa Cuba” dentro del Parlamento británico, la negociación del pago de la deuda a los acreedores del Club de París, así hasta desembocar, debido a la influencia directa de Lord Maxim Triesman, en la visita del Príncipe Carlos de Inglaterra a La Habana en marzo de 2019.

Fue precisamente este miembro de la nobleza británica —que también ha tenido su foto en La Habana junto a la imagen de Ernesto Che Guevara—, quien prestó su nombre para fundar en Reino Unido y desde su puesto de director, al menos dos sociedades mercantiles con fondos del Havin Bank, las cuales aún se encuentran activas, como Salamanca Group HTIB Holdings Ltd y Salamanca LR (CUBA) Ltd.

Sus favores al régimen de La Habana, como co-responsable de la “Iniciativa Cuba” pero sobre todo como “Merchant Banker”, han sido reconocidos por el gobierno cubano y la prensa a su servicio, aunque sin mencionar en ningún momento las relaciones entre este “member of House of Lord” con las finanzas del régimen, especialmente con el Havin Bank, una entidad prácticamente desconocida entre los cubanos, a pesar de acumular 48 años de operaciones con cientos de miles de activos diseminados por el mundo y haber renovado en 2010 el contrato de renta del edificio y los terrenos de la sede central en Londres por el lapso de un siglo, a razón del pago de poco más de 100 mil libras esterlinas anuales, lo cual indica que la empresa se proyecta con ambiciones al futuro y que sus funciones no pertenecen exclusivamente al pasado.

Havana International Bank y las offshore

Cualquiera que hayan sido los verdaderos motivos para fundar alrededor de 300  sociedades mercantiles por todo el mundo, lo cierto es que la época en que fue creado el Havin Bank, la Unión Soviética y el bloque de países socialistas de Europa del Este, agrupados en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), se encargaban de proveer a la isla de todo tipo de productos, además del subsidio económico que superó los 4 mil millones de dólares anuales en 30 años, a los que habría que agregar los 200 millones de dólares que Moscú, también anualmente, entregaba a la isla como parte del acuerdo de mantener la base de espionaje de comunicaciones de Lourdes, al oeste de la capital cubana.

A pesar de la bonanza económica propiciada por los soviéticos, y en medio de los momentos más intensos de la cruzada del Partido Comunista de Cuba contra cualquier vestigio de capitalismo en la sociedad cubana —en 1971, el Congreso de Educación y Cultura; y 1975, el primer Congreso del Partido Comunista—, Fidel Castro instruyó en estricto secreto a un grupo de economistas y oficiales de la Seguridad del Estado para que viajaran a Reino Unido, como diplomáticos o de manera individual, e iniciaran el proceso de crear el Havana Internacional Bank.

Aprovecharían las oportunidades que ofrecían las leyes del país europeo, así como por extensión las flexibilidades en cuestiones financieras y de registros de sociedades de la isla de Guernsey, una dependencia de la Corona británica en el Canal de la Mancha y un destino offshore bien conocido para empresarios que buscan operar de manera anónima, beneficiarse del secreto bancario y gozar de una tasa de imposición cero sobre la renta, condiciones comparables con el sistema suizo.

Así, el Havin Bank fue constituido como Sociedad Limitada, mediante Certificado de Incorporación emitido por Company House, y en agosto de 1973 el Banco de Inglaterra lo autorizó a operar como banco, siendo el único totalmente cubano constituido fuera de Cuba, teniendo como accionista principal al Banco Central de Cuba. No obstante, debieron pasar varios años, y que la Unión Soviética desapareciera, para que, mediante la Resolución no. 88, de 1991 del Consejo de Ministros de Cuba, llegara a tener una Oficina de Representación en la isla, quedando oficialmente establecida en mayo de 1995, en medio de la crisis económica que Fidel Castro nombrara “Periodo especial”.

De los detalles sobre tal “aventura” económica se conoce apenas por los testimonios de personas involucradas directa o indirectamente con los hechos y que más tarde abandonaron sus “misiones oficiales”.

El caso más mediático fue el de Manuel de Beunza, ex diplomático y ex oficial del Departamento de Inteligencia del Ministerio del Interior, que posterior a su “deserción” en 1987 reveló a varios medios de prensa pormenores de tales operaciones financieras y comerciales hasta el momento desconocidas y que fueron fundamentales no solo para que publicaciones como Forbes revelaran al mundo estimados de la fortuna de Fidel Castro sino para ir descubriendo los esquemas de funcionamiento de la economía cubana, que evidentemente no se limitaban al apoyo soviético sino que existía una estructura paralela que quedó más o menos expuesta durante los escándalos de corrupción que sacudieron al régimen cubano a finales de los 80 y principios de los 90, cuando altos oficiales de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior de repente fueron acusados de narcotráfico, precisamente cuando el gobierno estadounidense presentaba pruebas de los vínculos entre el dictador Manuel Antonio Noriega en Panamá, los cárteles de la droga en Colombia y el Ministerio del Interior de Cuba.

De Beunza había sido funcionario del Consulado cubano en Montreal, Canadá, pero además parte del departamento de Inteligencia Naval del Ministerio del Interior y del subgrupo conocido como “MC” (Moneda convertible), dirigido por el Coronel Antonio de la Guardia y que tenía a su cargo las operaciones de creación de empresas offshore en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos.

Tras haber fundado Columbus Inter Enterprises Inc. en Canadá más otras 80 sociedades mercantiles en Panamá y hasta en Europa, que tributaban anualmente centenares de millones de dólares a la cúpula del poder en Cuba, De Beunza decidió “desertar” y expuso parte de los mecanismos usados que señalaban al Havin Bank como base financiera de todas las demás operaciones llevadas a cabo desde el grupo MC y que para el caso de Reino Unido tenía en Francisco Soberón Valdés a la figura principal. Prueba de eso es que precisamente en 1995, fecha en que se inaugura la primera oficina del Havin Bank en La Habana, Soberón sería nombrado Ministro Presidente del Banco Nacional de Cuba.

Francisco Soberón era hombre de confianza de Fidel Castro para tales asuntos y por tanto fue el encargado de crear el Havana International Bank en 1972 junto con Julio Antonio Imperatori —hermano de José Imperatori, el vicecónsul de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington que fuera expulsado de los Estados Unidos en el 2000—, aunque poco tiempo después fue sustituido por Gustavo Hernán Roca Sánchez —hijo de Blas Roca Calderío—, que se mantuvo hasta 2018, al menos nominalmente e incluso durante el período de Lord Triesman como “director no ejecutivo”.

A pesar del trabajo realizado y su probada fidelidad a los Castro, Francisco Soberón fue sustituido en 2009 cuando Raúl heredó el poder y decidió deshacerse del grupo de apoyo de su hermano para formar su propio equipo de trabajo, traspasando los asuntos económicos más importantes a las Fuerzas Armadas y al grupo empresarial GAESA, dirigido por su ex yerno, Luis Alberto Rodriguez López-Callejas que en la actualidad es probablemente quien en verdad maneje la economía cubana, a juzgar por su presencia en todas las reuniones del Consejo de Ministros y la Presidencia, a pesar de no ser oficialmente parte de estos.

Qué es y qué hace el Havin Bank

Aunque las acciones del Havin Bank están endosadas al Banco Central de Cuba, su manejo total, de acuerdo con la información ofrecida por altos funcionarios del Ministerio de Finanzas y Precios y del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla, es una cuestión exclusiva de la Dirección de Economía de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Su decisor principal es Raúl Castro, Primer Secretario del Partido Comunista —como anteriormente lo fuera su hermano Fidel— que todo parece indicar delegó la responsabilidad en Luis Alberto Rodríguez López-Callejas.

“Nadie puede mover un centavo ni disponer de los activos si no lo autoriza Luis Alberto”, ha dicho una fuente vinculada al Ministerio de Relaciones Exteriores que ha tenido acceso a documentos del Havin Bank en Cuba: “(Las acciones del Havin Bank en el Banco Central de Cuba) están endosadas a su nombre, como lo estuvieron (antes) a nombre de Fidel (Castro), después pasaron a Raúl y como es una realidad que se puede morir en cualquier momento, las pasó a Luis Alberto”.

Esta opinión coincide con la que expresara Manuel de Beunza quien aseguró en varias oportunidades que las acciones del Havin Bank en el Banco Central de Cuba estaban a nombre de Fidel Castro, algo que no es obligatorio reflejar en los documentos públicos del Havin Bank en Londres, de acuerdo con las leyes de transparencia del Reino Unido.

Aunque en 1997 la revista Forbes calculaba la fortuna personal de Fidel Castro en unos 150 millones de dólares, a finales de 2016, casi veinte años después, la misma publicación suponía que la suma rondaba los 900 millones de dólares, lo cual convertía al dictador cubano en uno de los hombres mas ricos del mundo.

Para llegar a tales conclusiones los editores de Forbes se basaron mayormente en la información ofrecida por Manuel de Beunza y otros ex funcionarios del régimen cubano que ya para esas fechas habían abandonado la isla pero, sobre todo, en los informes públicos del Havana International Bank.

Una revisión de los reportes anuales de la institución financiera, accesibles en internet, puede ofrecernos una visión de cómo fue evolucionando la aventura británica de los Castros desde la década de los 70 hasta la actualidad, cómo se han comportado los estados financieros en correspondencia con los distintos acontecimientos políticos en la isla, así como mostrar las conexiones de la entidad cubana con otros bancos e instituciones afines, lo cual contribuye de cierto modo a desmontar varios mitos alimentados por la retórica del Partido Comunista de Cuba sobre todo en cuanto a la falta de recursos financieros, que constantemente achaca en su totalidad al embargo de los Estados Unidos, y la imposibilidad de acceder a créditos y préstamos externos.

Havin Bank, de acuerdo con lo publicado en el sitio de la empresa, es una entidad creada para canalizar financiamientos, captar, recibir, y mantener recursos “con tasas de interés muy competitivas” en el contexto europeo, además de “conceder financiamiento de todo tipo”, realizar operaciones con documentos mercantiles negociables, en fin, la actividad bancaria internacional en todas sus formas, incluidos los “préstamos de alto riesgo” (véase al respecto detalles de los reportes correspondientes a los años 2003 al 2018), un detalle tan atractivo como curioso si tenemos en cuenta que el gobierno cubano aun no ha logrado liquidar las deudas contraídas con el Club de París, ha sido beneficiada con aplazamientos y condonaciones en más de una ocasión, tampoco ha cumplido con los compromisos de pago adquiridos con la mayoría de los empresarios extranjeros que han decidido invertir en la isla e incluso ha tenido que apelar a la solicitud de ayudas a diversos mecanismos internacionales de la ONU, así como recabar el apoyo de gobiernos aliados como Rusia, China, Vietnam y Venezuela.

Con una nómina que históricamente ha oscilado entre los 15 y los 27 empleados, el Havin Bank paga anualmente unas 100 mil libras esterlinas tan solo por concepto de renta del edificio y el terreno donde se encuentran las oficinas centrales en Londres. Igualmente, entre los años 2015 y 2017, precisamente dentro del período en que Lord David Maxim Triesman figuraba en el registro de directivos, fueron pagadas una 500 mil libras como “emolumentos de directores”, destacándose el 2017 como el año en que fue pagada “la mayor cantidad de dinero por concepto de salario del director” (13 572 libras mensuales), de acuerdo con el reporte anual de los auditores, quienes reciben por sus servicios alrededor de 100 mil libras al año.

Durante los cinco años que se mantuvo Lord Triesman como director, el Havin Bank, arribó a su mejor etapa.

Si entre su fundación en 1972 y los primeros años del 2000 el Havin Bank jamás superó los 50 millones de libras esterlinas en capitalización de reservas, ya para 2014, de acuerdo con los reportes anuales de 2015, 2006 y 2017, había superado los 170 millones.

Precisamente en 2015, la venta de unas 175 mil acciones —apenas el 11 por ciento de todas según el reporte de 2016— elevó el capital social de la empresa a 175 millones de libras esterlinas. 150 192 de las acciones pertenecían al Banco Central de Cuba, otras 17 150 al Banco de Inversiones; 3 829, al Banco Popular de ahorro y 3 829 del Banco de Crédito y Comercio.

En ese lustro también se establecieron negociaciones con el China Construction Bank (London) Ltd. (9 de julio de 2015), con el Bank of China Ltd. (29 de enero de 2016) para la obtención de un préstamo por 20 millones de libras esterlinas y la venta de acciones; pero además se firmaron acuerdos con el Metro Bank de Londres (21 de enero de 2016), el primer “High Street Bank” en el Reino Unido por más de 150 años, con más de 200 sucursales, y con operaciones de financiamiento a inversionistas incluyendo negocios de bienes raíces en Nueva York.

Según el informe de 2018, en su página tercera, en la actualidad el Havin Bank estaría negociando el establecimiento de una nueva filial en Cuba pero en esta ocasión a través de una joint venture con un banco británico cuyo nombre no fue especificado en el documento.

Probablemente las circunstancias actuales, tan desfavorables para las economías de la mayoría de los países, repercutan negativamente en esta vieja empresa financiera del régimen cubano pero también es posible que la realidad solo sea un infierno para los cubanos de a pie.

Habrá que esperar un tiempo más, así como la revelación de otros documentos que ofrezcan más detalles, para saber con certeza si desde los años 70, apenas una década después de instaladas en el poder, las principales figuras del Partido Comunista de Cuba, con el Havana International Bank, comenzaron la construcción de una balsa de salvación para sobrevivir a vendavales como el Período Especial de la década de los 90 del siglo pasado, la pandemia que hoy nos golpea o la caída del régimen.

(Nota: los reportes anuales citados pueden consultarse en http://www.havanaintbank.co.uk/annrep.html)

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