Fallece el escritor y periodista Félix Guerra, fundador de ‘El Caimán Barbudo’

El escritor y periodista Félix Guerra, uno de los fundadores de El Caimán Barbudo, falleció este jueves en La Habana a los 83 años. Algunas horas más tarde, la redacción de esa revista cubana declaró: “Luto para los caimaneros y toda la cultura cubana”.

En su página de Facebook, la publicación oficialista recuerda que Guerra fue firmante en 1966 de “Nos pronunciamos”, que constituyó su “manifiesto inaugural”.

“Fue un periodista y un escritor total”, se lee también en dicho post, “que abarcó todos los géneros. Otro caimanero, el ilustrador José Luis Posada, le acompañó en la concepción del bello libro Criaturas insólitas o desaparecidas. Narró junto a Froilán Escobar una epopeya en Che, Sierra adentro”.

Antes de ofrecer el pésame a sus familiares, El Caimán Barbudo relacionó algunos de los hitos biográficos del autor: “Ganó el Premio de la Crítica con los poemas infantiles de El amor de los pupitres. Y su libro de entrevistas Para leer debajo de un sicomoro es un grandioso homenaje a José Lezama Lima, figura capital de las letras cubanas. Pasó por las revistas Cuba y Bohemia ecibió en 1995 el Premio Nacional de Periodismo José Martí”.

“Hasta el último segundo de su vida Félix Guerra quiso cambiar el mundo. Entendía la poesía del mismo modo que Marx la filosofía. Hizo poemas no para entender el mundo sino para transformarlo. Qué digo poemas, no, eso sólo no, también crónicas, artículos, relatos, novelas, hasta arte digital… Y todo como parte de una única cruzada”, escribió a su vez el narrador Rafael Grillo, actual jefe de redacción de El Caimán Barbudo.

“El hombre más pacífico del mundo llevaba la Guerra del apellido en el sentido de dar una batalla por el humanismo”, aseguró este jueves el también fundador de la web Isliada. “Fue el humanista más radical, quería salvar la familia, el país, la naturaleza, la literatura, el cine, el arte. Proteger la cultura toda, la patria entera y también cada árbol y pajarito”.

Nacido en 1938, en Camagüey, Félix Guerra dijo haber adquirido “la conciencia de ser escritor […] haciendo periodismo”. En una entrevista concedida hace cinco años al diario 14 y Medio, rememoró sus “problemas” con la burocracia cubana en los setenta a raíz de la publicación de Che, Sierra adentro.

“Algunos burócratas del Partido entendieron que a Froilán y a mí se nos había ido la mano en eso de humanizar al «guerrillero heroico». Nos acusaban también de que en el texto había demasiado Che y poco Fidel. Ellos querían que hiciéramos un santo de madera y nosotros nos negamos, como me niego hoy a demonizarlo. Finalmente salió con un sólo capítulo censurado, en el que contábamos los amoríos de Guevara en la Sierra Maestra”.

Hijo de un padre comunista que le daba a leer “libros de Marx, Lenin, Trotsky y Proudhon” y de una madre que “siempre fue una ferviente creyente”, Guerra reconoció en su vejez que con los años fue “asumiendo una visión menos candorosa de las relaciones humanas y de la ideología”.

“A estas alturas debo confesar que ya no me siento marxista”, dijo, “aunque siga admirando a Carlos Marx como persona y como pensador, pero se han cometido tantas barbaridades en su nombre que me salgo de esa estrecha gaveta”.