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Cubalex alerta sobre nuevas violaciones de derechos contra el preso político Leoncio Rodríguez Ponce

31/05/2025 / Alertas, Cubalex

Desde la prisión provincial de Holguín, el preso político Leoncio Rodríguez Ponce, de 59 años, ha denunciado nuevas represalias y hostigamiento sistemático por parte de la Seguridad del Estado.

Requisa violenta y suspensión de llamadas

El pasado 22 de mayo, agentes penitenciarios realizaron una requisa en su celda. Durante el operativo, fue sometido violentamente a un registro corporal, y le arrancaron varias páginas de su agenda telefónica, donde tenía anotados contactos personales. Además, le confiscaron varias denuncias escritas que había preparado para enviar al exterior.

Como castigo, las autoridades penitenciarias le suspendieron de forma indefinida el derecho a realizar llamadas telefónicas. El oficial identificado como “Mario”, agente de la Seguridad del Estado, le advirtió que no tendría acceso al teléfono hasta que él lo decidiera.

La suspensión del derecho a realizar llamadas telefónicas a personas presas por motivos políticos forma parte de un patrón de represión identificado por Cubalex en el monitoreo constante de las condiciones carcelarias en Cuba.

Este tipo de medida busca aislar intencionalmente a las personas privadas de libertad, cortar su contacto con el exterior —en especial con sus familiares, abogados y organizaciones de derechos humanos— y evitar que denuncien las violaciones a sus derechos. Al privarlos del uso del teléfono, el régimen limita una de las pocas herramientas que tienen para documentar y comunicar el maltrato, el abandono médico o el hostigamiento al que son sometidos.

En muchos casos, como el de Leoncio Rodríguez Ponce, la suspensión de llamadas es utilizada como castigo por ejercer su derecho a la denuncia, reforzando una política de silenciamiento forzado que viola los principios básicos del debido proceso, las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela), y los estándares internacionales de protección de los derechos humanos.

Patrón sistemático de hostigamiento

Este mismo oficial ha sido responsable de un patrón de hostigamiento reiterado contra Leoncio, negándole beneficios penitenciarios establecidos, como el acceso al régimen de mínima severidad y la libertad condicional.

Además, fue amenazado con una “deportación” carcelaria —un traslado forzoso a otra prisión en una provincia diferente— como represalia adicional.

La práctica del destierro interno ha marcado profundamente el caso de Leoncio Rodríguez Ponce. Hace más de diez años fue sacado de su provincia de origen, Guantánamo, y desde entonces ha sido trasladado por múltiples cárceles en diferentes provincias del país. Esta política de traslados forzosos ha sido utilizada como castigo adicional, en represalia por su postura crítica frente al régimen y su activismo pacífico.

Sin embargo, Cubalex ha denunciado que las autoridades penitenciarias de esa provincia se han negado a recibirlo, obligándolo a permanecer retenido en Holguín bajo condiciones inhumanas. Esta negativa, que se ha repetido a lo largo de los años, ha profundizado su aislamiento y ha tenido un impacto directo en su bienestar físico y emocional.

Leoncio teme por su vida, al estar lejos de su familia, sin acceso a condiciones mínimas de cuidado, y sin posibilidad de acceder a un régimen penitenciario compatible con su delicado estado de salud. A pesar de ello, las autoridades de Holguín se niegan a autorizar un cambio de régimen, ignorando deliberadamente su situación médica y los estándares internacionales de trato a personas privadas de libertad. 

Leoncio permanece en prisión desde el 28 de junio de 1988. En estos más de 36 años de reclusión, ha sido blanco constante de represalias por motivos políticos. Ha enfrentado acusaciones de “desacato”, “desorden penitenciario” y de un presunto “atentado contra la figura de Fidel Castro”, por escupir en la celda donde este estuvo recluido en la prisión de Boniato.

A lo largo de su encarcelamiento, ha sido trasladado por numerosas prisiones, incluyendo Boniato (Santiago de Cuba), Kilo 8 (Camagüey), Villa Clara, el Combinado del Este (La Habana), Pinar del Río, Holguín y Guantánamo. Hace tres años, fue movido desde Kilo 8 a Holguín, una vez más, debido a la negativa de Guantánamo de aceptarlo en su prisión de origen. 

Silenciar a los presos políticos: una estrategia del régimen

Leoncio también ha sido objeto de presiones psicológicas por parte de la Seguridad del Estado. En múltiples ocasiones, le han ofrecido la libertad condicional a cambio de eliminar el tatuaje con la palabra “Cambio” que lleva en la frente, símbolo de su resistencia. Sin embargo, se ha negado firmemente, y como castigo, se le han negado todos los beneficios penitenciarios a los que podría tener derecho.

Estas acciones no son aisladas. Forman parte de una estrategia sistemática del régimen cubano para silenciar a los presos políticos, especialmente a quienes denuncian los abusos desde el interior de las cárceles. El aislamiento forzado, la suspensión de derechos como las llamadas telefónicas, y los traslados constantes son mecanismos diseñados para quebrarlos, invisibilizarlos y evitar que su voz llegue al exterior. 

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