Vanito Brown: «Habana Abierta es un ensayo de la democracia»
«Me gustaría poder vivir aquí, me gusta mucho Cuba, pero tengo la costumbre de hablar libremente, de circular libremente».
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«Me gustaría poder vivir aquí, me gusta mucho Cuba, pero tengo la costumbre de hablar libremente, de circular libremente».
Entre los grupos teatrales surgidos en Cuba a fines del siglo pasado, El Ciervo Encantado destaca por la pulsión de replantearse en cada espectáculo. Durante más de dos décadas ha posicionado una rigurosa investigación técnica, con todo el entrenamiento relativo al performer y la voz, el cuerpo como herramienta y archivo.
Sostiene que es lo único que no hay que tener en la vida. Está completamente seguro de que el gobierno cubano vendrá de nuevo por él, pero asegura que ellos “ahora no saben cómo responder porque no tienen delante a un opositor, a un activista de derechos humanos, lo que tienen es a un hacedor”.
Estoy absolutamente en contra de la originalidad. Me parece que es una idea completamente improductiva. Buscar ser original es una estupidez. Yo le digo a mis alumnos: “Agarren los poemas del otro y agreguen ustedes, roben, roben”.
La obra de Edel Rodríguez, la cual comprende una vasta iconografía que va desde el Che Guevara con audífonos de iPhone hasta Mao Zedong o Muamar el Gadafi derritiéndose tras su muerte, ha sido expuesta en ciudades como Los Ángeles, Nueva York, Filadelfia, Dallas, Toronto o Madrid, y sus pinturas son habituales en las portadas de medios como TIME, Newsweek, The New Yorker o The New York Times.
La joven fue expulsada del centro de estudios por pertenecer al grupo opositor Somos+, al frente de Eliecer Ávila, quien hace unos pocos meses fue tildado por los miembros del movimiento de violar las premisas fundamentales del grupo.
“Lo más doloroso es todo eso, tener que alejarme de mi familia por temor a las represalias que puedan tomar contra ellos. Discutir con mis hermanos y mi madre al punto de no hablarnos, porque yo no soy ni puedo ser nadie para intentar cambiar este sistema».
No veo más opción por ahora que continuar soñando con un gobierno que lo sea para todos los cubanos y no solo para los seguidores (reales o fingidos) de su ideología.
Un día me dijo mi papá: “Si logras convencer a Fidel de tus temas, él convence a todos los cubanos”.
«No me interesa el lado bonito y simpático de la gente, el que todos mostramos satisfechos y sonrientes. No. Me interesa indagar en las crispaciones, los remordimientos, las tormentas, lo inexplicable…»