En el contexto del cuarto aniversario de las protestas masivas del 11 de julio de 2021 (11J), organizaciones nacionales e internacionales alertamos sobre una nueva escalada represiva por parte del Estado cubano. La vigilancia, las detenciones arbitrarias, el acoso y las amenazas se han intensificado contra activistas, periodistas independientes, personas defensoras de derechos humanos y familiares de personas encarceladas por motivos políticos.
A esto se suma la persistencia de condiciones inhumanas en las cárceles, la negación sistemática de atención médica, la revocación arbitraria de la libertad condicional y el uso de castigos ejemplarizantes como forma de intimidación.
En un escenario donde al menos 361 personas continúan privadas de libertad por participar en las protestas del 11J, denunciamos la ausencia de garantías procesales, el uso instrumental del sistema judicial para castigar la disidencia y la necesidad urgente de una respuesta firme y sostenida por parte de la comunidad internacional.
Cuatro años después del 11J, la represión no solo persiste: se ha intensificado y extendido para criminalizar el ejercicio legítimo del derecho a la protesta. Visibilizar esta realidad es clave para proteger los derechos fundamentales de la ciudadanía cubana y exigir la liberación inmediata e incondicional de todas las personas privadas de libertad por motivos políticos.
La versión en inglés del comunicado está disponible para su consulta aquí: