Andrés Lugo Pérez, condenado a 8 años de prisión por participar en las protestas del 11 de julio, enfrenta una condición crítica de salud sin recibir atención médica adecuada en la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba.
Según información recibida por Cubalex, Andrés lleva aproximadamente diez días en estado depresivo severo, por lo que fue trasladado al hospital del penal. Su situación ha evolucionado hacia un cuadro nervioso con síntomas paranoicos, los cuales se agravan progresivamente.
Andrés sufre episodios de pánico, teme por su vida y asegura que “lo quieren matar”. Sin embargo, no ha recibido atención médica especializada ni evaluación psiquiátrica adecuada hasta el momento.
Durante una reciente visita al penal, la madre de Andrés habló con la jefa del hospital, quien afirmó que está siendo tratado con benadrilina y levomepromazina, un medicamento cuyos efectos secundarios incluyen sedación excesiva, alucinaciones, depresión severa y convulsiones.
La familia está profundamente preocupada, ya que Andrés no ha sido atendido por un especialista en salud mental, y los medicamentos administrados podrían estar agravando su condición.
Andrés Lugo Pérez, opositor político, fue sentenciado por “atentado”, “desorden público” y “desacato” tras participar en las protestas del 11 de julio en Palma Soriano, Santiago de Cuba.
El acceso a la salud mental es un derecho humano básico. La negación de un tratamiento adecuado constituye una violación grave de este derecho y puede considerarse negligencia o maltrato institucional, especialmente en el contexto penitenciario.
Actualización sobre Andrés Lugo Pérez
El preso político Andrés Lugo Pérez, internado bajo estricta vigilancia en el hospital de la prisión de Boniato, Santiago de Cuba, continúa en estado crítico sin recibir la atención médica especializada que requiere. Pese a presentar alucinaciones graves y ser tratado con levomepromazina, no se le suministran otros medicamentos esenciales como clordiazepóxido, alprazolam y diazepam.
Una evaluación psiquiátrica programada para el 24 de diciembre no se llevó a cabo, y su madre, quien intentó visitarlo, no obtuvo información sobre su estado. La familia de Andrés está profundamente preocupada, y su caso evidencia la urgencia de garantizar el derecho a la salud y la justicia para los presos políticos en Cuba.
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