MIAMI, Estados Unidos. — Con fuertes influencias culinarias de España y de la región del Caribe, Cuba cuenta con numerosos platos típicos que son orgullo de los habitantes de la isla.
Sin embargo, el sistema comunista implantado por los hermanos Castro ha terminado por borrar de la mesa del cubano el delicioso Ajiaco, el casabe, los buñuelos, los tamales, los tostones, el cerdo asado y el congrí, por solo citar algunos.
A diferencia de lo que ocurre en otros países del continente, incluso en algunos relativamente pobres, los platos típicos de la isla parecen reservados para el consumo exclusivo de turistas y personas de elevados ingresos.
Los cubanos, por carecer, carecen hasta de pescado, a pesar de vivir una isla con alrededor de 2 500 kilómetros de costas.
¿Qué ha dejado el castrismo para los cubanos? Las sobras de lo que consumen los turistas y las clases con mayor poder adquisitivo. En ese sentido, los platos típicos cubanos —resultado de la mezcla de tradiciones españolas, africanas, aborígenes, yucateca y hasta asiática— han sido sustituidos hoy por productos procesados como las croquetas que se venden en las pescaderías o el picadillo de soya.
La cocina cubana también ha sido influenciada por la africana y es que, durante la época de la esclavitud, los cocineros solían ser esclavos. Lo que aportó a la forma de preparar los platos, así como la introducción de nuevos ingredientes, como por ejemplo el ñame.
Muy codiciado en la mesa del cubano de a pie es el pollo, que tampoco se produce en Cuba, sino que es comprado en Estados Unidos. En ese sentido, la carne de cerdo parece cosas del pasado y el pescado ni hablar.
A pesar de la crisis que se vive en Cuba, los restaurantes cubanos poseen amplia presencia en Estados Unidos o España, países donde radica buena parte del exilio. Es allí y no en la isla donde sobrevive el patrimonio culinario de la nación.
