MADRID, España.- Uno de los cuatro mejores jugadores de billar del siglo XX a nivel mundial nació en 1836 en Cuba, específicamente en el municipio de Manzanillo, provincia Granma. Este fue Alfredo de Oro, quien, a los 15 años, tuvo su primer encuentro con este deporte, cuando su hermano lo llevó a un salón de billar. Pero sus éxitos, que serían muchos, no llegaron de inmediato, pues continuó enfocado en sus estudios.
Fue en 1881, tras regresar a Cuba de un viaje a Estados Unidos, que comenzó a practicar billar y para sorpresa de muchos, derrotó a grandes jugadores habaneros del momento como “Chuchú” Méndez, García Mastagán, y “Simón el Catalán”.
En 1885 participó en su primer campeonato mundial, donde quedó empatado en la primera posición con Albert Frey y John I. Malone, dos grandes de la época. En la definición del empate quedó en el tercer puesto.
En 1886 obtuvo la corona mundial, que perdió en 1889 frente Albert G. Powers; pero tras recuperarle en 1891 la mantuvo durante 18 años. Ningún otro billarista ha logrado acercarse a esa marca. En total ganó el campeonato mundial de billar en 31 ocasiones.
Durante su carrera venció a íconos de este deporte como Grant Eby, Jerome Keogh, Fred Peyton y Thomas Hueston.
En 1904 ganó el primer premio en el Torneo del Campeonato del Mundo en la Exposición de San Luis.
Por todos estos logros y más, la revista norteamericana Billiards Digest lo selección en 1999 como el cuarto mejor jugador de billar del siglo XX.
Alfredo de Oro se retiró en 1934 y falleció en los Estados Unidos en 1948 a la edad de 85 años.
En 1967 fue exaltado al salón de la fama de Billaristas de América.
Junto a Ramón Fonst y José Raúl Capablanca constituyó la denominada “triada de oro”, por ser las tres figuras más importantes del mundo deportivo cubano en las primeras décadas del siglo XX.
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