LA HABANA, Cuba. — Osvaldo Lara Cañizares, finalista olímpico en 100 y 200 metros planos en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y considerado uno de los mejores velocistas en la historia del atletismo cubano, murió a los 68 años en La Habana, su ciudad natal.
La noticia fue difundida en redes sociales por compañeros del propio Lara. Aunque se desconoce el motivo del deceso, era de conocimiento público que el exatleta arrastraba secuelas de un infarto cerebral sufrido hace más de ocho años. Era, además, diabético e hipertenso.
El fallecimiento de Lara se produjo apenas 24 horas después de que se reportara la muerte de la exsaltadora Marcia Garbey, primera cubana finalista olímpica en el área de campo.
En una entrevista publicada en junio de 2022 en el diario oficialista Trabajadores, Osvaldo Lara dijo sentirse olvidado por las autoridades deportivas de la Isla.
“De Lara nadie se acuerda. Es la dura verdad”, declaró entonces. “Se olvidaron de mí, con tantos años en el equipo nacional”, afirmó desde su apartamento, localizado en uno de los edificios frente al litoral habanero.
Su esposa reveló que no hubo ayuda a pesar de las gestiones ante la comisión de atención a los atletas retirados.
“Lara recibe 700 pesos por una de sus medallas. No tiene retiro porque cuando empezó con lo de la hipertensión se asustó. Se desesperó y pidió la baja del trabajo. Después tuvo el infarto cerebral y ya usted ve”, dijo la mujer en aquella ocasión.
Desde que Silvio Leonard —uno de los mejores velocistas del mundo en los años 70— y Osvaldo Lara alcanzaron la final de los 100 metros en Moscú 80, Cuba no ha tenido otro finalista en el hectómetro en Juegos Olímpicos. El último en los 200 metros fue Iván García, quien terminó sexto en Atlanta 1996.
En Moscú 80, Leonard fue plata con 10.25 —mismo tiempo que el ganador el británico Allan Wells— y Lara quinto, 10.43; en los 200, donde triunfó el italiano Pietro Mennea (20.19), Leonard terminó cuarto (20.30) y Lara octavo (21.19).
Osvaldo Lara Cañizares fue bronce en los 100 en los Juegos Panamericanos Caracas 1983 y séptimo en los 200 en la cita continental de San Juan, Puerto Rico, en 1979. Fue integrante de los relevos 4×100 medalla de plata en esos dos Juegos hemisféricos: en 1979 junto a Alejandro Casañas, Leonard y Juan Saborit, y en 1983 con Leonard, José Luis Isalgué y Leandro Peñalver.
Según el sitio Olympics, sus mejores registros personales fueron 10.11 en 100 metros y 20.1 en 200 metros, ambos alcanzados en 1978, año en que conquistó plata del hectómetro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Medellín, Colombia. Cuatro años después, fue subcampeón regional en ambas pruebas en La Habana 1982.
Lara obtuvo su mejor resultado en los Juegos de la Amistad de 1984, un evento multideportivo con la Unión Soviética como organizador principal y subsedes en otros países de la órbita soviética —Cuba entre ellos— que decidieron no competir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en respuesta al boicot de Estados Unidos y sus aliados a los de Moscú 80.
El torneo de atletismo se celebró precisamente en la capital soviética y allí Lara consiguió medalla de oro en 100 metros con 10.17 y plata como miembro de la posta 4×100.
“Ese año solo el americano Carl Lewis estuvo por delante de mí. Podría haber cogido una medalla en los Olímpicos de los Ángeles 84. No fuimos. Gané los Juegos de la Amistad”, lamentó Lara en la entrevista del pasado año.
Cuba no sólo se uniría al boicot soviético en 1984: sus deportistas también serían rehenes de la decisión personal de Fidel Castro de no ir a los Juegos de Seúl 1988 en “solidaridad” con Corea del Norte . Apenas media docena de países se ausentaron por razones políticas de esta cita olímpica.
Tras su participación en los alternativos Juegos de la Amistad y sus resultados, Lara recibió un automóvil Lada de parte del Gobierno.
“El salitre acabó con el carro. Nos mandaron a un taller por Carlos III. Nos pelotearon. No teníamos ni un medio. La gente quiere dinero. No lo vendimos, se desbarató”, comentó su esposa.
Tras su retiro como deportista, Lara fue enviado por el INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación) en calidad de entrenador a Perú (1996) y Venezuela (2002).
“Hay quien piensa que eso lo resuelve todo. No es así. De Venezuela pudo traer tres cajas. No un contenedor”, confesó su esposa.
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