Las “fiestas populares” de Santa Clara son más parecidos a una plaza comercial ―con mal olor― que a una jornada festiva.
El desencanto fue generalizado con la transformación de las festividades en un evento marcado por la inseguridad y la exclusión económica.
La víctima, residente en La Habana desde hacía muchos años, había acudido a su ciudad natal para disfrutar de los carnavales.
Ni lo agradable ni lo higiénico son adjetivos que puedan atribuirse a los carnavales celebrados en Santa Clara a finales de cada mes de julio.
Igual que sucedió con el Día de los Reyes Magos, festividad tradicional para agasajar con juguetes nuevos a los niños, los carnavales fueron trasladados para las fechas inmediatas al 26 de Julio.
“Este año no se puede decir que en los carnavales se haya formado ninguna bronca. Este año el ‘picao’ malo lo ha puesto la policía”
“Los dirigentes no vienen a los carnavales, no los sufren. No tiran ni agua para acabar con la peste de las calles. Lo poco que hay lo venden súper caro”
Por un fin de semana la fiesta llega a esconder suciedades y miserias no solo políticas
Como sé cómo suelen ponerse los aseres y los policías, he procurado no pasar cerca del Malecón
Cubanos se quejan por los altos precios en el Carnaval de La Habana
Las “fiestas populares” de Santa Clara son más parecidos a una plaza comercial ―con mal olor― que a una jornada festiva.
El desencanto fue generalizado con la transformación de las festividades en un evento marcado por la inseguridad y la exclusión económica.
La víctima, residente en La Habana desde hacía muchos años, había acudido a su ciudad natal para disfrutar de los carnavales.
Ni lo agradable ni lo higiénico son adjetivos que puedan atribuirse a los carnavales celebrados en Santa Clara a finales de cada mes de julio.
Igual que sucedió con el Día de los Reyes Magos, festividad tradicional para agasajar con juguetes nuevos a los niños, los carnavales fueron trasladados para las fechas inmediatas al 26 de Julio.
“Este año no se puede decir que en los carnavales se haya formado ninguna bronca. Este año el ‘picao’ malo lo ha puesto la policía”
“Los dirigentes no vienen a los carnavales, no los sufren. No tiran ni agua para acabar con la peste de las calles. Lo poco que hay lo venden súper caro”
Por un fin de semana la fiesta llega a esconder suciedades y miserias no solo políticas
Como sé cómo suelen ponerse los aseres y los policías, he procurado no pasar cerca del Malecón
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