El recluso Jorge Luis Torres Vaillant, conocido como “El Trillizo”, falleció el 9 de diciembre, un día después de recibir una licencia extrapenal. Su muerte se produjo tras ser sometido a condiciones inhumanas y no recibir atención médica adecuada en la prisión de Boniato, ubicada en Santiago de Cuba.
Una fuente local confirmó a Cubalex que Torres Vaillant murió en su hogar, un día después de recibir la licencia extrapenal. Esta práctica es frecuentemente utilizada por las autoridades cubanas para evitar responsabilidades legales relacionadas con el fallecimiento de internos mientras están bajo su custodia.

Torres Vaillant, originario de El Salao, Santiago de Cuba, permanecía recluido en el destacamento 16 del penal. Según denuncias de la activista Ana Belkis Ferrer, el recluso solicitó atención médica durante 28 días debido a una fiebre persistente, pero solo era llevado al puesto médico por breves periodos antes de ser devuelto al destacamento, sin recibir el tratamiento necesario.
Hace diez días, fue ingresado en un hospital, y el 8 de diciembre las autoridades le otorgaron la licencia extrapenal. Falleció al día siguiente en un estado avanzado de desnutrición y con un deterioro físico severo.
“Murió de hambre, no asimilaba los sueros y estaba desnutrido. Le dieron la extrapenal para que muriera en su casa”, denunció Ferrer.
Las autoridades tienen la obligación de investigar las circunstancias que llevaron al fallecimiento de Jorge Luis Torres Vaillant. Su deterioro físico, desnutrición y la falta de atención médica ocurrieron mientras estaba bajo la custodia del sistema penitenciario cubano. La concesión de la licencia extrapenal poco antes de su muerte no exime de responsabilidad a las autoridades, ya que los daños sufridos durante su reclusión fueron irreversibles