noviembre 5, 2024

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Demonizar internet y las redes sociales, la solución del régimen a todos los problemas 

De no existir internet hoy solo tendríamos la versión sobre el paso del huracán Oscar escrita y mil veces corregida por el Departamento Ideológico del Comité Central del PCC.
Manuel Marrero (izq) y Miguel Díaz-Canel en Guantánamo tras el paso del huracán Oscar
Manuel Marrero (izq) y Miguel Díaz-Canel en Guantánamo tras el paso del huracán Oscar (Foto: Estudios Revolución)

LA HABANA, Cuba. – Después de que le “cantaran las 40” en Guantánamo a Miguel Díaz-Canel, en una transmisión en vivo donde al menos dos pobladores de las zonas más afectadas por el huracán Oscar denunciaron la pésima gestión del Gobierno, ya no hubo otro reporte en directo para la televisión nacional.

La orden al equipo de prensa que acompaña al gobernante cubano al parecer fue la de limitarse a reportar vía telefónica y a enviar fotos pero nada de videos, mucho menos con audios donde se pudiera escuchar a la población dando quejas y pidiendo cuentas a ese señor de rostro inexpresivo que solo sabe responder reiterativamente con justificaciones y consignas, con amenazas y militarización de una zona de desastre donde aguas y deslaves solo terminaron lo que ya el abandono institucional y la miseria comenzaron desde años atrás.

Todo lo que vino después de la infortunada transmisión han sido intentos por desviar la atención del asunto más grave —que es en realidad la desinformación y el abandono gubernamental— hacia temas como la “manipulación mediática”, las “redes sociales” y el “enemigo” que nada han tenido que ver ni con el apagón general ocurrido en esos días ni con el hecho de que Oriente fue abandonado a su suerte porque le temían más a lo que pudiera pasar en las calles de una capital varios días a oscuras y sin agua potable.

En realidad, si no hubieran existido las redes sociales, los medios de prensa independientes y hasta el “enemigo” que envía remesas para que la miseria al menos sea soportable, el impacto del huracán —que los medios oficiales denominaron como “tormenta tropical” hasta muchas horas después de haber subido a categoría 1— hubiese sido mucho más mortífero. 

De igual modo, de no existir esos únicos canales no oficiales que mantuvieron informados a los que lograron acceso a ellos —a pesar de la mala conectividad, la censura del régimen y la falta de electricidad—  hoy ni siquiera supiéramos lo que pasó, quiénes han sido los responsables de la tragedia, el verdadero número de víctimas, ni tendríamos las imágenes de la gente intentando sobrevivir por sus propios medios solo porque al Gobierno no se le ocurrió enviar equipos de rescate y expertos en desastres a una zona donde se sabía desde horas antes que sería afectada por lluvias intensas.

De no existir internet hoy solo tendríamos la versión feliz escrita, dirigida y mil veces corregida por el Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista, pero igual nos hubiéramos salvado de ese programa aburrido del sábado en la noche que el mismo señor inexpresivo e insensible grabó “desde la Presidencia” no con el propósito de informar lo que se estaba haciendo en Guantánamo sino para insistir en una operación de autolimpieza de imagen que cada vez los deja más sucios a la vista de todos.

Más cuando no esconden que les preocupan más quienes difundieron el rumor del colapso de la presa en San Antonio del Sur —un episodio que les sirve en la demonización de las redes sociales— que investigar las causas de por qué una tormenta anunciada tomó por sorpresa a los “dirigentes” de Guantánamo, o por qué la Defensa Civil no estuvo tan activa como en ocasiones anteriores (o como cuando se trata de afectaciones al occidente cubano, y a La Habana en especial), y por qué los medios de prensa oficiales, ocupados con la agenda de servicio que les impone el Partido Comunista, jamás cumplen con el deber de informar, llegando tarde y mal con las noticias que ya han envejecido en internet.

El mejor ejemplo de que lo ocurrido en Guantánamo no les ha servido de experiencia está en las últimas emisiones del Noticiero de Televisión (NTV) donde, a pocas horas de que una nueva tormenta afecte a Cuba, se le dedica mucho más tiempo al X Congreso de la UNEAC, a los debates sobre la “colonización cultural” y el “impacto negativo de las redes sociales e internet”, que a informar minuto a minuto sobre la evolución de dos sistemas que probablemente estarán dando lluvias intensas en los próximos días.

Aun sin salir de la “contingencia energética”, a sabiendas de que muchas de las provincias que pudieran ser afectadas por el fenómeno meteorológico permanecen en apagón durante más de 10 horas diarias, y que esto contribuye a la desinformación, los primeros 20-30 minutos del que debiera ser un programa noticioso de servicio para la población son dedicados a cualquier otro tema menos a alertar y mostrar gráficos detallados sobre el estado del tiempo, en tanto la agenda ideologizante del “Sistema Informativo” responde a los intereses de un Gobierno enfocado en sus propios asuntos y desenfocado totalmente en los problemas de la población.

¿Qué interés puede haber en encontrar a los culpables de divulgar un rumor que hizo menos daño que el abandono del Gobierno y la desinformación? Un rumor que, dicho sea de paso, ningún medio de prensa alternativo replicó como noticia confirmada, y sobre el cual Humberto López, el vocero de la policía política del régimen, apenas mostró dos publicaciones de personas en redes sociales que en realidad no divulgaban nada, apenas preguntaban si era cierto o no lo que por alguna vía les llegó.

La insistencia en atascarse en este episodio, en otorgarle mayor relevancia que la que los pobladores de Imías han otorgado al desamparo institucional, a la respuesta tardía del Gobierno, a la demora de Miguel Díaz-Canel en visitar los lugares más afectados —a los que hizo una visita relámpago pues la animosidad de algunos pobladores lo obligaron a huir para retornar más tarde con mejor equipo de seguridad— puede llevar a sospechar que el rumor del colapso de la presa pudo haber salido de los mismos que hoy lo usan para reforzar la demonización del internet, en un contexto político donde lo que más estorba al régimen cubano es todo cuanto no pueden controlar y someter a su servicio.  

Según los pronósticos, vienen más días de agua y, ya sean muchas o pocas, la precariedad de la vida de los cubanos es tanta que cualquier gota que caiga desbordará los límites y traerá más calamidades en forma de derrumbes, inundaciones, hambre y desesperanza, aunque, en comparación, estas serán muchas menos que las traídas a conciencia por un Gobierno de irresponsables e insensibles. 

ARTÍCULO DE OPINIÓN Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

Efraín González

Cubanet Google News