
Cuba: rosario de penas
El país se ha convertido en una sarta de lamentos, ácidos porque ni azúcar tenemos para endulzar una tarde o una noche de tristezas, sin electricidad, a oscuras.
El país se ha convertido en una sarta de lamentos, ácidos porque ni azúcar tenemos para endulzar una tarde o una noche de tristezas, sin electricidad, a oscuras.
Las realidades del consumo de alimentos en Cuba son malas, pero las perspectivas son aún peores.
El funcionario detalló que la crisis está marcada por la falta de combustible, insumos y problemas estructurales en el sistema productivo del país.
Revivir la agricultura en Cuba será posible solo si se conceden mayores libertades a los productores para decidir sobre sus siembras.
Los árboles frutales que sembraron nuestros abuelos y padres, los anones, guanábanas, mameyes, ciruelas, anoncillos, tamarindo y nísperos, terminarán por desaparecer.
La malanga se ha convertido en un alimento privativo: en los últimos años su precio se disparó hasta alcanzar los 200 pesos por libra.
La “reforma agraria” que ahora celebra el régimen totalitario castrocomunista supuso la eliminación de los latifundios privados que existían en Cuba para transformarlos en un inmenso latifundio de Estado improductivo.
La delegación de EE.UU. está conformada por representantes del sector agrícola de todo el país, y la cubana está integrada por funcionarios del régimen y dueños de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Es una burla exhibir en una feria los alimentos que no están al alcance del ciudadano de a pie.
En su lugar, el régimen cubano colocó a Félix Duarte Ortega, al frente de la organización encargada de controlar a los campesinos cubanos.
El país se ha convertido en una sarta de lamentos, ácidos porque ni azúcar tenemos para endulzar una tarde o una noche de tristezas, sin electricidad, a oscuras.
Las realidades del consumo de alimentos en Cuba son malas, pero las perspectivas son aún peores.
El funcionario detalló que la crisis está marcada por la falta de combustible, insumos y problemas estructurales en el sistema productivo del país.
Revivir la agricultura en Cuba será posible solo si se conceden mayores libertades a los productores para decidir sobre sus siembras.
Los árboles frutales que sembraron nuestros abuelos y padres, los anones, guanábanas, mameyes, ciruelas, anoncillos, tamarindo y nísperos, terminarán por desaparecer.
La malanga se ha convertido en un alimento privativo: en los últimos años su precio se disparó hasta alcanzar los 200 pesos por libra.
La “reforma agraria” que ahora celebra el régimen totalitario castrocomunista supuso la eliminación de los latifundios privados que existían en Cuba para transformarlos en un inmenso latifundio de Estado improductivo.
La delegación de EE.UU. está conformada por representantes del sector agrícola de todo el país, y la cubana está integrada por funcionarios del régimen y dueños de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Es una burla exhibir en una feria los alimentos que no están al alcance del ciudadano de a pie.
En su lugar, el régimen cubano colocó a Félix Duarte Ortega, al frente de la organización encargada de controlar a los campesinos cubanos.