Cada vez se afianza más la idea de que las reformas económicas aplicadas en Cuba el pasado el 1 de enero de 2021, bajo el ambiguo nombre de «Tarea Ordenamiento», fueron sencillamente un paquetazo neoliberal.
El pasado 6 de abril, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel informó en Twitter que «en próximas horas habrá medidas de cierre más drásticas, ante el primer rebrote de Covid-19». Aunque el anuncio molestó a algunos, lo cierto es que el aumento del coronavirus obliga, al menos, un cierre del transporte público en la capital. El toque de queda en La Habana solo ha servido para evitar cualquier suceso similar a la noche del 27N.
Las principales presiones políticas que debió haber recibido René González por oponerse a la decisión gubernamental de impedir que la periodista Karla Pérez regresara a Cuba, no fueron agresiones de carácter público.
Carolina Barrero y su cartel de José Martí (Imágenes: Facebook)
Hoy, en Cuba, la censura no pasa por la imposición de una visión artística sobre otra, sino sobre el contenido de la obra. En el escenario actual, cuando el país vive su mayor crisis económica en treinta años, la censura solo ayuda a que el descontento social crezca y sea monopolizado por la derecha.