
Paquito de Cuba: sin límites para la sumisión
Paquito de Cuba, que se autodefine como “martiano, comunista y gay”, no tiene límites para la sumisión, el oportunismo y la desvergüenza
Paquito de Cuba, que se autodefine como “martiano, comunista y gay”, no tiene límites para la sumisión, el oportunismo y la desvergüenza
“Le deseamos pronta recuperación y tenga mucha precaución en estos días de lluvia más si van en moto”, escribió la agrupación.
“Se dispone a usar al Departamento de Estado para llevar a límites más criminales aún la guerra contra Cuba”, dijo Arleen Rodríguez.
El régimen cubano pretende moldear y dirigir un país como si fuese una finca: por eso se empeña infructuosamente en intentar cerrar todas las brechas de “escape” de la información.
Para la periodista oficialista Bárbara Betancurt las protestas fueron “una manera de probar a los cuadros y tener este diálogo con la gente”.
“Es de lo mejor de mi generación, en cuanto a entrega, a limpieza de alma”, dijo.
En Cuba cualquier mediocre o pusilánime amanuense, graduado de periodismo, o con un taller intensivo sobre la batalla de ideas, es convertido en analista político
En “Con Filo” aparece aparece uno de esos adláteres del Gobierno cubano que pretende zarandearnos dos veces por semana con ese programa que conduce
No puede haber represión ni dictadura sin la complicidad de “periodistas” que acepten desvirtuar la profesión hasta confundirla con la “tarea” del recadero de una facción política y hasta con la del propio represor
Paquito de Cuba, que se autodefine como “martiano, comunista y gay”, no tiene límites para la sumisión, el oportunismo y la desvergüenza
“Le deseamos pronta recuperación y tenga mucha precaución en estos días de lluvia más si van en moto”, escribió la agrupación.
“Se dispone a usar al Departamento de Estado para llevar a límites más criminales aún la guerra contra Cuba”, dijo Arleen Rodríguez.
El régimen cubano pretende moldear y dirigir un país como si fuese una finca: por eso se empeña infructuosamente en intentar cerrar todas las brechas de “escape” de la información.
Para la periodista oficialista Bárbara Betancurt las protestas fueron “una manera de probar a los cuadros y tener este diálogo con la gente”.
“Es de lo mejor de mi generación, en cuanto a entrega, a limpieza de alma”, dijo.
En Cuba cualquier mediocre o pusilánime amanuense, graduado de periodismo, o con un taller intensivo sobre la batalla de ideas, es convertido en analista político
En “Con Filo” aparece aparece uno de esos adláteres del Gobierno cubano que pretende zarandearnos dos veces por semana con ese programa que conduce
No puede haber represión ni dictadura sin la complicidad de “periodistas” que acepten desvirtuar la profesión hasta confundirla con la “tarea” del recadero de una facción política y hasta con la del propio represor