José Daniel Ferrer García, preso político y líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), continúa incomunicado después de haber sufrido una golpiza en la prisión de Mar Verde, Santiago de Cuba. Su familia sigue sin poder verlo, y las autoridades se niegan a proporcionar información sobre su estado de salud.

El martes 26 de noviembre, se negó nuevamente a los familiares pruebas de vida del opositor. Su paradero dentro del penal sigue siendo incierto; algunos indican que podría estar con presos comunes, mientras que otros aseguran que fue trasladado a una celda de aislamiento, según denunció su hermana Ana Belkis Ferrer.

Ese mismo día, su esposa, Nelva Ismarays Ortega Tamayo, junto a su hijo menor y los activistas Fernando González Vaillant y Roilán Zárraga Ferrer, intentaron llegar a la prisión para exigir fe de vida. Fueron interceptados en la carretera por agentes de la Seguridad del Estado y la policía. Aunque se permitió a Nelva y a su hijo continuar, fueron amenazados con perder la custodia y su vivienda.

Por su parte, González y Zárraga, ambos ex presos políticos, fueron detenidos y trasladados al centro de la Seguridad del Estado en el reparto Versalles, Santiago de Cuba. Más tarde, fueron liberados bajo amenazas de nuevas condenas de entre 2 y 4 años por “desacato” y “desobediencia” si persisten en su vínculo con la organización opositora.

La familia de Ferrer lleva más de 19 meses sin visitarlo. Según una fuente que logró verlo en el hospital de la prisión de Boniato, está “muy delgado, brutalmente golpeado y con una herida en el rostro”.