El opositor Miguel Ángel López Herrera, ex preso político y miembro de Cuba Independiente y Democrática (CID) en Guantánamo, comenzó el 5 de enero una huelga de hambre para exigir su derecho a recibir atención médica adecuada.

Su situación es crítica, ya que padece hiperplasia prostática severa y depende de una sonda desde hace más de un año, lo que incrementa significativamente el riesgo de complicaciones graves. A pesar de haber sido incluido en una lista para cirugía, enfrenta una espera indefinida que pone su vida en peligro.

López Herrera ha presentado reiterados reclamos ante la Dirección Provincial de Salud de Guantánamo sin obtener una respuesta efectiva.

Este caso no solo evidencia la grave crisis del sistema de salud en Cuba, sino también cómo las condiciones de colapso afectan especialmente a quienes son perseguidos por su activismo político. Su condición médica se ve agravada por las amenazas y el hostigamiento constante que enfrenta como represalia por su labor pacífica.

La crisis humanitaria en Cuba obliga a muchas personas a depender del mercado informal o de ayudas externas para acceder a recursos esenciales, como medicamentos o procedimientos médicos. Sin embargo, los altos costos y la falta de insumos hacen que estos sean inalcanzables para la mayoría. La situación de López Herrera refleja esta realidad, mientras enfrenta además la falta de protección y garantías en un contexto de persecución política.

La vida de Miguel Ángel López Herrera está en grave peligro. Su caso no puede seguir siendo ignorado. Es urgente visibilizar esta injusticia y exigir el respeto a su derecho a la salud.