
Una ley de comunicación para aumentar la represión y la censura
No es de extrañar que la Ley de Comunicación Social sea solo una pantalla para encubrir los desmanes del régimen.
No es de extrañar que la Ley de Comunicación Social sea solo una pantalla para encubrir los desmanes del régimen.
Tras la aprobación de la ley, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó al régimen cubano por su “ardid de legalizar la censura”.
Resumen del trabajo presentado por la autora ante el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, el 14 de septiembre 2024, en Miami.
Con los cambios que parece que va a lograr la Ley de Comunicación Social, hubiese sido mejor no haber gastado tanto tiempo ni recursos en la confección de tamaño panfleto.
La reciente promulgación de la Ley de Comunicación Social vuelve a poner de manifiesto la esencia antidemocrática del régimen castrocomunista.
La normativa no garantiza la libertad de prensa en la Isla ni permite difusión de contenidos independientes a los producidos por el Estado.
Para mantenerse en el poder, al régimen de La Habana le resulta imperioso el control absoluto sobre los medios de comunicación masiva
Michael Greenspon, nuevo presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), denunció el endurecimiento de las restricciones a los medios y periodistas en la Isla
No es hora para pensar porque al quedarnos de brazos cruzados, dejando que un policía y un tribunal decidan cuándo, cómo y dónde lo debemos hacer, estamos aceptando que pensar libremente no es un derecho humano
Como se deriva de sus postulados, la normativa solo reconoce la legalidad de los medios que están vinculados al Partido Comunista de Cuba
No es de extrañar que la Ley de Comunicación Social sea solo una pantalla para encubrir los desmanes del régimen.
Tras la aprobación de la ley, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó al régimen cubano por su “ardid de legalizar la censura”.
Resumen del trabajo presentado por la autora ante el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, el 14 de septiembre 2024, en Miami.
Con los cambios que parece que va a lograr la Ley de Comunicación Social, hubiese sido mejor no haber gastado tanto tiempo ni recursos en la confección de tamaño panfleto.
La reciente promulgación de la Ley de Comunicación Social vuelve a poner de manifiesto la esencia antidemocrática del régimen castrocomunista.
La normativa no garantiza la libertad de prensa en la Isla ni permite difusión de contenidos independientes a los producidos por el Estado.
Para mantenerse en el poder, al régimen de La Habana le resulta imperioso el control absoluto sobre los medios de comunicación masiva
Michael Greenspon, nuevo presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), denunció el endurecimiento de las restricciones a los medios y periodistas en la Isla
No es hora para pensar porque al quedarnos de brazos cruzados, dejando que un policía y un tribunal decidan cuándo, cómo y dónde lo debemos hacer, estamos aceptando que pensar libremente no es un derecho humano
Como se deriva de sus postulados, la normativa solo reconoce la legalidad de los medios que están vinculados al Partido Comunista de Cuba