El amigo más malo de Raúl Modesto Castro

El amigo más malo de Raúl Modesto Castro

Raúl admira profundamente a Corea del Norte, y mantiene con verdadera pasión las relaciones culturales con esa nación

Castro Kim Jong-un
Foto archivo

LA HABANA, Cuba.- El amigo más malo de todos los amigos malos que tiene el jefe de estado cubano es su homólogo dictador Kim Jong-un, de Corea del Norte, quien recientemente confiscó todos los perros en Pyongyang, esas mascotas cariñosas que los niños adoran. Según alega, los perros domésticos representan “la decadencia burguesa de Occidente”.

Este hombre es el amigo más malo de Raúl Castro y, por supuesto, de Miguel Díaz-Canel, el presidente que eligió Raúl.

Esta es una amistad que se dice invencible y que, al mismo tiempo, ha hecho que la parte cubana trabaje por que la paz de la península coreana sea permanente. ¿Se trata de un temor acaso, ya que Corea del Norte posee armas muy peligrosas, aunque al pueblo le falte libertad y comida?

Mucho se sabe de las locuras de Kim Jong-un, y de sus amenazas a Estados Unidos, territorio muy cerquita del cubano, que sería borrado del mapa si un día el coreano se vuelve loco y dispara primero.

¿Será esa la causa principal de que por estos días en el breve periódico Granma aparecieran sendos artículos en los que se alaba el proceso de ese extraño país, el acercamiento y el diálogo para el logro de una paz duradera?

En fin, que Raúl Modesto admira profundamente a Corea del Norte, y mantiene con verdadera pasión las relaciones culturales con esa nación. Y aunque los horrores de todo lo que se prohíbe en ese maligno país no se puede exponer de forma breve, lo intentaré, y es precisamente lo que admira Raúl Castro y su presidente Díaz-Canel:

Conocido como uno de los países más cerrados y restrictivos del mundo, Kim Jong-un se esfuerza para controlar las influencias externas. Prohíbe vestir a la moda occidental, beber Coca Cola, cortes de cabello que no estén aprobados por el régimen, cantar en reuniones caseras, consumir bebidas alcohólicas en las fiestas y ver películas extranjeras.

Así mismo, en la Corea comunista como no se fabrican toallas sanitarias desechables para las mujeres no se usan; tampoco los anticonceptivos, considerados indecentes, y los abortos; poseer propiedades; tener festividades religiosas como la Navidad; la radio o la televisión extranjeras; tener acceso a revistas foráneas y realizar llamadas internacionales, así sean a parientes o amigos que viven en Corea del Sur.

La Internet claro que también está prohibida, considerada como algo “amarillo, inapropiado y subversivo”, y sólo se puede usar la intranet controlada por el estado.

El pueblo, ese que gobierna Jong-un con mano de hierro, no puede obtener objetos de lujo como automóviles deportivos, aunque el líder posee una colección de millonarios Mercedes-Benz para su uso personal.

Tampoco hay libertad de religión, puesto que el pueblo sólo puede adorar a Jong-un, así como a sus líderes anteriores.

En el Día de las Madres está prohibido hacer felicitaciones personales, porque se debe felicitar a todas las madres, sobre todo a las de los gobernantes.

Por último: está prohibido comprar la prensa nacional, pues esta debe ser leída en las estaciones de metro, donde se exhibe públicamente, ya que está prohibido llevarla a casa, o sea, para ser analizada mejor.

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Acerca del Autor

Tania Díaz Castro

Tania Díaz Castro

Tania Díaz Castro nació en Camajuaní, Villaclara, en 1939. Estudió en una escuela de monjas. Sus primeros cuatro libros de poesía fueron publicados por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y dos por Linden Ediciones Line Press y ZV Lunaticas. A partir de 1964 trabajó como reportera en revistas y periódicos de Cuba y escribió durante ocho años guiones de radio en el ICRT entre 1977 y 1983 y en 1992 y 1993, cronicas sobre la historia de China en el periódico Kwong Wah Po, del Barrio Chino de La Habana. En 1989 y 1990 sufrió prisión por pedir un Plebiscito a Fidel Castro. Comenzó a trabajar en CubaNet en 1998 y vive con sus perros y gatos en Santa Fe, comunidad habanera.

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