El mes de noviembre de 2024 se caracterizó por una intensificación de la crisis en Cuba, marcada por fenómenos naturales devastadores, agravamiento de la escasez de recursos básicos y represión estatal. El huracán Rafael dejó serios daños materiales y apagones prolongados, mientras que varios sismos en la región oriental aumentaron la vulnerabilidad de la población.

La población cubana enfrentó apagones superiores a 20 horas diarias, escasez de alimentos y agua, así como la falta de transparencia en la distribución de donaciones internacionales. En respuesta a las crecientes protestas ciudadanas, el régimen intensificó la represión, contabilizándose 262 hechos violatorios y 589 incidentes represivos. Las detenciones arbitrarias, traslados forzosos y amenazas fueron frecuentes.

Nuestro equipo de monitoreo documentó al menos 7 muertes bajo custodia estatal debido a violencia, malas condiciones y falta de atención médica. Casos notables incluyen el asesinato de Manuel de Jesús Guillén Esplugas y la golpiza a José Daniel Ferrer.

Los opositores, defensores de derechos humanos y periodistas independientes fueron especialmente vulnerables. Las organizaciones más afectadas incluyeron las Damas de Blanco y la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).

En medio de esta crisis humanitaria, la población intentó alzar su voz, enfrentándose a una represión estatal severa. Las protestas ciudadanas, motivadas por los prolongados apagones y la falta de recursos esenciales, se multiplicaron. Se registraron 48 protestas en 10 provincias, pero la respuesta del régimen fue contundente: 44 personas fueron detenidas, de las cuales 23 permanecen encarceladas.

Te invitamos a leer el Informe Mensual sobre la Situación de los Derechos Humanos en Cuba para entender el contexto de este mes. Puedes descargarlo aquí.