¿Estará el régimen manipulando las cifras del coronavirus?

¿Estará el régimen manipulando las cifras del coronavirus?

Tras varias semanas reportando cifras de contagio a la baja, los casos de COVID-19 en la Isla han vuelto a aumentar

Cuba, Cornavirus
Un hombre lee el periódico Juventud Rebelde (Foto: AFP)

LA HABANA, Cuba. – A partir de la segunda quincena del mes de mayo las autoridades del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) comenzaron a reportar cifras relativamente bajas (10 personas diarias como promedio) de nuevos casos positivos a la pandemia de la COVID-19.

Evidentemente, esa disminución entraba en contradicción con el mensaje del gobernante Miguel Díaz-Canel y demás dirigentes del país, que llamaron a los ciudadanos a bajar la guardia -en otras palabras, no desmontar ninguna de las medidas gubernamentales de confinamiento social- en aras de vencer finalmente a la enfermedad.

Mas, al parecer, las recomendaciones del mandatario no hallaron oídos receptivos en buena parte de la población, cansada de las restricciones gubernamentales que mucho estorban su existencia. Máxime cuando los cubanos de a pie consideraban el retroceso anunciado de la pandemia, así como las medidas de apertura que iban teniendo lugar en países que habían sido asolados por el coronavirus.

Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, las estadísticas han dado un vuelco. Los últimos días de mayo reportaron alrededor de 20 nuevos casos diarios de la pandemia. Y ahora, al comenzar el mes de junio, cuando muchas personas albergaban la esperanza de que comenzarían a desmontarse algunas de las prohibiciones gubernamentales, las cifras vuelven a aumentar.

No sería descabellado imaginar que, en el fondo, el señor Díaz-Canel se sienta satisfecho. Ya no queda como que lo diga él, sino que los propios números indican la necesidad de seguir combatiendo sin cuartel a la pandemia. Lo anterior se apoya también en lo conveniente que le resulta al gobierno -ya lo hemos tratado con anterioridad- retardar lo más posible la vuelta a la normalidad. De cualquier forma, no resulta ocioso insistir en que así habrá más ahorro de combustible, a más trabajadores no les quedará otra alternativa que incorporarse a la agricultura -tal como lo solicita el benjamín del poder- para no morirse de hambre, y se podrá engatusar a algunos incautos diciéndoles que las colas en los centros comerciales son solo una consecuencia del coronavirus.

Entonces, cabe la siguiente interrogante: ¿Serán ciertas las cifras recientes de la COVID-19 o las habrán fabricado las autoridades con tal de conseguir sus propósitos?

Por otra parte, no seríamos justos si afirmáramos que el señor Díaz-Canel es el único beneficiado con la continuación del coronavirus en Cuba. Por ejemplo, el doctor Francisco Durán, jefe del Departamento de Epidemiología del MINSAP, el que aparece todas las mañanas en televisión para dar los partes sobre el comportamiento de la pandemia, ha pasado casi del anonimato -solo conocido en los predios de su ministerio- a convertirse en una de las personas más populares del país.

De igual manera, el catedrático Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, con sus exposiciones de los modelos acerca del comportamiento del coronavirus, que tanto han agradado al presidente, ha trascendido a los primeros planos de la actualidad nacional.

En naciones como Cuba, donde el gobierno lo posee y lo controla todo, el hecho de que las altas esferas del poder se fijen en alguien no es poca cosa. Ese es el primer paso, al que después podrán seguir las asignaciones de automóviles, viviendas o ascensos en la nomenclatura gubernamental.

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Acerca del Autor

Orlando Freire Santana

Orlando Freire Santana

Orlando Freire. Matanzas, 1959. Licenciado en Economía. Ha publicado el libro de ensayos La evidencia de nuestro tiempo, Premio Vitral 2005, y la novela La sangre de la libertad, Premio Novelas de Gaveta Franz Kafka, 2008. También ganó los premios de Ensayo y Cuento de la revista El Disidente Universal, y el Premio de Ensayo de la revista Palabra Nueva.

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