Imagen tomada de memoryofnations

Miguel Ángel López Herrera, ex preso político y miembro de Cuba Independiente y Democrática (CID), enfrenta un nuevo acto de provocación por parte de miembros de un grupo de Respuesta Rápida, instigados por la Seguridad del Estado en Guantánamo. Según su testimonio, vecinos afiliados a estas brigadas dañaron su propiedad al romper parte de la cerca de su casa y colocar una hamaca en su patio, ignorando sus reclamos. A pesar de buscar apoyo de las autoridades locales, no obtuvo respuesta de la policía, la delegada del área ni otros representantes oficiales.

Este incidente es parte de un prolongado hostigamiento que López Herrera ha sufrido durante años, incluyendo actos de vandalismo, amenazas, golpizas y ataques con piedras contra él y su hogar, perpetrados por los mismos vecinos instigados por la Seguridad del Estado.

Además, su vida está en peligro debido a una hiperplasia prostática severa que lo obliga a depender de una sonda permanente, sin acceso a la cirugía necesaria para su tratamiento. Aunque logró conseguir el kit quirúrgico gracias al apoyo de amistades, las autoridades del Hospital Agustino Neto en Guantánamo no han priorizado su caso, informándole que atenderán primero a otros pacientes antes de considerar su situación.

Casa de Miguel Ángel

López Herrera ha anunciado que, de no recibir respuesta a principios de diciembre, planea iniciar una protesta pacífica que podría incluir una huelga de hambre indefinida, ya que su vida depende de esta intervención. La permanencia prolongada de la sonda, utilizada desde enero, podría ocasionarle daños irreparables y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.

La crisis humanitaria en Cuba, marcada por una grave escasez de recursos básicos y medicamentos esenciales, agrava esta situación, obligando a las personas a depender del mercado informal y enfrentar largas esperas para acceder a atención médica. En el caso de López Herrera, el constante hostigamiento debido a su activismo pacífico lo expone a estrés extremo, violencia directa y desprotección institucional, reflejando un patrón sistemático de represión contra defensores de derechos humanos en Cuba.