
Lo que queda del barrio donde nací
Cada vez que transito por mi barrio, siento una mezcla de nostalgia y tristeza enorme. Ya nada queda allí que ver.
Cada vez que transito por mi barrio, siento una mezcla de nostalgia y tristeza enorme. Ya nada queda allí que ver.
Una preocupación generalizada de los vecinos es que debido a las roturas y tupiciones de la red del alcantarillado se mezclen y contaminen las aguas, lo cual provocaría enfermedades.
Contradictoriamente, mientras el agua corre como un arroyuelo a escasos centímetros de las puertas, en el interior de los hogares hay que ahorrar hasta la última gota almacenada.
El museo, que antes fue la casona de los Villalta y de los Zayas Bonnet, lleva décadas abandonado.
El 8 de mayo de 1589 un colono español llamado Hernán Manrique de Rojas solicitó al cabildo de la villa de San Cristóbal de La Habana establecer una estancia en la zona de extramuros con el objetivo construir la Zanja Real
“Todo se perdió, pero gracias a Dios yo no estaba aquí”
Cada vez que transito por mi barrio, siento una mezcla de nostalgia y tristeza enorme. Ya nada queda allí que ver.
Una preocupación generalizada de los vecinos es que debido a las roturas y tupiciones de la red del alcantarillado se mezclen y contaminen las aguas, lo cual provocaría enfermedades.
Contradictoriamente, mientras el agua corre como un arroyuelo a escasos centímetros de las puertas, en el interior de los hogares hay que ahorrar hasta la última gota almacenada.
El museo, que antes fue la casona de los Villalta y de los Zayas Bonnet, lleva décadas abandonado.
El 8 de mayo de 1589 un colono español llamado Hernán Manrique de Rojas solicitó al cabildo de la villa de San Cristóbal de La Habana establecer una estancia en la zona de extramuros con el objetivo construir la Zanja Real
“Todo se perdió, pero gracias a Dios yo no estaba aquí”