LA HABANA, Cuba. – “Todo fue muy rápido; estuve presa hasta el último momento, hasta que me dejaron en el aeropuerto y pude partir a República Dominicana”, declaró a CubaNet la activista de las Damas de Blanco Aymara Nieto Muñoz, tras haber sido desterrada este lunes por el régimen cubano a cambio de su libertad.
La opositora, quien se encuentra en estos momentos en República Dominicana con su esposo, el activista Ismael Boris Reñí, y dos de sus hijas (las más pequeñas), contó que, gracias a su familia, está “libre de las cárceles de Cuba”.
“Como todos saben, la Seguridad del Estado estuvo amenazándome siempre de que si no me iba del país iba a continuar recluida. Todo lo que hicieron fue presionarme para que me fuera del país. Mi familia pudo resolver una visa para Dominicana y, en cuanto la Seguridad lo supo, no permitieron que fuera más a mi casa”, relató a este medio la exprisionera política.
Nieto Muñoz fue sacada del campamento de trabajo correccional Villa Delicias, donde se encontraba en régimen de menor severidad, a las 6:00 de la mañana de este lunes 11 de agosto y llevada de manera directa al Aeropuerto Internacional “José Martí”, sin siquiera poder despedirse de su hija mayor, sus tres nietas y su madre, quienes quedaron en la Isla.
“Es muy doloroso tener que partir con una parte de la familia y que la otra se haya quedado en el régimen. Me siento feliz por una parte y triste por otra, porque quisiera tener a toda mi familia aquí”, confesó la activista.
Asimismo, aseguró que seguirá luchando por la libertad de Cuba y de los presos políticos aunque se encuentre fuera de la Isla.
Antes de ser desterrada, Nieto Muñoz cumplió tres años y nueve meses de cárcel. A pesar de que la jefatura de Villa Delicias había aprobado el beneficio de libertad condicional a su favor, el Tribunal Provincial de La Habana nunca autorizó a ejecutar la medida.
La activista de las Damas de Blanco fue sentenciada en 2018 a cuatro años de privación de libertad por los delitos de “atentado” y “daños a la propiedad”, condena que extinguió en 2022. Sin embargo, mientras se encontraba cumpliendo prisión fue acusada de liderar un motín en la cárcel Mujeres de Occidente (conocida como El Guatao), y condenada por segunda ocasión a cinco años y cuatro meses más de cárcel. En total, permaneció ocho años en prisión.