Amazon no venderá libros que muestren a las identidades LGBTI+ como enfermedades mentales


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(Ilustración: Polari)

Amazon anunció hace pocos días que ya no venderá libros que incluyan las identidades LGBTI+ como enfermedades mentales.

La empresa hizo pública su decisión en una carta que envió a varios senadores republicanos que habían cuestionado a Amazon por sacar de su plataforma When Harry Became Sally: Responding to the Transgender Moment, un libro del académico conservador Ryan Anderson, conocido por su oponerse a la unión entre personas del mismo género.

La carta, obtenida por el Wall Street Journal, asegura que los ejecutivos de Amazon «como libreros, brindamos a nuestros clientes acceso a una variedad de puntos de vista, incluidos libros que algunos clientes pueden encontrar objetables».

En el texto, Amazon explicó a los senadores Marco Rubio, Mike Lee, Mike Braun y Josh Hawley que, «en cuanto a su pregunta específica sobre When Harry Became Sally, hemos optado por no vender libros que enmarquen la identidad LGBTQ+ como una enfermedad mental».

«Dicho esto, nos reservamos el derecho de no vender cierto contenido. Todos los minoristas toman decisiones sobre la selección que eligen ofrecer, al igual que nosotros», dice la carta firmada por Brian Huseman, vicepresidente de políticas públicas de Amazon.

Por su parte, Ryan Anderson emitió fuertes críticas a la empresa de Jeff Bezos por hacer declaraciones falsas sobre él y su libro desde su lanzamiento en 2018. «Ahora están repitiendo esas falsedades como justificación para cancelar mi libro», aseguró.

Al publicar su libro, Anderson redactó unas palabras de defensa que ahora ha repetido: «Por favor, cite el pasaje donde los ‘llamo enfermos mentales’. No puede citar ese pasaje porque no existe».

La decisión de la compañía, posicionada como una de las más reconocidas a nivel mundial y con 26 años de experiencia, llega en un momento en el que republicanos y conservadores están centrados en criticar la denominada «cultura de la cancelación».

No obstante, la medida tendrá un impacto significativo en la venta de libros que enmarcan las identidades LGTBQ + como enfermedades mentales ya que Amazon representa el 53% de todos los libros vendidos en los EE. UU y, según la firma de investigación de audiencia de libros Codex Group, el 80% de todos los libros electrónicos.

En un comunicado entregado al Wall Street Journal, Anderson y Roger Kimball, editor de Encounter Books, quien estuvo a cargo de la publicación del libro dijeron que «todos están de acuerdo en que el trastorno de identidad de género es una enfermedad seria que causa gran sufrimiento. Sin embargo, hay debates, a los que Amazon intenta poner fin, sobre cuál es la mejor manera de curar a los pacientes con el trastorno de identidad de género (…) Amazon utiliza su enorme influencia para distorsionar el mercado de ideas, engañando al mismo tiempo a sus clientes».

Un portavoz de Glaad, un grupo de defensa LGBTI+, dijo que «existe una historia anticuada y vergonzosa de equiparar la identidad de la comunidad con la enfermedad mental, y la decisión de Amazon de dejar de vender libros que los equiparan falsamente es un paso positivo para poner fin a la campaña de desinformación contra las personas LGBTI+, especialmente jóvenes trans».

Amazon tampoco fue tan bueno

En 2009, Amazon desató una fuerte polémica que se hizo viral. Durante varios días los usuarios de dieron cuenta que los libros con temáticas LGBTI+ habían desaparecido de los rankings de la plataforma.

Estos rankings se basan en el famoso sistema de recomendaciones de la tienda online, y por supuesto, ser excluido de ellos y del sistema de recomendaciones provoca una caída de ventas significativas.

El tema explotó en las redes como pólvora. Sobre todo porque los representantes de la compañía ofrecieron primeramente información confusa y contradictoria.

Primero el autor de un libro en el que aparecía un romance gay fue informado de que la decisión se había tomado para proteger a los visitantes, evitando temáticas consideradas solo aptas para un público adulto.

Luego achacaron el problema a un error en el sistema, al parecer totalmente homofóbico puesto que materiales como series de Playboy o novelas explícitamente sexuales, pero heterosexuales, continuaban a la venta sin ningún tipo de interferencia.

El barullo provocó el envío de cartas abiertas a la compañía, listas comparativas de libros censurados y no censurados, peticiones de boicot, y presencia general en todos los medios.

Los argumentos de estas acciones fueron que no solo se discriminaba a un colectivo, sino que se utilizaba para ello el sistema de recomendaciones, cuyo prestigio estaba basado precisamente en la ausencia de manipulación.

Además, dicho sistema es uno de los principales responsables del éxito de la compañía debido a que más del 50% de los libros que se adquieren en Amazon provienen de recomendaciones.

Finalmente llegaron las explicaciones de la compañía, con un retraso claramente excesivo y muy poco poder para convencer a los ofendidos. Amazon argumentó que se trataba de un error de catalogación completamente involuntario.

Otras fuentes se unieron a las explicaciones de Bezos, agregando una historia que más bien parecía película de terror: un conocido troll organizó un impresionante dispositivo, bautizado como «How to cause moral outrage from the entire Internet in ten lines of code», con el cual tomaba las etiquetas de libros con temática LGBTI+ y contrataba personas fuera de los Estados Unidos para crear múltiples cuentas falsas y etiquetar los libros como inapropiados, expulsándolos así del sistema.

Muchos usuarios se quedaron con la excusa de Amazon. Mejor algo que nada. Pero sin dudas en ese momento la compañía pasó a formar parte de las empresas con peor reacción ante un problema de comunicación referido al tema LGBTI+.

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