
Hicimos la fiesta, ¿y qué?
Sandro Castro, que no es un joven humilde, pero al menos da la cara, ha demostrado ser un revolucionario de pura cepa.

Sandro Castro, que no es un joven humilde, pero al menos da la cara, ha demostrado ser un revolucionario de pura cepa.

Sandro Castro, que no es un joven humilde, pero al menos da la cara, ha demostrado ser un revolucionario de pura cepa.
