La psicóloga Liliana Morenza, una de las integrantes del equipo de investigación de psicólogos en las UMAP, junto a dos homosexuales pertenecientes a la Compañía 4, Batallón 7, Unidad de Ayuda a la Producción. “La Violeta”, Camagüey, 1967. Cortesía de la doctora María Elena Solé a Abel Sierra.
Por más de 50 años José Rolando Valdés no contó que él mismo se tuvo que arrancar una muela a sangre fría con una cuchara, ni que fue golpeado y tirado sin ropa por cuatro días en un calabazo. Tampoco dijo que fue obligado a seguir trabajando en un campo de caña con un brazo lastimado por un machetazo. Sentía vergüenza, así que casi nadie supo sobre el trabajo forzado y vejaciones que padeció. Durante más de cinco décadas calló sobre su reclusión en las UMAP.
Nancy Oropesa sobrevivió al cáncer propio, a la emigración de su hija, a los arrozales. Sobrevivió también al silencio que es costumbre entre los japoneses. Pero no sobreviviría, dice, a la pérdida de la memoria nipona en la Isla de Pinos, donde se asienta la mayor colonia de estos descendientes asiáticos en el archipiélago cubano.
Un hombre de 77 años, capitán retirado, bicitaxista, combatiente en Angola, exmilitante del Partido Comunista de Cuba, atraviesa en Holguín la última «coyuntura» nacional.
Lo que comenzó como una distracción ―dicen las yutúberes― ha terminado siendo una forma de vida. Sin embargo, en Cuba los videos no pagan el pan ni las cuentas.
Muchas personas se opondrían a un Código de Familia que incluya el matrimonio igualitario, según la muestra entrevistada por Tremenda Nota. Una parte de la población cubana considera que ganará el No cuando se someta a referéndum el Código de Familia, dos años después de la entrada en vigor de la nueva Constitución.