Mario Alberto Hernández Leyva, vicepresidente del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), fue detenido este 23 de enero y trasladado en una patrulla a la 6ta unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) del municipio Marianao, en La Habana.
Según datos proporcionados a Cubalex, el opositor fue posteriormente trasladado a la unidad de Zanja y liberado ese mismo día. Le entregaron una citación para presentarse el 27 de enero en la estación policial de Marianao, sin especificar el motivo.
El opositor ha sido detenido en tres ocasiones en el transcurso de un mes. Primero el día 10, luego el 16 y ahora el 23, marcando un patrón represivo de una detención cada semana.
Hernández Leyva estuvo privado de libertad durante varios meses, sin una fecha de juicio, desde su arresto el 27 de febrero de 2023. Fue liberado el pasado 2 de enero sin recibir información sobre las condiciones de su excarcelación.
Durante su encarcelamiento, permaneció 14 días en huelga de hambre y 86 días aislado en una celda de castigo sin derecho a visitas ni llamadas telefónicas. Según las Reglas Mandela, un recluso no debe permanecer en aislamiento prolongado por más de 15 días consecutivos.
La detención de Mario Alberto Hernández Leyva se inserta en un patrón de acoso sistemático por parte de la Seguridad del Estado en Cuba, con la finalidad de presionar al opositor para que renuncie a su activismo político y liderazgo dentro del MONR.
Destacamos varios aspectos en este caso:
Patrón represivo: Las tres detenciones de Mario Alberto Hernández Leyva durante un mes, revelan una sistemática estrategia de represión por parte de la Seguridad del Estado, para desalentar y coaccionar al opositor, atacando directamente su activismo político en la organización.
Derecho a la defensa: La prolongada privación de libertad sin fecha de juicio, desde el 27 de febrero de 2023 hasta el 2 de enero de 2024, resalta la falta de un proceso legal transparente y la negación del derecho fundamental a un juicio justo.
Acceso a la justicia: La liberación de Hernández Leyva sin información sobre las condiciones de su excarcelación plantea interrogantes sobre la transparencia y legalidad de su liberación, generando una situación de incertidumbre.
Violación de derechos fundamentales: La experiencia de Hernández Leyva durante su encarcelamiento, incluyendo una huelga de hambre y un prolongado aislamiento, contraviene protocolos que establecen límites para el aislamiento.
Este caso refleja la persistente presión ejercida por las autoridades, evidenciando la naturaleza sistemática y continuada del acoso hacia los opositores en Cuba. Más allá de ser simplemente un incidente aislado, su detención se alinea con una estrategia más amplia para socavar la participación política y el liderazgo de una organización como el MONR.
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de abordar y denunciar la violación de los derechos fundamentales en Cuba, así como de buscar medidas concretas para garantizar la protección de los defensores de derechos humanos y activistas políticos ante un patrón persistente de intimidación y detenciones arbitrarias.