Especial donaciones huracán Melissa

Radiografía de la ayuda humanitaria enviada a Cuba tras el paso del huracán Melissa

Por Carlos Alejandro Rodríguez Martínez

Incluso antes del paso del huracán Melissa por la región oriental de Cuba, el 29 de octubre pasado, la ayuda humanitaria ya había comenzado a llegar a la Isla. Cuando el meteoro avanzaba sobre las provincias de Santiago de Cuba, Granma y Holguín, y previendo las dimensiones de la catástrofe, numerosos países, organizaciones no gubernamentales y entidades multilaterales se apresuraban a anunciar el envío de cargamentos de ayuda humanitaria a la mayor de las Antillas. Y, después que Melissa saliera de tierra cubana, y empezaran a difundirse las primeras imágenes de sus cuantiosos daños, más ayuda seguía siendo anunciada.

 

*Este artículo se actualiza a diario para reflejar los datos más recientes.

El panorama es inequívoco: decenas de gobiernos —La Habana ha agradecido a unos 27—, organismos multilaterales, iglesias, organizaciones de la diáspora, grupos solidarios y actores privados han movilizado recursos que suman millones de dólares en fondos y suministros, además de otras miles de toneladas de alimentos, materiales de construcción, equipos y medicinas cuyo valor no se ha revelado y ha sido, por eso, imposible de cuantificar. 

La mayor parte de esos recursos ha pasado, de una forma u otra, bajo el control totalitario del Estado cubano. Lo que no se sabe con la misma certeza es cómo, cuánto y a quién ha llegado toda la ayuda. Sobre la entrega de recursos, solo hay reportes de prensa dispersos, imprecisos e incompletos.

Aun con esa escasez de información, los datos recabados por CubaNet demuestran que la ayuda llegó a Cuba. El problema no es demostrar cuánto se donó, sino cuánto llegó realmente a los damnificados.

Un piso mínimo millonario

CubaNet indagó en las páginas web de gobiernos y organismos internacionales para desagregar, cuando fue posible, la ayuda anunciada en “cargamentos” y “toneladas”; rastreó medios nacionales y redes sociales en busca de reportes sobre la llegada a la Isla de esos envíos y, cuando existían, las notas de entrega. El resultado es un inventario no oficial de la ayuda humanitaria destinada al Oriente de Cuba tras el paso de Melissa: un piso mínimo verificable, pero alejado del total.

El Gobierno cubano y estructuras estatales bajo su control, como la Cruz Roja Cubana —subordinada al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y brazo auxiliar de la Defensa Civil, que a su vez depende de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)— han recibido en ayuda más de 1,9 millones de dólares estadounidenses (USD). Es un dato muy conservador, porque solo tiene en cuenta la ayuda que fue posible cuantificar monetariamente.

Esa cifra tampoco tiene en cuenta los 11 millones de dólares que el Sistema de Naciones Unidas había desembolsado en Cuba hasta el 6 de noviembre pasado, como parte de un plan de acción que asciende a los 74 millones de USD

El monto tampoco incluye el valor de los envíos más voluminosos, como los de Venezuela (7.557 toneladas de ayuda), China (miles de paneles solares, colchones y 30 toneladas de alimentos, entre otros) y Colombia (244 toneladas de ayuda), descritos solo por peso o tipo de mercancía, sin tasación económica.

Ayuda internacional canalizada a través del Gobierno cubano o sus instituciones

Solo el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF; parte del Sistema de Naciones Unidas), movilizó antes del paso del huracán 4.000.001 dólares para la respuesta al desastre. Después del impacto del meteoro, y hasta el pasado 6 de noviembre, el resto de las agencias de la ONU presentes en la Isla tendrían que haber liberado 7 millones más de USD para completar los 11 millones reportados tanto por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) como por el Gobierno cubano.

Esa financiación, que el Sistema de Naciones Unidas espera elevar a 74 millones de dólares, se traduce en lonas, láminas, kits de higiene, sistemas de riego, insumos agrícolas, motosierras, generadores, alimentos, plantas potabilizadoras y otros insumos.

Aunque esos recursos no se entregan como cheques al Gobierno, su implementación en territorio nacional depende de la coordinación con instituciones estatales y de la Cruz Roja Cubana.

Cuatro millones de dólares han sido destinados exclusivamente a la recuperación del Oriente cubano vía agencias de la ONU (CERF, FAO, PNUD, PMA, UNICEF, OMS).

 

Donaciones dirigidas al Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) por el desastre en el Oriente de Cuba:

  • Noruega → CERF → 400.000 USD
  • Alemania → CERF → 330.000 USD

 

Donaciones dirigidas a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) por el desastre en el Oriente de Cuba:

  • España → IFRC → 500.000 euros (≈ 581.920 USD)
  • Suiza → IFRC → + 250.000 francos suizos (+ 315.300 USD)

 

Donación dirigida al Programa Mundial de Alimentos (PMA) por el desastre en el Oriente de Cuba:

  • Japón → PMA → 1.000.000 USD (invertidos en la compra de productos alimenticios)

    * No son donaciones añadidas a los 4 millones movilizados por el CERF, sino parte de ellos.

Si se suman los casi 2 millones de dólares documentados en donaciones dirigidas al Gobierno con los 11 millones canalizados por agencias de la ONU, el volumen verificable de recursos destinados a Cuba tras Melissa se acerca, como mínimo, a los 13 millones de dólares. No obstante, la cifra real es mucho mayor, porque tendría que considerar el valor económico de la mayoría de los suministros enviados al país (no tasados), así como el valor de la ayuda ciudadana y organizaciones de carácter religioso, que tampoco ha sido calculado.

Tres circuitos de ayuda

Pese a la falta de datos, se sabe que la inmensa mayoría de la ayuda que entra al país para Oriente queda, de una forma u otra, bajo control o mediación del aparato estatal. Aunque los 11 millones de dólares gestionados por organismos internacionales y socios humanitarios reconocidos por el régimen no son “dinero para el Gobierno”, sí son recursos cuya implementación el Gobierno permite y controla.

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Ayuda humanitaria

entregada a un damnificado del huracán Melissa en la comunidad El Francés, en Santiago de Cuba (Fotos: Cortesía)

El mapeo caso a caso de la ayuda humanitaria anunciada o enviada a la Isla permite identificar con nitidez tres grandes circuitos. El primero lo monopoliza el Estado: casi todas las grandes donaciones de gobiernos y organismos internacionales están controladas parcial o totalmente por las autoridades cubanas; además, la ayuda interprovincial e interinstitucional está bajo la tutela de ministerios, gobiernos provinciales, empresas estatales y Consejos de Defensa.

Dentro de este circuito estatal se incluyen también las donaciones nacionales de instituciones subordinadas al Gobierno o de GONGO (organizaciones supuestamente no gubernamentales pero organizadas y controladas por el poder). 

Actores estatales y privados han enviado recursos hacia el Oriente del país, pero siempre a través de estructuras oficiales: una empresa privada de La Habana, por ejemplo, donó pacas de ropa reciclada que recibió una empresa estatal en Holguín, cuyo destino final decidió el Consejo de Defensa Provincial. Varios municipios de Camagüey han reunido contenedores con alimentos, carbón, ropa, útiles del hogar, juguetes y otros insumos que han enviado a Granma y Santiago de Cuba. En algunos casos, la prensa oficial ha indicado que la ayuda “llegó” a determinadas provincias o municipios, pero rara vez ha identificado barrios, consejos populares o criterios de selección.

Ayuda nacional gestionada por el Gobierno cubano o sus instituciones

El segundo circuito es el eclesial, probablemente el que ofrece mayor trazabilidad. La Iglesia Metodista reportó asistencia a familias en Nicaro, Cauto Embarcadero, Cauto Cristo, Río Cauto, Jobabo, Costa Rica y Santiago de Cuba, con entregas que comienzan en los días inmediatamente posteriores al huracán. La Iglesia Católica articuló un entramado aún más amplio: diócesis y arquidiócesis del país se envían ayuda entre sí, mientras la diáspora y aliados internacionales canalizan recursos hacia Cáritas y parroquias concretas. Desde el sur de Florida, la Ermita de la Caridad y la Arquidiócesis de Miami han enviado varias decenas de miles de libras de alimentos no perecederos que se distribuyen a través de Cáritas. Solo las donaciones descritas en las bases de datos benefician a varios miles de familias y a decenas de miles de raciones de comida, sin que medie el aparato estatal en la definición de los beneficiarios.

Ayuda gestionada o entregada por instituciones de carácter religioso

El tercer circuito es emergente pero significativo: proyectos y redes que se diseñan explícitamente para sortear al Estado cubano. Desde su anuncio, algunas donaciones internacionales han buscado entregar la ayuda de forma directa. El caso más relevante por el volumen anunciado es el de Estados Unidos, que destinó tres millones de dólares para ayuda humanitaria a “comunidades afectadas por Melissa” en la Isla, a entregar a través de redes de la Iglesia Católica como Catholic Relief Services y Cáritas. Hasta el momento, no consta que esos recursos hayan arribado a Cuba.

A este bloque se suman los 50.000 dólares de la organización Camaquito Cuba, vinculada al empresario suizo Mark Kuster, que declaró su intención de financiar reparaciones de viviendas en torno a sus proyectos en Santiago de Cuba sin intermediarios burocráticos, y el envío organizado por la plataforma Ciudadanía y Libertad, de 1.650 libras de medicinas, alimentos esenciales, ropa, sábanas y toallas para municipios como Río Cauto, Banes y Palma Soriano. 

Según los datos recabados por CubaNet, el mayor aporte de la sociedad civil independiente corresponde a grupos de cubanos residentes en el extranjero, sobre todo en el sur de Florida. Especialmente La Familia Cubana, “un proyecto sociocultural” integrado por actores de la Isla y la diáspora, ha canalizado miles de libras de ayuda hacia las comunidades más afectadas en el Oriente del país, documentando cada entrega en videos públicos.

Ayuda anunciada o entregada por la sociedad civil sin control del Gobierno

Aunque este tercer circuito no maneja, por ahora, el volumen de gobiernos y agencias multilaterales, es clave por lo que expresa: desconfianza de donantes institucionales y ciudadanos en la capacidad del Estado cubano para distribuir la ayuda de manera eficaz y transparente, y la decisión consciente de crear un canal que “no pase por manos oficiales” y llegue directamente a los damnificados. Con proyectos como La Familia Cubana y La Casa de Maka, la ayuda humanitaria independiente se ha articulado con más eficiencia que nunca antes en la Isla.

Ayuda humanitaria anunciada para Cuba tras el huracán Melissa
(en construcción: va a aumentar)

Casi 6 millones de dólares (solo lo que pudimos tasar; hay más)

  • Al menos 7.830 toneladas de alimentos y otros insumos
  • Unos 8.000 módulos de alimentos para familias
  • Más de 20.000 prendas de ropa y ropa de cama
  • Al menos 800 pares de calzado
  • 490 carpas familiares
  • 50 puzles para techos
  • Más de 1.000 ollas de cocina
  • 5.000 paneles solares
  • 4 parques solares fotovoltaicos
  • Unos 52 aparatos electrodomésticos
  • Más kits de higiene, sistemas de riego, insumos agrícolas, motosierras, generadores, plantas potabilizadoras y otros equipos.
 

Más 3 millones de dólares anunciados por EE.UU.

Esto es un piso mínimo verificable. La ayuda va a aumentar considerablemente cuando se publiquen o recaben más datos.

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La “última milla”

Si se suman las cifras de las bases de datos, el Gobierno y las instituciones bajo su control han recibido o gestionado directamente más de 1,9 millones de dólares en ayuda, sin contar los cuantiosos cargamentos sin tasar. A esa cifra se añaden los 4.000.001 dólares de las agencias de la ONU destinados a la respuesta al huracán en Cuba. El resultado es un piso mínimo cercano a los 6 millones de dólares, al que habría que sumar el valor económico de toneladas de alimentos, acero, equipamiento, medicinas y módulos de ayuda eclesial y ciudadana no monetizados en los registros.

Sin embargo, la abundancia relativa de información sobre lo que entra contrasta con la escasez de datos sobre la “última milla”. En el circuito estatal, la trazabilidad suele cortarse en el puerto, el aeropuerto o, a lo sumo, en la capital provincial: se sabe cuándo arribó un barco al Mariel, qué autoridad recibió el cargamento, a qué provincia se “destina” un donativo o qué municipio acoge un hospital de campaña, pero casi nunca se publica un desglose por comunidades, listas de beneficiarios o criterios transparentes de selección. Cuanto más voluminoso y estratégico es el envío, menos información circula sobre su ruta hasta los hogares de las personas damnificadas.

Un cargamento de varias toneladas puede haberse dividido en decenas o centenares de actos de entrega en numerosas comunidades, pero eso no garantiza que toda la carga se haya entregado a quienes iba dirigida. Las bases de datos no permiten demostrar desvío o corrupción, entre otras cosas porque el Estado cubano no publica registros detallados que puedan confrontarse con lo que recibe. Lo que sí permiten afirmar, con rigor, es que el problema de los damnificados en Oriente no se debe a la falta de donaciones, sino a lo que ocurre —o deja de ocurrir— en los eslabones finales de la cadena.

El Estado cubano es, en la práctica, el intermediario casi obligatorio entre la solidaridad internacional y los damnificados, incluso cuando los donantes son ONG o sindicatos extranjeros. Y, si el volumen de recursos bajo control estatal es tan alto, ¿cómo se explica que, semanas después, buena parte de los afectados siga reportando que no ha recibido ninguna ayuda o muy poca?

Opacidad: qué sabe nadie

A la falta de información sobre la entrega se suma otro problema: una parte de la información que sí existe es opaca. Numerosos internautas residentes en el Oriente de la Isla se han quejado de no recibir ayuda humanitaria, sino productos de la canasta básica que debían haberse vendido meses antes y que, tras el paso de Melissa, finalmente llegaron a sus bodegas. ¿Estas pocas libras de arroz y azúcar corresponden al monto de la ayuda humanitaria recibida por el Gobierno? Nadie sabe, y el Gobierno no dice.

“Solo dieron un paquete de arroz lleno de bichos y lo dieron como parte del arroz que nos deben de otros meses atrás. Fue regalado, pero no cumplió como donación, sino [que fue] parte de la canasta básica”.
Lenia Pérez, Holguín, 21 de noviembre, Facebook
“Barrio Las Cruces, municipio Contramaestre, Santiago de Cuba. Fue y es uno de los barrios más afectados de esta zona, queda en la trayectoria de la Carretera Central, entre Palma Soriano y el municipio al que pertenece. Nadie se ha presentado a este lugar, ni representantes del PCC ni del Gobierno. Los habitantes han remendado sus viviendas con lo que han podido; ayuda humanitaria de ningún tipo, solo venta de canasta básica atrasada de meses (chícharo y unas libras de azúcar, arroz con gorgojo)”.
Keila H. Fundora, 21 de noviembre, Facebook
“¿Donaciones dónde? Dos libras de arroz y chícharo de la canasta básica, de [hace] como tres meses antes de nuestra era”.
Aray Rodríguez, Mella (Santiago de Cuba), 21 de noviembre, Facebook

Por otro lado, La Habana ha presentado como donaciones relacionadas con el desastre provocado por Melissa ayudas recibidas anteriormente o con otros fines. CubaNet identificó al menos cuatro casos que involucran a Vietnam, China y Rusia:

 

Vietnam: El 19 de octubre pasado, 10 días antes de que el huracán Melissa tocara tierra cubana, el periódico oficial Cubadebate anunció el fin del programa “65 años de solidaridad Vietnam – Cuba”, por el cual se recaudaron 23,3 millones de dólares para enviar al Gobierno de la Isla como muestra de solidaridad. 

Esto ―presentar la donación como parte de los esfuerzos por la recuperación tras la catástrofe― diluyó en la recuperación de Oriente 23,3 millones de dólares cuyo destino final muy difícilmente podrá rastrearse.

 

Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
El Gobierno cubano presentó la donación de 23,3 millones de dólares de Vietnam como ayuda humanitaria por el huracán Melissa (Captura de pantalla de Cubaminrex)
Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
El Gobierno cubano presentó la donación de 23,3 millones de dólares de Vietnam como ayuda humanitaria por el huracán Melissa (Captura de pantalla de Cubaminrex)
Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Collage con información sobre la ayuda humanitaria enviada a Cuba tras el paso de Melissa. Apareció en la nota "Varios gobiernos envían ayuda humanitaria a Cuba", publicada por Cubaminrex el 2 de noviembre. La campaña de recaudación de fondos de Vietnam aparece entre otros gestos de ayuda.

Pero hay más de Vietnam: el pasado 20 de noviembre, Cubaminrex publicó que el Gobierno de ese país asiático había donado cuatro parques solares fotovoltaicos que “serán ubicados en diferentes localidades de la provincia Mayabeque”. La donación se presentó como ayuda humanitaria por el paso del huracán Melissa, pero no, los parques solares no irán al Oriente de Cuba. 

Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
El anuncio de la donación de los cuatro parques solares por porte de Vietnam. También aparece en una nota y un collage del 20 de noviembre sobre la ayuda humanitaria enviada a Cuba tras el paso del huracán Melissa. Tanto la nota como el collage fueron publicados por el sitio oficial Cubaminrex.

China: El 11 de noviembre, trascendió la donación de China a Cuba de 5.000 paneles solares “para electrificar viviendas rurales aisladas”. Aunque así lo presentó Cubadebate, el embajador de China en Cuba, Hua Xin, había vinculado el donativo con la afectación del huracán Melissa en la región oriental. “Esta ayuda proporcionará apoyo energético estable y limpio para la recuperación postdesastre, acelerando el restablecimiento de la normalidad”, afirmó el diplomático, que insistió en que los equipos llevarían brindarían “esperanza y ánimo a los afectados”. Pero, por lo visto, ya el Gobierno cubano había decidido darle otro fin a los 5.000 paneles solares.

Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Publicación de Hua Xin, embajador de China en Cuba, en X, el 10 de noviembre. El diplomático habla de "recuperación" y "reconstrucción" de "la zona afectada por Melissa" (Captura de pantalla)
Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Anuncio de la donación de 5.000 sistemas fotovoltaicos por parte de China. La noticia apareció en el medio oficial Cubadebate el 11 de noviembre pasado (Captura de pantalla)

Rusia: Otro caso singular es el de Rusia, cuyo gobierno anunció una ayuda valorada en 60 millones de dólares. Cubaminrex recoge, en una nota sobre la respuesta internacional tras Melissa, que Rusia decidió expedir “ayuda de emergencia valorada en 60 millones de dólares” para Cuba. Hasta ahí: no hay otra información en medios nacionales.

 

Anuncio del crédito de 60 millones de dólares otorgado por Rusia al Gobierno cubano (Captura de pantalla de una nota del Ministerio de Economía y Plnificación de Cuba, publicada el 12 de noviembre de 2024)

En este vacío, lo que resalta es que ya a inicios de 2025 Moscú había anunciado un crédito para combustibles, que, al parecer, ahora el Gobierno cubano estaría presentando como “ayuda emergente” en el contexto de la crisis agravada por el huracán Melissa.

(En noviembre de 2024, tras el paso del huracán Rafael, Moscú concedió un crédito de 60 millones de dólares al Gobierno cubano para la compra de combustibles. La noticia fue confirmada en enero de este año por la prensa oficial cubana).

 

El mismo paquete que incluye los 60 millones de dólares ha sido presentado, reiteradamente como “ayuda de emergencia” y como respuesta a la crisis energética agravada por los huracanes Óscar y Rafael. Ahora, tras Melissa, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba incluye a Rusia en la lista de países que enviaron “ayuda humanitaria” (la valora, específicamente, en 60 millones de dólares).

Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Rusia, incluido como uno de los países que envió ayuda humanitaria a Cuba tras el paso del huracán Melissa, en una nota de Cubaminrex del 2 de noviembre (Captura de pantalla)
Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Otra nota sobre el crédito otorgado por Rusia. Esta apareció en en la web de la emisora Radio Cadena Agramonte, el 6 de enero de 2025)

En todos estos casos, el Estado mezcla créditos blandos, ayudas previas y donaciones reales en un mismo relato de “ayuda humanitaria”, sin aclarar qué corresponde a la recuperación tras Melissa y qué no. Así, millones de dólares podrían “perderse” sin ninguna rendición de cuentas, como dinero que cae en un bolsillo sin fondo.

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Lo que llega a Cuba, ¿llega a Oriente?

LO QUE LLEGA A ORIENTE,
¿LLEGA A LOS DAMNIFICADOS?

No solo tras Melissa, sino tras cada desastre natural ocurrido en Cuba, la población se ha preguntado cuánto de lo donado ha sido realmente recibido por los damnificados. Una y otra vez han aparecido denuncias de venta de donaciones a la propia población afectada, y esta vez no ha sido la excepción.

El 11 de noviembre, Oscar Pérez-Oliva Fraga, viceprimer ministro cubano, aseguró en declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que “se ha sido exigente en no permitir que se venda por el Estado ningún donativo”. Diez días después, durante una visita al pueblo de Baconao, en la provincia de Santiago de Cuba, Miguel Díaz-Canel pidió organizar “bien” la entrega de “lo que llegue de donación”. “Que haya un control popular sobre las cosas que se entregan”, dijo el gobernante.

Ellos y otros más han explicado, varias veces, que las donaciones no se venden, que se venden los productos de la llamada “reserva estatal”. 

El propio primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, ha confirmado la venta de colchones que, supuestamente, “hubo que comprar”. “En Granma, en una comunidad (…) se ha llegado con colchones, unos que hubo que comprar, pero otros donados. Entonces, a veces viene la confusión, ¿por qué a mí me lo cobraron y por qué al vecino no? No, es que son colchones diferentes”, admitió. En otra intervención, Marrero generó críticas al proponer la venta de viandas a la población damnificada: “Hay mucha gente que perdió el cultivo, el animalito que tenía. Tenemos que ir buscando soluciones alternativas y hacer la caldosa, ver cómo las viandas que están llegando… llegar aquí a la propia comunidad y venderle un poquito de vianda”.

Tras las quejas por la comercialización de productos que los damnificados suponían que no tendrían que pagar, Prisiliano Guisado Tapia, director de Comercio Exterior y jefe del Subgrupo del Consejo de Defensa de Granma, declaró a la prensa estatal que era “crucial diferenciar entre las donaciones, que son gratuitas, y los recursos liberados de las reservas del país, los cuales se manejan a través del Ministerio de Comercio Interior y tienen un costo”.

Lo que no explicó Guisado Tapia es cómo puede comprobarse que los productos vendidos corresponden, en efecto, a la “reserva” y no a la ayuda enviada por gobiernos, organismos multilaterales, iglesias y ciudadanos. Si las donaciones han arribado a Cuba en cantidades cuantiosas, ¿por qué las familias más afectadas no reciben exclusivamente ayuda humanitaria gratuita? ¿Adónde van las donaciones que no se han entregado a la población? ¿Tienen que rellenar, acaso, la cuota de la “reserva” que el Gobierno decide liberar después de cada desastre? Si así fuera, como suponen innumerables cubanos, el movimiento se simplifica en “donaciones vendidas”, sean del año que sea.

¿Cómo saben los guantanameros que los 1.580 colchones personales de la “reserva” enviados a su provincia —y que, según el diario oficial Venceremos, “se venderán por un valor de 3.730 pesos a personas asistenciadas, afectadas por el huracán Melissa” y al 50, 80% y hasta 100% de su precio “para los que no pueden cubrir el valor total del colchón— son verdaderamente de la reserva y no parte de la ayuda humanitaria? ¿Dónde están —se preguntarán ellos— los colchones de donación?

La realidad que reportan vecinos y medios locales contrasta en casi todas partes con el discurso oficial. Por ejemplo, residentes en Escorial, en el municipio Urbano Noris (Holguín), negaron en los comentarios de una publicación de la emisora La Voz del Azúcar que la ayuda humanitaria hubiese llegado a la comunidad. CubaNet contactó vía Messenger con otros habitantes de la pequeña comunidad, y todos coincidieron en lo mismo: “Aquí no vino nadie”.

Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Captura de pantalla / Facebook
Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
Captura de pantalla / Facebook
Especial ayuda humanitaria huracán Melissa
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"Desde Chicharrones [Santiago de Cuba], [lo que hemos recibido es] lo que llegó a la bodega, que fue vendido. Se me fue el techo de un cuarto y la única que ha pasado es la delgada, y de ayuda, nada de nada (...)".
Juana A. Cause Portuondo, 21 de noviembre, Facebook.
"En Stgo. de Cuba, a la población en general como tal no le han entregado nada de donación, [solo a] algunos casos aislados muy críticos que le han hecho entregas (lo he oído, no conozco ningún caso). Nos vendieron una lata de sardinas a $36, vencida, con tres años de elaboración".
Amado Ramos, 21 de noviembre, Facebook.

El 13 de noviembre, el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, residente en Estados Unidos pero con estrechos vínculos con su comunidad natal en Santiago de Cuba, denunció la venta de “módulos de donaciones” a 3.000 pesos. 

“La gente tiene que saber qué es lo que está llegando [de donación], a quién se le está otorgando, con total transparencia”, dijo Manuel Marrero Cruz. 

En efecto, siguiendo el camino abierto por el primer ministro, CubaNet pidió a sus lectores en la región oriental de la Isla que confirmaran en qué había consistido la ayuda humanitaria, si la habían recibido y de parte de quién, y si les había sido entregada de forma gratuita o vendida. 

Las respuestas —cuando incluyen ubicación—, junto con publicaciones en redes sociales y páginas web de instituciones humanitarias y religiosas, y los propios reportes de entrega aparecidos en la prensa oficial, sirvieron para intentar mapear, aunque sea parcialmente, la ayuda que sí llegó a Oriente. Solo se tuvieron en cuenta los casos con fotos o videos de la entrega, como prueba documental de que la ayuda fue entregada en la comunidad.

En menos de dos semanas tras el paso del huracán, el Oriente cubano ya estaba “inyectado” de recursos potenciales: toneladas de alimentos, combustible, refugios, materiales de construcción, hospitales móviles, agua, kits de higiene y equipamiento sanitario. Lo que no avanza al mismo ritmo es la información sobre la distribución a nivel de barrio y familia. No hay suficientes datos públicos para seguir el rastro de toda la ayuda hasta los hogares damnificados. El patrón dominante es siempre el mismo: el mundo anuncia, embarca y entrega; el Gobierno cubano recibe, pero no documenta ni publica con transparencia cómo reparte toda la ayuda.

Así, la duda vuelve a caer con todo su peso: todo lo que llega a Cuba, ¿llega a Oriente? Y todo lo que llega a Oriente, ¿llega realmente a los damnificados?

Mapeo de la ayuda reportada por los damnificados del huracán Melissa en la región oriental de Cuba. Incluye reportes de venta de productos de la llamada “reserva estatal” así como reportes ciudadanos de ausencia de ayuda humanitaria. El mapa está en construcción; se irá actualizando.

LO ANUNCIADO

 (sin incluir los 3 millones anunciados por Estados Unidos)

Dinero (tasable)

5,95 millones USD en total

 

  • 1,90 millones USD bajo control estatal
  • 4,00 millones USD vía organismos internacionales (fondos de emergencia de la ONU)
  • 0,05 millones USD (50.000 USD) para reparación de viviendas por canales no estatales
  • 560 USD (Donación de los Caballeros de Colón)

 

Ayuda en especie (volúmenes anunciados)

  • 7.831 toneladas de ayuda (alimentos y otros insumos, sin desglosar)
  • 5.000 paneles solares individuales
  • 4 parques solares fotovoltaicos
  • 44.694 libras de alimentos no perecederos (≈ 20,3 t)
  • 1.650 lb de medicinas, alimentos, ropa, sábanas y toallas
  • 1.233 cajas de arroz (13,3 kg c/u) → ≈ 16,4 t
  • 3.888 paquetes de arroz (370 g c/u) → ≈ 1,4 t
  • 1 tonelada adicional de ayuda sin desglosar
  • 256 pacas de ropa con 19.500 prendas
  • 975 piezas de ropa de cama
  • 734 pares de zapatos
  • 50 módulos para techos
  • 52 equipos electrodomésticos

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