“Estoy cansada de tanto peloteo”: El calvario de una madre cubana

“Estoy cansada de tanto peloteo”: El calvario de una madre cubana

“A nadie le importa nada. Nadie viene a facilitarte nada. Lo único que quiero es que esto (la denuncia) llegue a donde tenga que llegar”, dijo a CubaNet la habanera Yilianne Arteaga Herrera.

Yilianne Arteaga Herrera y su hijo Mateo (Foto: cortesía de la autora)

LA HABANA, Cuba. – Yilianne Arteaga Herrera vive en Marianao con sus cuatro hijos, pero está atrapada entre los escombros de su casa y la enfermedad crónica de su bebé, la burocracia de las instituciones cubanas, la falta de políticas públicas, la indolencia de los funcionarios y la pandemia de coronavirus

“El techo del cuarto se me desplomó el día 13 de septiembre en la tarde”, lamentó la madre cubana, tras denunciar que su casa “viene cayéndose desde 2012”. “En ese primer derrumbe fui a una oficina de la Vivienda y me dijeron que vendrían a apuntalar el techo, pero nunca vinieron, ni me dieron otra respuesta”, cuenta ocho años después.  

Arteaga Herrera es la viuda de uno de los propietarios de la casa, el padre de sus hijos. “Cuando mi suegra falleció la casa se dividió. Se hizo de mutuo acuerdo, pero no hemos podido legalizar nada. Estoy desde el 2012 arreglando los papeles y todavía no tengo ni el cambio de dirección. Para poder adjudicarme la propiedad tengo primero que reparar la casa y no tengo el dinero”, lamentó.

Según Arteaga Herrera, funcionarias del Gobierno le dijeron que, cuando tuviera “actualizada la propiedad de la casa” le podrían dar “un subsidio de 85 000 pesos”. 

“Es una contradicción muy grande. Si yo tuviera dinero no tendría que pedir un subsidio”, razonó. 

La madre cubana también lamenta que “los papeles de su casa” se hayan extraviado tras el fallecimiento del funcionario de Vivienda que gestionaba su caso. 

La situación de Arteaga Herrera se agrava aún más con la enfermedad crónica de Mateo, su hijo de dos años. 

“Las perspectivas de vida de mi niño no son las mejores porque nació con una trisomía 13 y eso es bastante complicado. No le daban un año de vida y ya tiene dos. Aunque se complica de cualquier cosita, porque es inmunodeprimido”, cuenta preocupada por la situación de riesgo que vive en medio de la pandemia de coronavirus

La enfermedad de Mateo le fue diagnosticada a los dos meses de nacido cuando se descubrió también que padecía de cataratas y glaucoma. “Y tiene además síndrome de West, retraso en el neurodesarrollo; o sea, el niño no habla, no camina, no se sienta, depende de mí totalmente”, describe la madre cubana, quien se sostiene solo con una pensión estatal de 260 pesos en moneda nacional (unos 10 dólares).

Puesto que debe permanecer en su casa cuidando a su hijo, Arteaga Herrera no tiene forma de aumentar sus ingresos. “Tampoco lo puedo dejar con mi hija mayor, que tiene 13 años, porque le están dando unas crisis de cianosis y se me queda muertecito”.

En esos casos, la mujer tiene que correr al servicio de urgencias más cercano para suministrar oxígeno a su hijo. Por esto, no puede hacer colas en las tiendas para comprar los escasos productos de primera necesidad que vende el régimen cubano, ni puede hacer trámites legales de ningún tipo. 

“Nadie viene a mi puerta a preguntarme ‘¿Cómo te puedo ayudar?’. Y todo el mundo sabe de mi caso. El director del Programa Materno Infantil lo sabe; la vicepresidenta del Gobierno de Marianao vive en la esquina de mi casa y lo sabe; (pero) nadie puede ni resolverme la medicina para los ojitos de mi hijo que está en falta desde enero”. 

Durante seis meses de pandemia, Arteaga Herrera dice que solo ha podido comprar detergente una vez, en una de las tiendas de su municipio. 

“Fui a La Sirena de Marianao. Hablé con la muchacha que estaba a cargo para poder comprar un paquete de pollo y ella me dijo que no podía pasarme por la hora, que me quedara ahí pendiente (…).  Pero esperar para mí es imposible. Viré mi espalda y me fui”.

Con los 260 pesos de pensión y la caridad de algunas personas, la madre cubana paga los pañales desechables necesarios y la cuenta eléctrica debida al aire acondicionado que usa para intentar mejorar la calidad de vida de su bebé.

“Estoy cansada de tanto peloteo. A nadie le importa nada. Nadie viene a facilitarte nada y soy yo solita. Lo único que quiero es que esto (la denuncia) llegue a donde tenga que llegar”.

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Acerca del Autor

María Matienzo Puerto

María Matienzo Puerto

Maria Matienzo Puerto: Una vez soñé que era una mariposa venida de África y descubrí que estaba viva desde hacía treinta años. A partir de entonces construí mi vida mientras dormía: nací en una ciudad mágica como La Habana, me dediqué al periodismo, escribí y edité libros para niños, me reuní en torno al arte con gente maravillosa, me enamoré de una mujer. Claro, hay puntos que coinciden con la realidad de la vigilia y es que prefiero el silencio de una lectura y la algarabía de una buena película.

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