Las cárceles cubanas continúan siendo escenarios de abandono, maltratos y condiciones inhumanas que ponen en peligro la vida de las personas privadas de libertad.
En la prisión de máxima seguridad de Boniato, ubicada en la provincia de Santiago de Cuba, se ha reportado otra muerte, reflejo de la crisis penitenciaria y la falta de garantías mínimas para los reclusos, forzados a sobrevivir en circunstancias extremas sin acceso a derechos básicos.
De acuerdo con la información recibida por Cubalex, el 10 de febrero falleció el recluso Hugo Sarmiento Socarrás en el destacamento No. 17 de la cárcel de Boniato. Su muerte fue reportada como suicidio. Aunque aún se desconocen las razones que lo llevaron a tomar esta decisión, las condiciones en el centro penitenciario son extremadamente difíciles, lo que ha provocado un alarmante aumento de autolesiones y suicidios entre los internos.
Este lunes 10 de febrero, reportamos otras dos muertes en la prisión de Boniato. Tras nuevas verificaciones, confirmamos que el nombre correcto de una de las víctimas es Giovanis Reyes Ortega, del municipio Guamá, en la provincia de Santiago de Cuba.
Reyes Ortega estaba recluido en el destacamento No. 2, donde permanecen los internos en estado de desnutrición severa. Su muerte fue reportada como suicidio por ahorcamiento y ocurrió el 6 de febrero.
Es importante señalar que la información dentro de la prisión está altamente restringida, ya que los reclusos están separados, lo que dificulta la confirmación inmediata de los hechos. Sin embargo, hemos podido verificar que Giovanis Reyes Ortega llevaba casi un mes desmayándose a diario debido a la precaria alimentación y la falta de asistencia médica. Su estado de desnutrición extrema lo llevó a quitarse la vida.
Las condiciones en la prisión de Boniato son alarmantes. Además de estar sometidos a un régimen de máxima severidad, los internos enfrentan hambre extrema y desnutrición. La alimentación es insuficiente e inadecuada; actualmente solo reciben sopa de arroz o plátano burro, sin acceso regular a un plato fuerte, el cual se les suministra de manera esporádica.
A esto se suma que no todos los reclusos cuentan con familiares que puedan llevarles alimentos, debido a la grave crisis económica y el alto costo de la comida en el país. Esta situación ha llevado a niveles críticos de desnutrición y bajo peso en la población penal, poniendo en riesgo la vida de muchos internos.
Las muertes en prisión van en aumento en el país, reflejo de las precarias condiciones de vida, la falta de atención médica y la negligencia de las autoridades, lo que pone en riesgo la vida de las personas privadas de libertad, quienes enfrentan enfermedades sin tratamiento, tratos crueles y represión, sin acceso a protección ni justicia.
Denunciamos la negligencia del Estado cubano, responsable de garantizar la vida y la integridad de las personas bajo su custodia. Expresamos nuestras condolencias a los familiares de las víctimas y exigimos una investigación inmediata y la implementación de medidas urgentes para garantizar condiciones dignas en las prisiones del país.