Divaldo Valcárcel González, opositor político y miembro del movimiento Recuperación Democrática, inició una huelga de hambre el 24 de diciembre en la prisión Combinado del Sur, ubicada en la provincia de Matanzas. Esta drástica medida busca llamar la atención sobre las constantes violaciones a sus derechos fundamentales, que incluyen la falta de un debido proceso y las condiciones arbitrarias de su detención.
Cubalex confirmó que Valcárcel permanece “plantado”, es decir, se niega a ingerir alimentos hasta que sus demandas de justicia sean escuchadas. Hasta la fecha, no tiene asignada una petición fiscal ni se le ha fijado una fecha de juicio, lo que prolonga su incertidumbre legal y su sufrimiento.
El activista Alejandro Garlobo ha denunciado que el oficial responsable de su caso no lo visita en prisión ni le proporciona información sobre el estado de su proceso penal. Esta falta de transparencia e inacción por parte de las autoridades constituye una grave violación de su derecho al debido proceso y agrava aún más su situación.
Valcárcel fue detenido arbitrariamente el pasado 3 de julio mientras trabajaba, según declaraciones de un familiar que atribuye el arresto a las críticas que el opositor publicó en redes sociales. Las autoridades lo acusan de “instigación a delinquir”, un cargo utilizado de forma recurrente para criminalizar y encarcelar a activistas pacíficos y opositores al régimen cubano.
Tras su detención, fue recluido durante más de un mes en el centro de operaciones de la Seguridad del Estado, conocido como “El Técnico”, en Matanzas. En agosto, fue trasladado al Combinado del Sur, donde permanece detenido bajo condiciones que no cumplen con los estándares internacionales de derechos humanos.

Valcárcel es conocido por su activismo, y poco antes de su detención denunció públicamente en su perfil de Facebook los prolongados apagones que afectan a la localidad de Máximo Gómez, en el municipio de Perico, Matanzas. Este tipo de declaraciones suelen ser motivo de represalias por parte del gobierno cubano, que persigue a quienes expresan opiniones críticas.
La situación de Divaldo Valcárcel González es un claro ejemplo de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Cuba, donde los opositores políticos enfrentan persecución, detenciones arbitrarias y procesos judiciales irregulares.
De acuerdo con información proporcionada a Cubalex, el opositor abandonó la huelga el sábado 28 de diciembre.