MADRID, España.- El 23 de junio de 1983, el Comité Central del Partido Comunista de Cuba emitió una nota lamentando la decisión “dramática” de Osvaldo Dorticós de poner fin a una vida “valiente y fructífera”.
Tras el suicidio de quien había ocupado el cargo de presidente de Cuba de 1959 a 1976, las autoridades cubanas se refirieron a una grave afección que padecía en la columna vertebral y al reciente fallecimiento de su esposa, María Caridad Molina.
Sin embargo, circularon rumores que entre las causas para el disparo autoinfligido de Dorticós estuvieron los actos de salvajismo e incivilidad ocurridos durante los sucesos de la embajada del Perú y el éxodo por el puerto del Mariel; actos de los que Dorticós presuntamente disentía.
Osvaldo Dorticós Torrado (Cienfuegos, 1919 – La Habana, 1983), durante su juventud estuvo vinculado al Partido Socialista Popular (PSP), donde se desempeñó como secretario de Juan Marinello, dirigente del PSP.
Después del 1 de enero de 1959 regresó a Cuba y fue nombrado ministro de Leyes Revolucionarias por el Gobierno de Manuel Urrutia. En ese tiempo participó en la redacción de la Ley de Reforma Agraria y la Ley Fundamental Orgánica que sustituyó a la Constitución cubana de 1940.
Tras la dimisión de Urrutia, en julio de 1959, fue nombrado jefe de Estado por el Consejo de Ministros, aunque durante sus años de gobierno actuó siguiendo la política de Castro, entonces primer ministro.
En 1976, con la reforma institucional, Fidel Castro asumió el cargo de presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros y Dorticós fue designado como vicepresidente del Consejo de Ministros.
En 1980 se hizo cargo del Ministerio de Justicia, función que desempeñó hasta su suicidio, el 23 de junio de 1983.
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