La indigencia en el paraíso cubano
El castrismo ni siquiera reconoce a los sin techo por su nombre, sino con un eufemismo: “personas con conducta deambulante”.
El castrismo ni siquiera reconoce a los sin techo por su nombre, sino con un eufemismo: “personas con conducta deambulante”.
Cierto hombre solo “tiene” un banco del Parque Central, un banco y su desvencijada colchoneta que solo extiende en la altísima noche.
Jóvenes católicos peinan las arterias del centro de Santa Clara para entregar alimentos a las personas que viven en las calles.
Las imágenes muestran cómo jóvenes entregan comida a varias personas que duermen en las calles de Santa Clara.
San Rafael es la Cuba que tenemos y de la que somos un poco, quizá bastante, la culpa, la grandísima culpa
A sus más de 80 años, el anciano holguinero Roberto Díaz Pérez vive en las calles, donde duerme y pide limosnas para sobrevivir
Pese a su avanzada edad, el holguinero Rosell Peña Tamaño, de 87 años, sobrevive en las calles de su ciudad gracias a la caridad pública
A diario, Reina Moreno Arias, una holguinera de 56 años, camina toda la ciudad con su carga a cuestas, en busca de comida y dinero
Los ‘deambulantes’, como los llama eufemísticamente la prensa oficial cubana, son apenas la parte más evidente y poco ‘estética’ de ese mal de indigencia que padecemos los cubanos
En medio de una inflación sin límites, con menos alimentos cada día y escasas medicinas, el ‘nadie quedará abandonado’ del Gobierno cubano es una promesa incumplida
El castrismo ni siquiera reconoce a los sin techo por su nombre, sino con un eufemismo: “personas con conducta deambulante”.
Cierto hombre solo “tiene” un banco del Parque Central, un banco y su desvencijada colchoneta que solo extiende en la altísima noche.
Jóvenes católicos peinan las arterias del centro de Santa Clara para entregar alimentos a las personas que viven en las calles.
Las imágenes muestran cómo jóvenes entregan comida a varias personas que duermen en las calles de Santa Clara.
San Rafael es la Cuba que tenemos y de la que somos un poco, quizá bastante, la culpa, la grandísima culpa
A sus más de 80 años, el anciano holguinero Roberto Díaz Pérez vive en las calles, donde duerme y pide limosnas para sobrevivir
Pese a su avanzada edad, el holguinero Rosell Peña Tamaño, de 87 años, sobrevive en las calles de su ciudad gracias a la caridad pública
A diario, Reina Moreno Arias, una holguinera de 56 años, camina toda la ciudad con su carga a cuestas, en busca de comida y dinero
Los ‘deambulantes’, como los llama eufemísticamente la prensa oficial cubana, son apenas la parte más evidente y poco ‘estética’ de ese mal de indigencia que padecemos los cubanos
En medio de una inflación sin límites, con menos alimentos cada día y escasas medicinas, el ‘nadie quedará abandonado’ del Gobierno cubano es una promesa incumplida