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La estafa perfecta a los médicos cubanos
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La estafa perfecta
a los médicos cubanos

Convertida en epicentro de la diplomacia médica cubana en Europa, Calabria es hoy el escenario de uno de los esquemas extractivos más sofisticados del programa. Sus pilares: un nuevo tributo esclavista y un doble marco vinculante que maquilla como legal la retención del 71 % del salario de los profesionales y otras prácticas de trabajo forzoso. Italia intentó cumplir la ley; La Habana halló una forma de burlarla.

Annarella Grimal  27 de Junio de 2025

 Sentada en el sofá de la sala de descanso del Hospital San Francesco di Paola, la doctora cubana Melba Santos* navega, entre sorbos de café, la marea de quejas que han dejado sus colegas en WhatsApp. Es diciembre de 2024, y el clima laboral se ha tensado desde que el jefe de la Misión Médica Cubana en Italia, Luis Enrique Pérez Ulloa, les exigiera una porción del salario aún mayor de la que ya impone mensualmente la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, S.A. (CSMC), la empresa del Ministerio de Salud Pública de Cuba que media entre el país europeo y los médicos cubanos.

De los 34,50 euros por hora que Italia prometió como salario base, la doctora solo recibe 6,68 —dos euros más de lo que gana un agricultor sin papeles en la vecina Foggia

Pero la entidad estatal también quiere adueñarse de los ingresos adicionales de sus trabajadores. “Eso aquí en Italia es ilegal”, dice la doctora, y sigue haciendo scroll en su teléfono.

Si pudiera elegir, estaría contemplando desde la ventana el mar de Cosenza, la provincia italiana al suroeste de la bota peninsular donde presta servicios. En cambio, debe emplear el receso de la tarde en averiguar con cuánto de su sueldo podrá quedarse esta vez. De ello depende la cantidad que podrá remesar a su familia en Cuba, donde un cartón de huevos cuesta más que dos salarios mínimos de seis euros mensuales cada uno.

Con el ceño fruncido y una evidente contracción en la comisura de los labios, se salta los intercambios inflamables de sus colegas, en busca de un milagro disfrazado de versión oficial, hasta que, finalmente, sus ojos se clavan en la primera línea de una nueva notificación que asoma justo al final de los 15 minutos de descanso: “No se requiere transferencia salarial hasta nuevo aviso”. 

Situaciones como esta son ya familiares para la doctora Santos. Nunca sabe exactamente qué parte de su sueldo podrá retener y cuánto terminará en las cuentas de la CSMC. 

Todos los meses, tras recibir su salario íntegro directamente de la Autoridad Sanitaria Provincial (ASP) de Cosenza, la doctora debe reenviar a la CSMC lo que ésta determine. 

En Italia, esto no debería estar pasando. 

En el país europeo trabajan 372 colaboradores cubanos —en su mayoría, médicos generales— que, según reportes oficiales de la Misión Médica de Cuba en Italia, están distribuidos en 27 hospitales de las cinco provincias de Calabria y en dos de la región de Lombardía. Y desde finales de 2022, el Gobierno italiano paga a los profesionales directamente, sin intermediarios, sin desvíos. La medida buscaba romper con el patrón abusivo de las misiones médicas de Cuba, donde el Gobierno se queda con la mayor parte del salario de los profesionales y los somete a un férreo control político.

Italia quiso hacerlo distinto, pero ha fracasado. En la práctica, el régimen cubano aplica en este país un sistema muy similar al que implementa desde hace décadas en el resto del mundo, según concluyó esta investigación tras entrevistar a cuatro integrantes de la misión ―que pidieron no ser identificados por temor a represalias― y acceder a decenas de documentos internos de la CSMC. 

CubaNet comprobó cómo los galenos solo pueden retener entre el 28% y el 46% del salario base neto que les paga Italia y solo el 28,5% (o menos) de las horas extras y otros beneficios, como las pagas extraordinarias. El resto lo deben reembolsar todos los meses a la CSMC.

Peor aún: la empresa engaña a los colaboradores sobre el funcionamiento del sistema fiscal y el marco legal italiano. Les cobra por un “impuesto fantasma” para apropiarse de sus horas extra; les retiene una parte adicional de su salario durante los primeros seis meses de trabajo; les hace creer que no pueden ejercer su profesión en Italia si no es bajo el control de la CSMC; y les somete a persistentes mecanismos de control y vigilancia que limitan la autonomía profesional y personal.

En teoría, según el Acuerdo Italia-Cuba, el tratamiento jurídico y económico que se aplica a los colaboradores lo define el contrato expedido por la autoridad sanitaria local y la legislación laboral italiana.

En la práctica, las condiciones laborales las impone La Habana, unilateralmente, a través de otro documento vinculante que deben firmar y obedecer los médicos cubanos.

Este doble marco contractual acarrea consecuencias inmediatas: el Estado cubano logra imponer su modelo extractivo en pleno territorio europeo, desdibujando los convenios firmados con la Unión Europea y con Italia. A cambio de cubrir los déficits estructurales en el sistema de salud, Italia —y por extensión Europa— termina integrándose a un esquema de control que ha sido considerado por países como Estados Unidos una forma de explotación laboral y trata de personas. También ha sido cuestionado por la Organización de Naciones Unidas o la Comisión Interamericana de Derecho Humanos.

Italia se lava las manos al pagar directamente a los médicos cubanos y parece mirar a otro lado mientras el Gobierno de Cuba mantiene su patrón expropiativo. 

“El Gobierno federal italiano no se pronuncia, pero avala la trata de los cubanos, y el Gobierno de Calabria se presta para el circo mediático que fomenta Cuba a nivel mundial”, dijo María Werlau, directora ejecutiva de la ONG Archivo Cuba, la cual documenta desde 2010 la exportación de servicios profesionales de cubanos.

Para Werlau, la fachada del “humanismo” que cubre las misiones médicas cubanas esconde un “sistema de explotación que además constituye una quinta columna de la dictadura cubana”.

Los profesionales desplegados en Italia son solo una pequeña parte de los alrededor de 24.500 cubanos que trabajan en condiciones similares en 56 países de todo el mundo. Pero los abusos que sufren son especialmente relevantes por estar en el país donde están: uno de los más prósperos del mundo, perteneciente a la Unión Europea y que, en teoría, tiene estándares altos de respeto a los derechos humanos.

Además, en un momento en que el programa de misiones enfrenta una renovada ola de cuestionamientos desde Estados Unidos —incluidas advertencias de sanciones a los gobiernos que establezcan contratos con el régimen—, la presencia en Italia sirve como justificación para que otros gobiernos, especialmente en el Caribe o África, mantengan acuerdos similares.

Pero la doctora Santos no quiere quejarse. Sabe que las condiciones en Italia son algo mejores a las que imperan en otros países. Contrario a otras misiones, en esta sí le pagan en moneda dura y no en moneda libremente convertible (MLC). Tampoco le congelan el salario por el tiempo que dure su contrato, como es el caso de sus colegas en Angola o Venezuela. Además, la cláusula de confidencialidad que firmó es muy clara: divulgar cualquier aspecto no público del funcionamiento de la misión puede acarrear consecuencias legales. 

La ruta y los hilos rojos

Santos llegó a Calabria de la mano de la desesperación: “la desesperación de estar otra vez sin electricidad, de no poder cocinar, de sentir hambre después de un día largo”, de no poder vivir dignamente de su trabajo ni brindar a sus pacientes “el tratamiento indicado” porque “es imposible encontrarlo en las farmacias”, dijo a CubaNet.

“Calabria es la parte pobre de Italia, pero donde he crecido yo, a eso no se le puede llamar pobreza: yo vengo de la  miseria”, reflexiona la doctora y rememora el momento en que decidió enlistarse como colaboradora médica. “¿Sabes cuándo me sentí verdaderamente miserable? Cuando [los pacientes] me regalaron un paquete de almohadillas sanitarias y un litro de aceite de cocina. Y yo, contenta”, agrega, y hace notar que ambos productos representan el 40% de su salario de 5.000 pesos cubanos, equivalente a unos 12 euros mensuales.  

“Es entonces cuando entiendes la miseria en la que vives… Y me di cuenta que necesitaba salir de Cuba. Nosotros estamos regulados, nuestra única vía es [a través de] un contrato de trabajo con el Gobierno cubano”, alega. Con “regulados” se refiere a la prohibición de salida del país que pesa sobre los especialistas médicos; se trata de un lastre jurídico de 2012 refrendado en la Ley de Migración vigente de Cuba.

Por eso, cuando supo que Italia le pagaría 67.000 euros al año, pensó que había ganado la lotería o, al menos, que podía aspirar a mejorar su vida. 

Para Italia, la idea de importar servicios médicos cubanos, también partió de una necesidad urgente y se ampara en el mismo principio de emergencia sanitaria que permitió la contratación de galenos cubanos en marzo de 2020, durante el pico de la pandemia de COVID-19 en el norte de la nación europea y en el Principado de Andorra.

Las buenas relaciones con el régimen cubano desde hace décadas allanaron el camino: Italia es el quinto socio comercial europeo más importante de la Isla, según los últimos datos oficiales disponibles. (En este flujo comercial participa, por ejemplo, Paolo Titolo, esposo de Mariela Castro, quien, según ha publicado CubaNet, controla la exportación de mariscos cubanos a Italia).

Otro elemento clave ha sido la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba que, según María Werlau, es “una vieja y útil herramienta del sharp power [poder de incidencia] del régimen”. La ANAIC forma parte de una red de 1.700 grupos de solidaridad con Cuba que “juegan un rol fundamental y llevan a cabo una injerencia muy activa” en el proceso de solicitud de personal médico, primer paso para la contratación de los servicios en medio de situaciones de emergencia, precisa la experta.

Roberto Occhiuto, líder del partido de derecha Forza Italia y presidente de la región de Calabria confesó a Reuters que la idea de contactar a la CSMC “surgió de la desesperación” ante la crisis que atraviesa la sanidad pública en la región, la cual se agudizó por la pandemia.

Azotada durante años por la corrupción, los bajos salarios y el crimen organizado, Calabria es una región de 1,8 millones de habitantes situada en el extremo sur de Italia que figura entre las zonas de más bajo nivel de desarrollo del país.

Médicos Italia

El acuerdo

En agosto de 2022 se firmó el primer Convenio Colectivo de Ejecución del Marco de Cooperación Italia-Cuba, suscrito entre la CSMC y el Gobierno regional de Calabria para la contratación de 497 médicos cubanos. 

Su objetivo era cubrir el dramático déficit sanitario que afectaba a las cinco provincias calabresas: Cosenza, Catanzaro, Crotone, Vibo Valentia y Reggio Calabria. El convenio fue concebido por dos años y más tarde renovado hasta 2027. Se prevé que el número acordado de profesionales se alcance en 2025.

Diciembre 2016
Acuerdo cooperación EU-Cuba
Médicos cubanos en Italia

Acuerdo de Diálogo Político Y de Cooperación Cuba - Unión Europea. Establece bases para la cooperación sectorial, incluyendo salud. 

Marzo 2020
Ley emergencia sanitaria vs Covid-19 "Cura Italia"
Médicos cubanos en Italia

Italia permite temporalmente brigadas médicas extranjeras sin reválida ni registro local, lo que abrió las puertas a las BMC a través de Lombardía (Crema) y Piamonte (Turín) de marzo a junio de 2020. Italia es el segundo tres países del continente europeo donde las BMC han tenido presencia: el primero fue Portugal; el tercero fue el Principado de Andorra. 

Septiembre 2021
Memorándum de Entendimiento
Médicos cubanos en Italia

Memorándum de Entendimiento entre el Gobierno de la República de Italia y el Gobierno de la República de Cuba, referente a la Programación Trienal de la Cooperación al Desarrollo en Cuba 2021-2023. Italia proporcionará a la Isla un monto total de 12 millones de euros para la ejecución de las iniciativas de cooperación en el marco del Programa Trienal 2021–2023.

Agosto 2022
Aprobación del Acuerdo Marco Italia-Cuba (DCA no. 87)
Médicos cubanos en Italia

Establece las bases para la cooperación en la prestación de servicios médicos y sanitarios entre las autoridades italianas y la empresa cubana CSMC S.A. Define principios, objetivos y mecanismos de colaboración, pero sin especificar aún las condiciones de implementación. Este acuerdo autoriza legal y políticamente la presencia de médicos cubanos en Italia. Ver Primer Acuerdo Italia-Cuba.

Octubre 2022
Contrato de implementación del Acuerdo Marco (DCA no. 146)

Contrato de implementación del Acuerdo marco firmado el 17 de agosto de 2022 (DCA no. 146 / Oct. 2022) Incluye nuevos términos: los profesionales cubanos serían contratados y remunerados directamente por las autoridades sanitarias, en calidad de trabajadores autónomos a tiempo determinado, sujetos a las imposiciones fiscales correspondientes y remunerados íntegramente, sin intermediarios. Ver Acuerdo Italia-Cuba modificado.

Noviembre 2022
Ejecución del Acuerdo Marco (DCA no. 161)

Integración y aprobación del Contrato de Ejecución del Acuerdo Marco suscrito el 17 de agosto de 2022 (DCA no. 161 / nov. 2022). Incluye ajustes en los detalles operativos específicos de la ejecución del Acuerdo Marco y la modificación de las condiciones económicas. Es una adaptación del Acuerdo en respuesta a situaciones imprevistas o nuevas necesidades surgidas durante la fase de ejecución.

Diciembre 2022
Primer grupo
Médicos cubanos en Italia

Llega primer grupo de médicos cubanos a Calabria (51)

Mayo 2023
Memorándum de Entendimiento (vigente hasta mayo 2026)

Entre Ministerios de Salud de Italia y Cuba sobre colaboración en el campo de la salud y las ciencias médicas.
Amplía los sectores de colaboración hacia productos biofarmacéuticos y tecnología, incluidos el desarrollo de políticas, legislación e investigación.

Agosto 2023
Segundo grupo
Médicos cubanos en Italia

Llega segundo grupo de médicos cubanos a Calabria (120)

Agosto 2023
Relatoría ONU
Médicos cubanos en Italia

Sobre formas contemporáneas de esclavitud expresa preocupación por médicos cubanos en Italia.

Agosto 2023
Tercer grupo
Médicos cubanos en Italia

Llega tercer grupo de médicos cubanos a Calabria (98)

Septiembre 2024
Cuarto Grupo
Médicos cubanos en Italia

Llega cuarto grupo de médicos cubanos a Calabria (66)

Enero 2025
Ley de Flujos Migratorios
Médicos cubanos en Italia

Entra en vigor nueva enmienda Ley de Flujos Migratorios que permite extender hasta 2027 la contratación de sanitarios extranjeros, sin necesidad de reconocimiento de títulos

Marzo 2025
Renovación del Acuerdo Marco hasta 2027 (DCA no.187 / mar. 2025).
Médicos cubanos en Italia

Renovación del Acuerdo Marco hasta 2027 (DCA no.187 / mar. 2025). Extiende el convenio con la CSMC hasta 497 médicos "en cumplimiento de la normativa nacional e internacional vigente, así como de las disposiciones de la Ley Orgánica de Finanzas y sobre inmigración.

Mayo 2025
Quinto grupo
Médicos cubanos en Italia

Llega quinto grupo de médicos cubanos a Calabria (48)

Inicialmente, el acuerdo bilateral estipulaba que Italia pagaría 4.700 euros al mes por cada médico cubano; de ellos, 3.500 a la CSMC y 1.200 al profesional. Como en otras misiones médicas cubanas, la región de Calabria también se comprometió a cubrir todos los gastos asociados a la estancia de los profesionales: vivienda, atención médica, transporte internacional y local y un curso intensivo de italiano. Todo esto corre por cuenta del Estado anfitrión, lo que suma al costo de los servicios médicos unos 1.800 euros mensuales por médico, según cálculos realizados para esta investigación.

El marco contractual encontró fuerte oposición en Italia y generó múltiples discusiones sobre si era legítimo propiciar un modelo de negocio como este o si era la mejor solución al problema de la falta de personal.  

Se criticaron las condiciones impuestas por el Gobierno cubano, consideradas una forma de esclavitud moderna; la falta de transparencia en la acreditación de títulos; la sospecha de presencia de agentes del régimen; la falta de preparación de unos profesionales que no hablan el idioma el local ni han ejercido en un sistema de salud europeo; los altos costos asumidos por la región italiana; y la posible violación del embargo estadounidense por pagos iniciales a un banco militar cubano sancionado por EE.UU.

La polémica —que involucró a europarlamentarios, al gremio médico italiano, así como al gobierno de EE.UU. y ONG de derechos humanos— obligó a las autoridades calabresas a cambiar los términos leoninos del convenio unos meses después de su firma. “Hemos modificado el acuerdo anterior, y lo hemos hecho gracias a la disposición que, de manera excepcional, han mostrado las autoridades cubanas porque nos han permitido dar todos los ingresos a los médicos”, dijo Occhiuto a la prensa local en diciembre de 2022. 

Bajo los nuevos términos, los profesionales cubanos serían contratados y remunerados directamente por las autoridades sanitarias, en calidad de trabajadores autónomos a tiempo determinado, sujetos a las imposiciones fiscales correspondientes. La corrección del acuerdo dio luz verde al arribo del primer grupo de médicos recibido con honores el 28 de diciembre siguiente. 

La medida fue presentada como un esfuerzo para garantizar transparencia y evitar acusaciones de trabajo forzoso.

Esto ha permitido a las autoridades cubanas y calabresas alinear sus discursos para defender el esquema de colaboración médica vigente: así, se han amparado en que “los médicos cubanos ganan tanto como un médico italiano”.  

Directivos de la misión cubana, de hecho, desmienten que exista apropiación salarial: califican de “infundadas” y de “absoluta mentira” las denuncias de explotación laboral y alegan que, en todo caso, lo que sucede es que “el colaborador dona voluntariamente una parte de su salario a la sociedad cubana”.

CubaNet contactó a diferentes instancias nacionales y regionales del Gobierno de Italia, así como a expertos en derecho italiano, pero al momento de publicar esta investigación, la única respuesta recibida es un acuse de recibo de la Agencia Tributaria de Calabria. La parte cubana tampoco atendió las solicitudes de información de este medio. 

Sin embargo, esta investigación comprobó que, en la práctica, el Estado cubano impone deducciones de hasta el triple de los ingresos finales de sus profesionales y decide unilateralmente qué parte del salario les corresponde. 

Cálculos conservadores realizados por CubaNet apuntan a que Italia ha destinado no menos de 27,5 millones de euros por concepto de salario para profesionales cubanos, sin incluir gastos de alojamiento y otros. De ellos, solo 6,2 millones (el 22,6%) terminaron en la cuenta de los 335 colaboradores que se mantenían en la región hasta marzo de 2025. Más de tres cuartas partes del dinero fue acaparado por la CSMC, la empresa estatal dirigida en Italia por Luis Enrique Pérez Ulloa.

En todos los países donde operan estas brigadas, desde Qatar hasta la Cuenca del Caribe, pasando por Arabia Saudita y Angola, los profesionales deben transferir entre el 50% y el 94% de sus ingresos al Gobierno cubano. 

En Italia, aunque las partes afirmen lo contrario, sucede algo muy similar. La razón es sencilla: el régimen cubano solo juega bajo sus propias reglas.

Médicos cubanos en Italia

Mariela Castro Espín, hija de Raúl y sobrina de Fidel Castro (al centro) durante un encuentro sobre “la misión solidaria de los médicos cubanos en el mundo”, celebrado en Polistena (Calabria) en febrero de 2023. Participaron además el alcalde y líder local del Partido Comunista, Michele Tripodi; Mirta Granda Averhoff, embajadora en Italia de la República de Cuba; Luis Enrique Pérez Ulloa, jefe de la MMCI; Marco Papacci, presidente de la ANAIC, y una representación de médicos cubanos. CubaInformación

Dos contratos y el salario base

Cada colaborador tiene en su poder dos documentos contractuales. 

Uno de ellos está redactado por el Servicio Regional de Salud italiano que lo contrata y establece un salario que, en el caso de la doctora Santos, ronda los 67.000 euros brutos anuales o más (incluyendo el salario extraordinario conocido como “mes 13”) en dependencia de la especialidad médica, experiencia y otras consideraciones. Al salario se le añade el 35,18% “por contribuciones sociales e IRAP [Impuesto Regional sobre las Actividades Productivas]” que corre a cargo de la Autoridad Sanitaria Provincial (ASP).

El otro contrato, elaborado por la CSMC, tiene unas condiciones muy diferentes. Asigna a todos los profesionales por igual 1.200 euros mensuales de estipendio o manutención por 12 meses; es decir unos 14.400 al año o el 22% de lo que paga el Gobierno receptor. Además, establece que el profesional solo podrá cobrar la mitad de las horas extras trabajadas y del “mes 13”.

De los dos contratos, el de la CSMC es el que realmente vale. Es decir, cada mes, los profesionales de la misión deben enviar a la empresa estatal controlada por el régimen cubano una parte sustancial de lo que les paga el Gobierno. 

Sobre el doble marco contractual —nunca antes reportado en este tipo de programa—, un equipo del Centro de Información Legal Cubalex conformado por expertos en derecho cubano e internacional dijo a este medio que se trataba de una práctica ilegal:

“Cuba no tiene legitimidad para aplicar su legislación de forma extraterritorial en territorio italiano si esto implica violar la soberanía normativa del Estado receptor o los derechos laborales reconocidos a los trabajadores en ese país, así como los derechos humanos a nivel internacional, que tienen un carácter universal, imprescriptible e irrenunciable”. 

El esquema extractivo, sin embargo, no es nuevo. De hecho, como explica María Werlau, así sucede en otros países en los que, como en Italia, los médicos cobran directamente sus salarios, pero después se ven forzados a reintegrar la mayor parte del dinero la CSMC.  

Médicos Italia

Fragmento del contrato individual redactado por la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, S.A. (CSMC)

En el caso de Italia, según las entrevistas y los documentos a los que CubaNet tuvo acceso, el mecanismo para exigir el dinero al profesional cubano funciona así: cada fin de mes, el médico recibe un recordatorio de la jefatura de la Misión para que entregue su nómina en las primeras 48 horas tras recibir el pago. 

Una vez hecho esto, la Misión calcula el monto a retener de acuerdo a sus propias tasas, y le envía una “notificación de transferencia bancaria” al correo electrónico del médico para que realice la “devolución” de sus ingresos a favor de la cuenta en Italia de la CSMC. 

Médicos Italianos

Circular No. 4 emitida por el jefe de Misión, doctor Luis Enrique Pérez Ulloa, con indicaciones para la expropiación salarial del médico, dirigida a coordinadores provinciales de la MMCI.

El mensaje estipula el monto a transferir, que varía según el mes, y la cantidad que le está permitido retener a los médicos en su cuenta. 

Desde el momento en que recibe la notificación de la jefatura, los profesionales disponen de 24 horas para efectuar la transferencia. Una vez realizada, deben enviar una confirmación vía correo electrónico y adjuntar el recibo de la transferencia.

“A nosotros la región de Calabria nos hizo un contrato individual. Por eso es que el dinero lo depositan íntegro a nosotros en nuestra cuenta. Luego debemos mandar la busta paga [nómina de pago] mensual. Ellos la controlan”, dijo la doctora Santos.

“Italia remunera por igual al médico cubano y al italiano —remarca la especialista—, pero no importa lo que Italia pague: para nosotros es 1.200 euros. Las notificaciones del banco no mienten”, sentencia. 

Captura de notificación del banco BPER de envío de transferencia desde la cuenta de una doctora cubana a la cuenta de la CSMC por la suma de más de 1.700 euros. Se han difuminado los últimos dígitos a petición de la titular por temor a ser identificada. Cortesía.

Médicos cubanos en Italia

La manutención, que representa menos de un cuarto del salario bruto nominal que estipula Italia, también está sujeta a descuentos. Durante los primeros seis meses de trabajo, según describieron los profesionales entrevistados, deben entregar a la empresa cubana 200 euros mensuales.

Esto significa que los primeros seis estipendios solo son de 1.000 euros al mes. La explicación de los jefes cubanos es que los médicos deben abonar la cantidad para reembolsar a Italia el adelanto del pago por gastos de hospedaje. 

Con ello, el estipendio anual baja a 13.200 —el 20% de lo que Italia estipula por sus servicios. Este descuento no está incluido en la documentación contractual y significa que Cuba solo paga 11 meses de estipendio durante el primer año.

Gráfico representativo del salario base mensual

“Ellos tratan por todos los medios de que te quedes con la menor cantidad posible de dinero”, sentenció la doctora Indira Campos*, una especialista que arribó a Calabria en 2023, como parte del grupo más numeroso que ha llegado a la región. Por su protección, prefiere no dar más detalles de su localización ni de su identidad.

De acuerdo con Cubalex, no existe instrumento del derecho internacional ni legislación europea o italiana que ampare “la retención de salarios por parte de un tercero una vez que el trabajo ha sido prestado y el salario ha sido abonado por el país contratante”. Incurrir en ello viola el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “que prohíbe deducciones salariales arbitrarias no autorizadas por ley”, y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, “que protege el derecho a condiciones de trabajo justas y equitativas, incluyendo remuneración adecuada”, agrega.

Mientras tanto, los galenos contratados por la empresa cubana en Italia son obligados a normalizar la violación de sus derechos. “Te hacen creer una realidad que solo existe en tu imaginación, porque ni ellos viven ni sienten esta triste realidad. Te encierran en una burbuja de ideales, los cuales, cuando miras bien, ellos son los primeros en incumplir. Nada, una desilusión total”, lamenta Campos.

Las horas extra

Documentos oficiales filtrados y testimonios recogidos por CubaNet apuntan a que el régimen utiliza el sistema tributario italiano como excusa para apropiarse de buena parte del ingreso que perciben los trabajadores cubanos por concepto de horas extra, que puede ser tanto o más elevado que el propio salario base.

Según las nóminas salariales expedidas por las autoridades italianas que CubaNet pudo consultar, Italia remunera cada hora trabajada fuera de la jornada de 38 horas semanales, con entre 60 euros y 120 euros. 

Esto quiere decir que el salario base promedio de 4.700 euros brutos mensuales que perciben los médicos cubanos puede hasta triplicarse si se suman las horas extras. 

Sin embargo, la CSMC retiene, cuanto menos, el 71,5% del ingreso adicional bruto. ¿Cómo sucede esto? Los documentos a los que accedió CubaNet lo muestran: primero, la empresa estatal extrae de la nómina salarial los valores desagregados correspondientes a las horas extra y los suma. A ese total le aplica el descuento del 43% que, asegura a los médicos, es un impuesto que corresponde al fisco italiano. Al resultado se le aplica el 50% que establecen las condiciones fijadas por CSMC. 

Médicos cubanos en Italia

Notificación de transferencia bancaria enviada por la jefatura de la Misión Médica Cubana en Calabria a una doctora de la Isla para que reembolse la cantidad requerida a la cuenta de la CSMC.

Así, si un mes, la doctora Santos cobró el equivalente a 1.000 euros por concepto de horas extra, solo recibe 285 euros, menos de un tercio de lo pagado por Italia.

Ingreso por horas extras mensual

Sin embargo, las nóminas salariales, notificaciones de transferencia y balances financieros de la empresa cubana a los que accedió CubaNet muestran que esta “tasa” del 43% no va al fisco italiano, sino que es una deducción fantasma que termina en las cuentas de la CSMC.

De hecho, este 43% de supuestas tasas sobre las horas extra carece de sentido.

Primero, porque, según la legislación italiana, esta tasa es un impuesto progresivo, que se cobra por tramos, y ese 43% solo sería aplicable a la parte de un ingreso que está por encima del umbral de los 50.000 euros del salario base del médico. Esto quiere decir que el impuesto no es aplicable a ingresos inferiores de esta cuantía.

Y, segundo, porque las tasas impositivas que aplica Italia a las horas extra son totalmente diferentes a las que efectúa sobre el ingreso base. 

Antes de enero de 2025, estas se fijaban en dependencia de la cantidad de horas adicionales y tipos de jornada; después de enero existe un impuesto fijo del 15% que tampoco es tenido en cuenta por la CSMC.

De esta manera, aprovechando el desconocimiento de los contratados cubanos, la CSMC implementa deducciones fraudulentas con fines de confiscación salarial, en un contexto de explotación laboral institucionalizada.

“Cuba duele. Duele la miseria, duele el robo, duele que tengamos que resistir y vivir con miedo, mientras los que trabajan para la dictadura y la propia dictadura se creen intocables e invisibles”, reflexiona Santos.

Extorsión salarial: el “mes 13”

Una situación similar sucede con otro tipo de remuneración extra que se recibe en diciembre: el llamado “mes 13” (en italiano, la tredicesima) que a los médicos cubanos se les paga cada año junto con la mensualidad de diciembre. 

En este caso, la CSMC puede llegar a apropiarse de más del 80% de la bonificación, como sucedió en diciembre de 2024. 

“Todo el mundo estaba esperando el mes 13 que, según el contrato, nos lo iban a pagar al 50%, y cuando nos llegó la notificación de transferencia bancaria, vimos que esto no se cumplió. La gente se molestó”, recuerda la doctora Santos. 

El “mes 13” es una bonificación equivalente a un salario base mensual, pero la CSMC lo tasa al 50%, como en el caso de las horas extra.

Esta era la cantidad que esperaba cobrar Santos en diciembre pasado; sin embargo, solo le permitieron quedarse con el 19%, sin explicación ninguna.

En similar situación se encontraron sus colegas, quienes comenzaron a mostrar su descontento en el chat de WhatsApp de la brigada, con la esperanza de que la jefatura modificara el monto a transferir, en beneficio del médico cubano. 

Fue entonces cuando trascendió un audio, compartido de celular en celular. En la grabación, el pediatra Iván Martínez Rivera, coordinador de la Brigada Médica de Crotone, orienta no realizar la transferencia bancaria “hasta nuevo aviso” por desacuerdos “como colaborador, primero, y después como coordinador” con la medida, mostrando un lado humano poco común en los jefes de este tipo de programas.

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Médico cubano en Crotone (Italia) muestra desacuerdo con salario
Martínez Rivera se vio forzado a cambiar su postura solo unas horas después tras una videoconferencia con el jefe de la Misión en Italia, Luis Enrique Pérez Ulloa; el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda; y con altos funcionarios de la CSMC, según cuenta la doctora Santos.

El resultado fue comunicado por el propio coordinador en un segundo audio, en forma de contraorden: “Se ratifican las cantidades a transferir”, sentenció derrotado.
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Ministro de Salud Pública de Cuba, Dr. José Angel Portal Miranda, y Dr. Pérez Ulloa, jefe de la MMCI
En la sede del MINSAP, en diciembre de 2024. En la reunión “se trataron aspectos vitales relacionados con la colaboración médica en dicho país, su funcionamiento y resultados”, según publicó la Misión Médica Cubana en Calabria en Facebook. MINREX
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Médicos cubanos en Italia

Ministro de Salud Pública de Cuba, Dr. José Angel Portal Miranda, y Dr. Pérez Ulloa, jefe de la MMCI, en la sede del MINSAP, en diciembre de 2024. En la reunión “se trataron aspectos vitales relacionados con la colaboración médica en dicho país, su funcionamiento y resultados”, según publicó la Misión Médica Cubana en Calabria en Facebook. MINREX

“¿Sabes lo que me da tanto fastidio? En una entrevista, a una doctora que se le preguntó si Cuba nos robaba y dijo que no, que nadie nos obliga; nosotros lo donamos”, denuncia Santos.

Se refiere a Judith Monteagudo Aguiar —una de las coordinadoras de Brigada de la provincia de Cosenza—, quien en medio del descontento justificó, en televisión local, la apropiación salarial como una donación “a la sociedad cubana”. La narrativa oficial, que presenta a la CSMC como sostén del sistema de salud cubano, contrasta con la realidad: menos del 2 % de los más de 4.000 millones de dólares anuales que genera la exportación de servicios médicos se reinvierte en salud, mientras la mayor parte se destina al sector turístico, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

De acuerdo con las fuentes consultadas, hay médicos cubanos en Calabria que se han negado a hacer horas extras porque, debido a las altas tasas que impone la Comercializadora, el esfuerzo no les compensa. La negativa impacta en la atención sanitaria en la región donde, de acuerdo con la Federación de Médicos Internistas Hospitalarios (FADOI), el 83% de los servicios de medicina interna en los hospitales calabreses opera en situación de sobreocupación y casi el 100 % de los centros reporta una escasez crónica de personal. 

Bajo coacción

“Nunca imaginé que esta gente fuera tan mala”, confiesa la doctora Indira Campos al referirse a la jefatura de la Misión Médica Cubana en Calabria. Su experiencia, como víctima de un sistema de vigilancia y control que permea todos los aspectos de la vida cotidiana, es elocuente.

Campos no es la excepción. Testimonios y documentos oficiales —varios de ellos inéditos— obtenidos por CubaNet revelan que, en lugar de las garantías constitucionales italianas, lo que rige sobre el personal cubano son normas impuestas por La Habana, tanto en el contrato redactado por Cuba como en la Circular No. 13 “Reglamento interno de la Misión Médica Cubana en Italia”, que se deriva del reglamento disciplinario para los colaboradores en general, refrendado en la Resolución 368, de 2020. 

Este marco jurídico establece restricciones claras a las libertades individuales e instala un patrón coercitivo que incluye vigilancia constante, así como violaciones a la libertad de expresión y de asociación y otros derechos laborales. 

Según un recuento realizado para esta investigación, el citado reglamento incluye unas 30 restricciones a las libertades fundamentales. De ellas, al menos ocho se refieren a la movilidad. 

Los médicos cubanos no pueden moverse libremente ni dentro del país ni para regresar a Cuba cuando decidan, aun en el caso de que fallezca o enferme un familiar. Para cualquier movimiento necesitan autorización. 

“Para salir de la provincia y de la región, tienes que pedir permiso. Y si vas a Roma, por ejemplo, a las once mil vírgenes. Tú informas que quieres ir a Roma, por qué vas, y por cuánto tiempo”, detalla la doctora Campos.

En su caso, los trámites para algo tan sencillo como obtener una licencia de conducción le acarrearon problemas porque el reglamento también prohíbe manejar vehículos de motor sin autorización. “Tuve que hacerlo todo a escondidas, como si fuera un delito, y cuando se enteraron los jefes me cuestionaron que ‘para qué quería yo la licencia de conducción’”, recordó. 

En la foto, médicos cubanos posan sonrientes con su nuevas bicicletas, donadas por autoridades de Locri (Reggio Calabria) para aliviar las dificultades de movilidad que enfrentan en su trabajo. Facebook / MMCI.

 

Médicos cubanos en Italia

Para la doctora Melba Santos, la diferencia del régimen bajo el que se encuentran los médicos cubanos con la vida y las aspiraciones de sus colegas italianos es abismal: “Los italianos viven; te hablan de viajes, de cruceros, de cenas, de conocer su país. Nosotros para movernos de la ciudad debemos informar al jefe de Brigada y pedir permiso… hasta para ir a un congreso de trabajo cuando nos invitan”, compara. 

Tampoco se les permite afiliarse a ninguno de los sindicatos que existen en el sistema de salud italiano, participar en manifestaciones o protestas o reunirse con personas que puedan tener vínculos políticos u hostiles al régimen cubano. 

Además, las relaciones interpersonales con nacionales o paisanos residentes permanentes son fiscalizadas por la Misión. Si tienen pareja, deben informar. Si tienen planes para casarse, también.

“Querían que informara cada relación personal que establecía. Es que ni a mis padres les debo tantas explicaciones. Es una locura”, dijo la doctora Campos a CubaNet

Para evitar que las condiciones en que trabajan sean conocidas, los profesionales son forzados a firmar un “compromiso de confidencialidad” que les impide hablar sobre el contenido del contrato laboral firmado con la CSMC. 

Esta prohibición se extiende hasta dos años después del vencimiento del contrato. Violar el compromiso de confidencialidad se considera una falta grave, según el contrato.

Las reglas impuestas a los médicos cubanos en misiones, aseguran los expertos de Cubalex, “configuran un sistema de control” sustentado en normativas administrativas que “no tienen rango de ley ni fueron aprobadas por la Asamblea Nacional; contravienen el principio de legalidad al imponer obligaciones restrictivas de derechos; y se aplican de forma extraterritorial, incluso en países donde resultan contrarias a la legislación laboral, civil y de derechos humanos vigentes, como en el caso de Italia”.

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A los médicos también se les prohíbe trabajar de manera independiente; solo pueden trabajar a través de la intermediación de la CSMC. Cualquier intento de desvincularse es tipificado en documentos internos de la Misión como “incumplimiento del contrato” o “abandono de la misión”. 

Si el profesional decide permanecer en Italia más de lo convenido, el régimen lo considera una “negativa de regreso al territorio nacional cubano”, sancionada con ocho años de prohibición de entrada al país, conforme al artículo 176 del Código Penal cubano. 

En estos casos, la CSMC amenaza con privar al profesional de la salud “del ejercicio de la profesión en territorio de la República italiana”, aunque tal restricción no tenga respaldo legal.

Al contrario, desde 2024 Italia cuenta con una Ley de Flujos Migratorios (Decreto Flussi) que permite, al menos hasta 2027, el ejercicio de profesiones sanitarias con títulos obtenidos en el extranjero, sin necesidad de reconocimiento formal.

Las limitaciones impuestas por el Gobierno cubano buscan, entre otras cosas, prevenir “deserciones”, uniformar la narrativa oficial de “ayuda solidaria” y asegurar la obediencia a las autoridades de la Isla, incluso cuando los médicos trabajan en países democráticos bajo contratos firmados con instituciones extranjeras.

“Cuba no te permite conocer las leyes ni los derechos de los trabajadores. El desconocimiento es su mayor arma para mantenerte esclavo. Sientes una diferencia enorme con los italianos, que conocen sus derechos laborales, los defienden, y hacen uso de ellos sin temor”, agrega la doctora Santos.

“Incluso en Italia sientes miedo de hablar lo que piensas. Es imposible abrazar la libertad cuando no la conoces, cuando temes que tu colega cubano sea del Partido Comunista o de la Seguridad del Estado e informe que hablas mal del Gobierno cubano. Implicaría tu regreso a Cuba y el fin de la posibilidad de cruzar el mar Caribe para siempre”, advierte Santos. 

“El trabajo para la Comercializadora [CSMC] es duro, en ocasiones denigrante, porque existen reglamentos en los que te tratan como nada, como una basura… Solo eres un ente que factura; solo interesa el dinero y que no incumplas con sus condiciones —relata la doctora Indira Campos—. Tener que informar a dónde voy, con quién salgo, con quién me río… va más allá de un vínculo laboral: es un vínculo como de amo y esclavo. Y si no estás de acuerdo conmigo, entonces estás en mi contra y punto. Se te señala como un profesional con problemas político-ideológicos y se te cae el mundo. Te vuelven nada”.

Reglamento interno. Misión médica cubana en Italia

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Control y propaganda
Además de ejercer control sobre el salario y la movilidad y de violentar el derecho a decidir con quién se relacionan y para quién trabajan los sanitarios cubanos, la jefatura de la Misión les exige asistir obligatoriamente a actividad políticas, participar en campañas de propaganda en redes sociales y, en algunos casos, delatar a quienes no lo hagan.
Foto: Facebook
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Control y propaganda
“Nos piden que nos hagamos fotos en el puesto de trabajo para subirlas a las redes de la Brigada”, dijo Campos. En el perfil de Facebook de la MMCI el lente indiscreto atraviesa la privacidad de los pacientes, las ambulancias, los quirófanos y captura hasta las vísceras de enfermos anestesiados.
Médico cubano fotografiado para las redes sociales mientras practica una cirugía en el Hospital Civil Nicola Giannettasio de Rossano en la provincia de Cosenza .
Facebook / MMCI

De acuerdo con documentos internos de la Misión filtrados a CubaNet, hay una treintena de profesionales presentados como médicos que, en función de community  managers, integran el Grupo de Redes Sociales y Memoria Histórica para fiscalizar a diario la actividad virtual. Entre sus responsabilidades está la de dar a conocer “la labor diaria” de la MMCI, reportar semanalmente el total de publicaciones realizadas, reacciones, comentarios y generar estadísticas. También monitorean la participación de los médicos en publicaciones propagandísticas que son de importancia estratégica para “la máxima dirección del país”.

Entre ellos está la doctora Dianelis Dorta Fernández, que en el reporte de octubre de 2024, informó a sus superiores de un grupo de colaboradores que no interactuaban en las publicaciones de la página de la MMC y propuso dar seguimiento a los morosos: 

“Como responsable de la tarea y miembro del grupo asesor, le recomiendo a la dirección del GA [Grupo Asesor] que sean analizados estos casos puntuales en las reuniones de secretarios para lograr el objetivo que todos deseamos, de que todos participen”, se lee en el documento. 

La galena también agregó un listado con los nombres, apellidos y ubicación de los doctores que no dan likes en redes sociales a las publicaciones de la Misión. Ser “analizados” es un primer paso dentro del mecanismo de control interno utilizado por el Gobierno cubano para evaluar y tomar decisiones que pueden poner en peligro la permanencia de los médicos en las misiones internacionales.

Médicos cubanos en Italia
Doctora Dianelis Dorta Fernández, especialista en Medicina General Integral con Diplomado en Emergencias y Urgencias Médicas. Responsable del seguimiento en redes sociales del resto del personal. Collage con imágenes de Misión Médica Cubana en Calabria / Facebook y captura de documento interno de la Misión, cortesía de miembro de la Brigada Médica Cubana en Calabria.
Médicos cubanos en Italia

Reporte de monitoreo de redes sociales perteneciente a enero de 2025. Tras la amenaza con “analizar” a los mencionados como no participantes, tres meses después, no hay incumplidores. Cortesía de médicos cubanos en Calabria.

Rostros del poder de Cuba en Italia

Coordinadores de provincia

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  • Vibo Valentia

    Dr Roldan Valdés González

  • Crotone:

    Iván Martínez Rivera

  • Cosenza:

    Dra Damarys Álvarez Zapata

  • Reggio Calabria:

    Dr Runiel Tamayo Pérez

  • Catanzaro:

    Dr Isael Alfonzo Graña

Vicecoordinadores de provincias

Vicecoordinador responsable: Dra Yodalis Amaró Sosa

  • Reggio Calabria:

    Dr Marcelino Lizano Rabelo

  • Catanzaro:

    Dra. Yodalis Amaró Sosa

  • Vibo Valentia:

    Dr. Hernaldo Manuel Lamas Gutiérrez

  • Crotone:

    Dra. Yasmirian Pérez Fernández

  • Cosenza:

    Dra. Alba Elisa Pèrez Pèrez

Coordinadores por Hospitales

Reggio Calabria

  • Polistena: Dr Marcelino Lizano Rabelo
  • Locri: Dra Elizabeth Balbuena Delgado
  • Gioia Tauro: Dr Freddys Lams Laurent
  • Melito Porto Salvo: Dr Runiel Tamayo Pèrez
  • GOM: Dr Andrés Edgar Leyva Sánchez

Vibo Valentia

  • Jazzolino: Dr Hernaldo Manuel Lamas Gutiérrez
  • Serra San Bruno: Dr Osnier Morales Hernàndez
  • Tropea: Dr Fidel Pèrez Pèrez

Catanzaro

  • Soverato: Dr Isael Alfonso Grana
  • Soveria Mannelli: Dr Felipe Alberto Puerta Carballo
  • Lamezia Terme: Dra Yodalis Amaro Sosa
  • Renato Dulbecco: Dr Yoannys Mèndez Mèndez

Crotone

Dr Iván Martínez Rivera

Cosenza

Anunzziata: Dr Jaibar Rajmàn Fernández / Rossano: Dra Dunia Justa Diaz Camellón / Corigliano: Dra Gleinis Reyes Hernandez / Castrovillari: Dra Isora Justiz Pèrez / Cetraro: Dr Mario Enrique Berea Turino / Paola: Dra Yanet Sánchez Pèrez / Cariati: Dr Mario Jesús Expòsito Pèrez / Praia Mare: Dra Dainerys Rodriguez Miranda / San Giovanni in Fiore: Dra Ismaray Delgado Abreu / Trebisacce: Dr Noides Manuel Bell Fernández / Acri: Dr Santiago de la Cruz Moreno / Lungro: Dr Roberto Eddy Gonzalez Calviño / Mormanno: Dra Alba Elisa Pèrez Pèrez

Fuente: Documentos internos de la MMCI

Quienes cumplen con estas obligaciones se benefician de mejores condiciones de trabajo.“Hay un grupo que le dan su salario, los 1.200 euros y, además, una tarjeta de comida”, dijo la doctora Campos en referencia a los vales para la alimentación, por valor de 7 euros diarios. De acuerdo con la especialista, los vales “son para los trabajadores que hacen turnos de 12 horas. “Cuando empecé a averiguar me dijeron que era solo para algunos y me barajaron”, agregó la doctora.

“Hay otros a los que les entregan el dinero para la casa directamente, y ¿qué hacen? Se alquilan tres en un departamento y así pueden ahorrar. En conclusión: hay un grupo que está en una situación y hay otro que está en otra situación. En dependencia del lugar donde estés y del nivel de guataconería que tú tengas con el jefe hay sus privilegios, que no son para todos”, explica Campos.  

Trabajo forzoso

Las condiciones que enfrentan los profesionales cubanos en las misiones estatales han sido objeto de creciente preocupación en la última década. 

En abril, el Parlamento Europeo aprobó una enmienda a una resolución sobre política exterior que condena las formas de “esclavitud moderna” y “trabajo forzado” en las brigadas médicas cubanas. La iniciativa, impulsada por el eurodiputado español Antonio López-Istúriz White, se basa en denuncias de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos que han documentado condiciones laborales abusivas y restricciones a la libertad de los profesionales cubanos en misiones internacionales, incluida la de Italia.

El 2 de noviembre de 2023, el relator de la ONU sobre formas contemporáneas de esclavitud, Tomoya Obokata, expresó preocupación por la participación de Italia, entre otros países, en programas con médicos cubanos que podrían constituir trabajo forzoso. En respuesta, el Gobierno de Cuba defendió sus misiones médicas como cooperación internacional, pero evitó referirse a las acusaciones específicas sobre el acuerdo con Italia y el control que ejerce sobre los trabajadores, lo que ha sido interpretado como una falta de transparencia. 

Aunque carecen de carácter vinculante, estas mociones constituyen un llamado de atención del más alto nivel a los gobiernos involucrados en la contratación de médicos cubanos. 

Cuba, por su parte, pese a que ha ratificado los principales tratados internacionales sobre trabajo forzoso y ha actualizado la legislación interna en materia de esclavitud moderna, tiene un marco jurídico orientado, sobre todo, a prevenir la explotación sexual y el trabajo infantil. 

Esto quiere decir que las leyes cubanas contienen lagunas en todo lo relacionado con los derechos laborales. Por ejemplo, no definen con claridad el delito de trabajo forzoso, no tipifican la esclavitud por deudas ni garantizan la libertad contractual para profesionales que trabajan en el extranjero.

Italia, en contraste, cuenta con un sistema legal detallado y mecanismos de protección para las víctimas, aunque ha enfrentado cuestionamientos en sectores como la agricultura. 

Médicos Italia

Esta asimetría legal entre la legislación de ambos países podría plantear conflictos, si los trabajadores cubanos sometidos a coacción, apropiación salarial y denegación de libertades básicas decidieran llevar a los tribunales italianos a la CSMC.

La empresa estatal cubana cuenta con representación legal en Italia y está inscrita en el registro mercantil, según pudo comprobar CubaNet. Pero las condiciones que impone a los profesionales de la salud vulneran de manera sistemática principios fundamentales del ordenamiento jurídico italiano.

Médicos cubanos en Italia

En la foto, el abogado Maurizio Dioguardi, experto en derecho del comercio internacional y titular del despacho Dioguardi – European Law Firm que brinda soporte legal a la CSMC en Italia; la embajadora Mirta Granda Averhoff, y el jefe de la MMCI, Pérez Ulloa. Facebook / MMCI.

Médicos cubanos en Italia

Inscripción de la CSMC en el registro mercantil de Catanzaro, Italia. Según datos oficiales, la empresa estatal cubana figura con sede en Roma y al menos dos sucursales con dirección postal en Catanzaro y en Reggio Di Calabria. El Registro de Contribuyentes advierte que no garantiza la fiabilidad de la información listada.

Las limitaciones a la libertad de movimiento, la vigilancia constante o la retención parcial del salario chocan con los valores consagrados en la Constitución italiana, particularmente los artículos que reconocen la inviolabilidad de los derechos humanos, la libertad personal, la igualdad ante la ley y el derecho a una retribución justa. Según Cubalex, también violan “el principio de orden público internacional, que invalida normas extranjeras contrarias a derechos fundamentales en el territorio nacional”.

Estas prácticas podrían configurar delitos previstos en el Código Penal italiano, como el sometimiento a la esclavitud, la explotación laboral y la asociación delictiva, abriendo la puerta a responsabilidades penales y diplomáticas.

Se trata de un esquema que contraviene compromisos internacionales asumidos por Italia como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos o varios convenios de la Organización Internacional del Trabajo, que prohíben expresamente el trabajo forzoso y la discriminación, y garantizan la libertad sindical, precisaron los expertos de Cubalex.

Italia podría enfrentar responsabilidad internacional por omisión si no investiga ni sanciona posibles redes de trata en su territorio, como exige el Protocolo de Palermo, que ha ratificado, advierten los letrados. También puede ser señalada ante instancias europeas, como el Comité Europeo de Derechos Sociales o el Tribunal de Estrasburgo (TEDH) y la OIT por permitir condiciones que “equivalen a trabajo forzado”. Las víctimas, por su parte, podrían emprender acciones legales contra autoridades u hospitales que les hayan contratado sin supervisión adecuada. Finalmente, existe un riesgo real de daño reputacional y diplomático por participar o financiar mecanismos de explotación laboral estatal, detallan los expertos.

Poco más de 400 kilómetros separan a los médicos cubanos de Calabria de los jornaleros de Foggia. La distancia entre ambos grupos también la marcan años de estudios y la competencia profesional, pero aun así, ambos casos se unen en los extremos.

A diferencia de las jornadas bajo el sol que deben enfrentar los braccianti agrícolas, los doctores cubanos en Italia visten un atuendo blanquísimo y trabajan en habitaciones con aire acondicionado. No obstante, su situación no es menos precaria ni son más libres.

“Son tantas humillaciones que muchos escogen ese exilio obligatorio solo por querer vivir como una persona decente”, dice la doctora Indira Campos, que asegura que el motivo que les empuja a participar en las brigadas médicas es el mismo que les mueve a “desertar” de ellas: “Es por necesidad, no te dan otra elección”, remata.

“Yo me siento esclava”, confirma su colega Melba Santos, y dice no tener el valor de liberarse. La inunda el miedo de “lo que le puede suceder” a su familia, “el miedo a no poder verlos en ocho años, el miedo a las amenazas de que el que deserte no podrá trabajar en Italia; el miedo a denunciar”.

 

*Melba Santos e Indira Campos son seudónimos usados para proteger la identidad de dos de las doctoras entrevistadas miembros de la Misión Médica Cubana en Italia.

Coordinación editorial: Claudia Padrón Cueto

Textos e investigación: Annarella Grimal

Análisis de datos y visualizaciones: Annarella Grimal

Ilustraciones: Mary Esther

Diseño gráfico y web: Cubanet

¿Cómo lo hicimos?

En un período de poco más de un año de duración, esta investigación combinó el análisis documental, la verificación financiera y entrevistas en profundidad para examinar el esquema de contratación de médicos cubanos en Italia, con especial foco en la región de Calabria. Se recopilaron nóminas oficiales, contratos laborales, balances de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (CSMC) y comprobantes de transferencias bancarias, lo que permitió identificar discrepancias entre los impuestos realmente aplicados por el fisco italiano y los porcentajes retenidos por la parte cubana. A través de este cruce, se evidenció la existencia de un “impuesto fantasma” del 43 % que no se destina al erario italiano, sino que va directamente a cuentas controladas por la CSMC.

Asimismo, se contrastó la documentación vinculante (contratos laborales e instrucciones de la jefatura de la Misión) relevante a los profesionales con las leyes laborales italianas y los convenios internacionales ratificados por Italia, Cuba y la Unión Europea, revelando un doble marco normativo que legitima la retención salarial y el control extralaboral sobre los trabajadores, en detrimento de las leyes domésticas y lo acordado entre Cuba e Italia. La investigación se enriqueció con testimonios de médicos cubanos activos, así como con consultas a expertos jurídicos e investigadores. Este enfoque mixto permitió documentar prácticas que encajan en la definición internacional de trabajo forzoso y explotación laboral estatal.