Si tienes un familiar privado de libertad en Cuba, es crucial que conozcas cómo proteger su salud y ayudarles a documentar cualquier violación de derechos de manera segura. Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas que puedes comunicarles para minimizar el riesgo de represalias:
1. Mantén un registro diario de salud
– Anota tus síntomas discretamente: Lleva un cuaderno o papel donde anotes cualquier síntoma nuevo y cambios en tu condición física o mental. Usa un lenguaje neutral para evitar levantar sospechas.
– Detalles importantes: Incluye la fecha y hora de cada entrada, pero mantén el registro en un lugar seguro y bien escondido.
2. Solicita atención médica
– Solicitudes verbales: Pide atención médica directamente a los guardias o al personal penitenciario. Anota mentalmente la fecha, hora y a quién le hiciste la solicitud.
– Registra visitas médicas: Anota mentalmente la fecha, hora, nombre del profesional, diagnóstico y tratamiento recibido. Transfiere esta información a tu registro escrito solo cuando sea seguro hacerlo.
3. Comunicación con familiares
– Llamadas telefónicas: Durante las llamadas a tus familiares, describe tus síntomas y cualquier problema de salud de manera clara y detallada. Pide a tus familiares que lleven un registro de estas llamadas.
– Visitas familiares: Durante las visitas, informa a tus familiares sobre tu estado de salud y la atención recibida. Pide que anoten cualquier detalle importante.
4. Enviar información de manera segura
– Cartas: Si decides enviar cartas, hazlo a través de familiares o personas de confianza. No incluyas detalles sensibles que puedan poner en peligro tu seguridad.
– Información codificada: Usa un lenguaje codificado o indirecto para comunicar problemas graves de salud o negligencia médica, de manera que solo tus familiares comprendan el mensaje.
5. Colaboración discreta con otros reclusos
– Apoyo mutuo: Forma un grupo de apoyo con otros reclusos de confianza, pero mantén estas interacciones discretas para evitar represalias.
– Testimonios: Si otros reclusos están dispuestos, pide que memoricen detalles sobre tu situación para que puedan testificar si es necesario, sin dejar registros escritos.
6. Manejo de evidencias
– Evidencia física: Si tienes medicamentos vencidos o inadecuados, informa a tus familiares durante llamadas o visitas, describiendo el problema en detalle.
– Destrucción de evidencias: Mantén tus registros escritos en un lugar muy seguro y considera destruirlos si hay riesgo de que sean descubiertos durante una requisa.
7. Estrategias de denuncia
– Informar a familiares: Tus familiares deben estar preparados para denunciar cualquier negligencia a organizaciones de derechos humanos o autoridades externas, utilizando la información que les has proporcionado.
– Redacción de quejas: Si decides redactar una carta formal, hazlo con ayuda de un familiar o abogado fuera de la prisión, y procura que sea entregada directamente a las autoridades pertinentes.
8. Familiares: Voz y apoyo para reclusos
– Registro de comunicaciones: Los familiares deben llevar un registro detallado de todas las llamadas y visitas, anotando cualquier síntoma o problema de salud que reportes.
– Denuncia externa: Familiares pueden contactar a organizaciones de derechos humanos y autoridades pertinentes para denunciar cualquier violación de derechos basada en la información que les proporciones.
– Apoyo emocional: Mantén una comunicación frecuente y abierta con tus familiares para recibir apoyo emocional y asesoría sobre cómo manejar tu situación dentro de la prisión.
Recuerda: Asumir un rol activo y comprometido puede marcar una gran diferencia en la vida de tu ser querido y en la protección de sus derechos. Mantén un registro detallado de todas las comunicaciones, denuncia cualquier violación de derechos y proporciona el apoyo emocional necesario para ayudar a tu familiar a enfrentar las difíciles condiciones en prisión.
No duden en contactar a organizaciones de derechos humanos para denunciar cualquier violación de derechos que puedan identificar. Además, aseguren una comunicación constante para brindar el apoyo emocional necesario y mantenerse informados sobre cómo manejar la situación. Su involucramiento puede hacer una gran diferencia en la vida de su familiar y en la protección de sus derechos.