Todas las pajaritas encuentran un vecino que mirar

A las nueve menos cuarto de la mañana, puntualmente, por una minúscula rendija de la puerta, observa cada movimiento del nuevo vecino que aterrizó para inquietar su aburrida existencia.
A las nueve menos cuarto de la mañana, puntualmente, por una minúscula rendija de la puerta, observa cada movimiento del nuevo vecino que aterrizó para inquietar su aburrida existencia.
Recordando a Severo Sarduy
Contagiados de amor, neutralizados por la mortalidad de un virus y encerrados en esta casa que ayer mutó en cárcel. Con tantos dolores de cabeza por resolver… quiero el dolor que traes tú, animal guillotinado que encuentra oasis de calma en mi culo.
En estos días ha vuelto a debate una antigua polémica que, aunque creí superada, todavía se expresa con una profunda complejidad dentro del entramado religioso cubano.