MADRID, España.- El Teatro Nacional de Guiñol, sede del grupo del mismo nombre, fue fundando el 14 de marzo de 1963 por Pepe Carril y los hermanos Carucha y Pepe Camejo.
La instalación, que en el 2023 cumplirá 60 años de fundada, está situada en la planta baja del edificio Focsa, en El Vedado. Durante todos estos años se ha mantenido como sede permanente de la Compañía Guiñol Nacional de Cuba y espacio de referencia del teatro hecho para niños en la Isla.
El teatro tiene una capacidad para 210 espectadores, un escenario de ocho metros de ancho por seis de fondo y cuatro metros de altura.
Desde 1999 hasta el 2019 estuvo dirigido por el reconocido actor y titiritero, ya fallecido, Armando Morales, quien llevara a la escena obras como La República del caballo muerto, Érase una vez un mundo al revés, Osobuco soberbio a la parrilla, El Panadero y el diablo y Fueteovejuna, entre otras.
En el amplio reportorio de la Compañía también sobresalen Pelusín del Monte de Dora Alonso, El canto de la cigarra de Onelio Jorge Cardozo, La calle de los fantasmas de Javier Villafañe; así como adaptaciones de obras de Charles Perrault, los hermanos Grimm, Javier Villafañe, Federico García Lorca y Cervantes.
Con estas y otras puestas en escena la agrupación ha recorrido escenarios de toda Cuba y el mundo.
En 1982 el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral (CELCIT) otorgó al Teatro Nacional de Guiñol el reconocido “Premio Ollantay”, por su contribución al arte de los títeres.
Sin embargo, con los años el deterioro de la instalación se ha hecho notable. El Teatro Nacional de Guiñol se encuentra cerrado por obras desde el 2019.
Según dijo recientemente Rubén Darío Salazar, actor y actual director del teatro, “la reparación capital se halla a la espera de continuidad por problemas económicos y tecnológicos”.
No obstante, Salazar declaró que espera que pueda reabrirse en marzo próximo para su 60 aniversario.
