Jancel Moreno, con sus pantalones cortos, los muslos al aire, su cara de niño que va a la escuela y se porta bien, es el pájaro más buscado por la policía de Matanzas, una ciudad empastillada de somníferos en el occidente de Cuba. Jancelito no es matancero, no está dormido. Es un influencer.
Tengo que decir, por no decir mentira, que la nueva normalidad me gusta. Tanto como un mojito al caer la tarde, en La Habana, mirando al mar desde un lugar alto, aunque venga con la yerbabuena marchita, traiga poco ron, solo una pizca, y caiga en el estómago con la fuerza de un placebo.
Imágenes del “acto de repudio” organizado frente al edificio de la curadora Anamely Ramos (Tomadas de un video publicado en Facebook)
―¡Son viejos por gusto! ―gritó, atrincherado en la entrada del edificio. Es un joven profesor.
Afuera, una docena de mujeres mayores, las abuelas de alguien, respondieron con vítores a Raúl, a Fidel y a Díaz-Canel. Eran una muralla levantada frente a la puerta, dispuestas a impedir la entrada o la salida. La poeta Katherine Bisquet quería entrar y la curadora de arte Anamely Ramos quería salir.
Cleida García y sus hijos, foto publicada en el perfil de Facebook del periodista Jorge Enrique Rodríguez
Las Manadas andan sueltas hoy, lo mismo que ayer. La Manada se hacía llamar un grupo de amigos que violó a una mujer en Pamplona. España se estremeció durante el proceso, en el que se implicaron muchos españoles, como si se tratara de un hecho inverosímil que avergonzara a la nación y les echaba en cara, cuando menos lo esperaban, que no habían adelantado tanto como suponían.
Cartel en apoyo de Elaine Saralegui y Adiel González Maimó publicado por la Plataforma 11M
La Plataforma 11M, un grupo de activistas independientes que tomó su nombre de la marcha por los derechos LGBTI+ cancelada violentamente en La Habana el 11 de mayo de 2019, pidió esta semana al gobierno cubano que frene una campaña emprendida por varias iglesias cristianas.