pág 20 / mayo-agosto 2011
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Pasarela sobre el río Pisuerga
Cimbra
que en sentido estricto nos garantiza-
rían los tubos a tracción oscilaría entre
706 kN y 951,5 kN.
La diferencia tan importante pro-
viene, en nuestra opinión, de que el
coeficiente de reducción de 0,50 en este
tipo de uniones roscadas no se ajusta
al mecanismo real de transmisión de la
carga. El valor de 0,50 está consideran-
do que se puede contar con la mitad de
la sección del tubo, pero en realidad el
mecanizado de la rosca implica redu-
cirlo siempre más de la mitad. Como
se puede observar en las probetas en-
sayadas, la rotura se produce siempre al
final de la unión roscada, pues esta es
la sección más solicitada del tubo por
donde debe pasar toda la carga antes de
irse perdiendo por las sucesivas roscas.
Midiendo el espesor de la pared del
tubo en esta sección se observó que
tiene valores entre 2,5 y 3,9 mm, esto es,
llega a ser la cuarta parte del espesor del
tubo, y desde luego inferior a la mitad
que supone la Guía del Ministerio de
Fomento.
Calculando la carga de rotura de
la sección tubular con estos espesores
de pared se obtienen valores que se
aproximan mucho mejor a las de las
cargas de rotura de los ensayos y ex-
plican los resultados obtenidos.
Hay que indicar además que los pe-
queños espesores a los que se puede
llegar después del mecanizado del tubo
son mucho más sensibles a la precisión
con que se realice éste y a las reduccio-
nes del espesor de la pared por la corro-
sión. Perder 1,5 mm en una pared de 10
mm puede ser admisible. Perderle en
una de 2,5 o 3,0 mm supone perder el
50% de capacidad. A todo esto hay que
añadir las desviaciones que suelen apa-
recer entre el espesor real y el nomi-
nal del tubo, se detectaron en no pocas
muestras diferencias de hasta 2 mm.
Por dicho motivo, nuestra opinión
es que en este tipo de micropilotes
parece prudente completar (o suple-
mentar) la capacidad del pilote con
barras tipo GEWI de diámetro rela-
tivamente grande en el interior de la
armadura tubular, que tendrán una
barrera de protección adicional que
garantice su integridad.
Fue fundamental la comprobación
geométrica del espesor de la armadu-
ra del micropilote y sobre todo de las
uniones roscadas. Se llegó a la conclu-
sión de que debían ser suplementados
con otras unidades de 80 t para asegurar
la transmisión de hasta 2.000 t horizon-
tales que se pueden llegar a generar.
En resumen se realizaron 2.596 m
de micropilotes y 1.632 m de inyección
de mejora del terreno, con un aporte
de cemento de 330 t para la misma.
Fotos de los acabados fnales.
Mirador sobre el Pisuerga.