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/ mayo-agosto 2012
Artículos técnicos
/
Construcción de Muros Verdes
Cimbra
tarán con un dispositivo de conexión
para mosquetones en su cara superior.
A fin de no retrasar las labores de
movimiento de tierras, es recomenda-
ble contar con al menos cuatro puntos
de anclaje repartidos a lo largo de la
longitud del muro en ejecución, sepa-
rados entre sí a una distancia aproxi-
mada de 20 m.
Los puntos de anclaje serán des-
plazados a lo largo de la tongada
en ejecución por la maquinaria dis-
puesta para el movimiento de tie-
rras. Así mismo, serán elevados a
la siguiente tongada una vez fina-
lizados los trabajos de la anterior.
RENDIMIENTOS MEDIOS
Con carácter general, el rendimien-
to obtenido en la ejecución del muro
verde depende fundamentalmente de
la capacidad de los equipos de movi-
miento de tierras y extendido de sumi-
nistrar el suelo de relleno estructural.
Para una unidad de trabajo, forma-
do por una cuadrilla de instaladores y
un equipo de extendido, se obtienen
rendimientos medios mensuales de
entre 1300 y 1500 m
2
/mes, alcanzando
puntas de rendimiento diario de hasta
150 m
2
/d.
Estos rendimientos unitarios por
equipo, pueden multiplicarse si en la
obra existe la posibilidad de añadir
nuevos equipos de extendido.
Los rendimientos obtenidos en
la ejecución de este tipo de estructu-
ras las convierten en una opción muy
competitiva frente a otro tipo de solu-
ciones constructivas.
BENEFICIOS DEL SISTEMA
CONSTRUCTIVO EMPLEADO
Los beneficios o ventajas de un
muro verde o de una estructura de
suelo reforzado son indiscutibles des-
de el punto de vista geotécnico, es-
tructural y el económico.
Ausencia de corrientes
parásitas
Todo el macizo está reforzado con
geomallas fabricadas con materias
primas sintéticas, Poliéster y Polivinil
Alcohol, que refuerzan el terreno.
El único elemento metálico pre-
sente en los muros verdes con este
acabado de la cara vista es el mallazo
metálico, cuya única función es hacer
de encofrado perdido. Este elemento se
puede eliminar si se cambia el tipo de
acabado de la cara vista utilizando, por
ejemplo, un encofrado recuperable de
madera, en el que la misma geomalla
envuelve la tongada y queda expuesta
hasta que crece la vegetación.
La no presencia de elementos metá-
licos evita la posibilidad de aparición de
corrientes parásitas, por lo que este tipo
de muros pueden emplearse tanto en
vías de servicio, como en la vía principal.
Integración paisajística
Una vez finalizados los trabajos de
ejecución del muro, comienza la colo-
nización de la cara vista por las espe-
cies vegetales elegidas.
En este sentido, cabe distinguir
cuatro opciones:
1. No realizar ninguna actuación
adicional sobre el muro, y permitir que
las semillas en suspensión arraiguen
en la cara vista, sobre la capa de tierra
vegetal dispuesta en la misma.
2. Proceder a la hidrosiembra de la
cara vista, favoreciendo y anticipando
la aparición de especies autóctonas.
Tanto esta opción como la anterior,
son típicas de la obra civil, quedando
así el muro integrado paisajísticamen-
te con el resto de taludes de la obra.
3. Realizar plantaciones directas
en el talud. Especies tapizantes como
la “uña de gato”
(Aptenia Cordifolia)
o
“diente de león”
(Carpobrotus Edulis),
suelen ser buenas opciones de planta-
ción en el intradós. Otra opción es co-
lonizar la cara vista mediante trepado-
ras plantadas en la base y coronación
del muro, como por ejemplo cualquier
tipo de hiedra.
4. Por último, puede recurrirse al
“retranqueo” de una tongada respec-
to a la inferior creando así bancales a
media ladera donde realizar planta-
ciones arbustivas.
Figura 6. Muro verde principal. Remate contra estribo de viaducto